El gobernador bonaerense Daniel Scioli salió a defenderse de las críticas que surgieron desde la oposición y el propio gobierno nacional a su declaración de la “emergencia de seguridad” en la provincia. “No me importa que me peguen palos a mí, lo que yo quiero es que no le peguen a la gente”, sostuvo Scioli como escudero de su propia decisión. Su vicegobernador y presidente del Senado provincial, Gabriel Mariotto, les puso paños fríos a las declaraciones con que cuestionó la resolución del gobernador: “Las medidas que toma el Ejecutivo las hemos acompañando absolutamente en el ciento por ciento y en esto nosotros no tenemos ninguna posibilidad, intención, ni vocación de entorpecer, todo lo contrario, sino de aportar”. En tanto, el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, respaldó a Scioli al resaltar que “me parece muy importante todo el esfuerzo que se haga en este sentido y el desafío que tiene por delante el gobernador es enorme. Todos deberíamos ayudar”.

Scioli reafirmó su decisión de declarar la emergencia pública en materia de seguridad en territorio bonaerense durante un acto en el municipio de Florencio Varela, que compartió junto al intendente Julio Pereyra, con quien entregó escrituras y con su ministro de Justicia Ricardo Casal, que rubricó un convenio de formación y capacitación del personal penitenciario. Allí, el gobernador sostuvo que “no me importa” recibir “los palos” en lugar de los bonaerenses que sufren la inseguridad. Fiel a su estilo, el gobernador pidió “con toda humildad la colaboración de todos los sectores para defender la vida” y con un velado cuestionamiento a la Justicia –aunque sin nombrarla– insistió en que “quien sea detenido con armas quede preso y no salga”.

Scioli también explicó que la emergencia en seguridad tiene dos ejes de gestión: “Uno es la lucha contra el delito, la lucha contra la droga y por el otro lado el desarme”. En ese marco, el gobernador afirmó que “es muy importante que esto se trate en el Congreso de la Nación”. Una forma de devolver gentilezas ante las críticas que recibió de funcionarios nacionales como el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien calificó la decisión de Scioli como “un tema de la propia agenda del gobernador”, y del titular de la Sedronar, el cura Juan Carlos Molina, que afirmó que a la emergencia bonaerense “le falta la pata de la prevención”.

Mariotto, en tanto, bajó los decibeles a sus cuestionamientos. El vice aclaró que cuando advirtió que “no hay seguridad sin inclusión y equidad” lo que hizo fue “sumar aportes de orden complementario” al anuncio de Scioli, lo que “no significa una pulseada”.

Para el vicegobernador, los anuncios de Scioli “van en la dirección de atacar los síntomas de un conflicto muy serio en materia de seguridad. Son medidas que se tienen que tomar en el aquí y el ahora y el Ejecutivo tiene la obligación de trabajar en el aquí y el ahora”, aunque sostuvo que “nosotros desde el Legislativo podemos pensar un poquito más allá, en el mediano y largo plazo”. “A esas medidas –continuó Mariotto en una entrevista radial– yo le aporto una mirada que ataca también las causas; mientas se ataca la fiebre, también se ataca las causas, por eso estoy aportando en materia de equidad y de inclusión, pero sin cuestionar ni oponerme a las medidas anunciadas”. “No estoy hablando del gobernador, estoy hablando incluso de actores de la oposición que van instalando temas que tienen que ver con esa línea de pensamiento y de acción”, respondió Mariotto, ante la consulta.

Randazzo fue el único ministro nacional que respaldó a Scioli. “Si le va bien al gobernador de la provincia de Buenos Aires en materia de seguridad nos va a ir bien a los argentinos y, específicamente, a los bonaerenses”, afirmó el funcionario. Además de rescatar como “importante” todo el esfuerzo que se realice en materia de seguridad, destacar el “desafío enorme” del gobernador y sostener que “todos deberíamos ayudar”.

En cambio, quien salió a criticar el plan del gobernador fue la titular de Madres, Hebe de Bonafini. “Las Madres entendemos que no es la solución poner más policías en las calles. La muestra de que esta medida no es eficaz es lo que ocurre en las canchas de fútbol. Los operativos tienen miles de efectivos y cada vez hay más incidentes. Mayor cantidad de policías no es sinónimo de más seguridad”, consideró Bonafini en un comunicado. Añadió que “las Madres exigimos que en lugar de construir más cárceles, que se construyan escuelas y hospitales. En vez de armas, lapiceras y libros”.