La presidenta Cristina Fernández de Kirchner entregó ayer por la noche una orden para construir un monumento a las víctimas del Holocausto a directivos de la comunidad judía y sobrevivientes de la Shoá. La obra estará emplazada en Avenida del Libertador y Bullrich, en la Plaza de la Shoá, inaugurada hace dos años por el gobierno porteño en el ex Paseo de la Infanta, en Palermo.

“El monumento es un homenaje a las víctimas y una reivindicación de la paz, en una muestra de que la sociedad argentina no olvida las víctimas y sigue en el camino de buscar memoria, verdad y justicia”, afirmó el secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia.

El encuentro entre la Presidenta y los dirigentes de la comunidad judía fue en la quinta de Olivos. La mandataria estuvo acompañada por el ministro de Justicia, Julio Alak; los secretarios de Derechos Humanos, Martín Fresneda, y de Culto, Guillermo Oliveri; así como por el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, y el síndico general de la Nación, Daniel Reposo, además de Coscia.

Por parte de la comunidad judía estuvieron el presidente de la DAIA, Julio Schlosser; el vicepresidente a cargo de la AMIA, Tomás Saieg; la madre de Plaza de Mayo y sobreviviente de la Shoá Sara Rus; el presidente del Museo del Holocausto, Claudio Avruj; el representante de Familiares de Víctimas del Atentado a la Embajada de Israel, Carlos Susevich; la cantante Julia Zenko, el actor Max Berliner; el presidente de Hebraica, Diego Dinitz; la vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Rosa Roisimblit; el presidente de Cissab, Eduardo Brukman, y el presidente de la organización Melacabí Argentina, Marcelo Dborkin.

“Esto significa una gran emoción luego de tanto sufrimiento y dolor”, sostuvo Sara Rus. “Es una recompensa. Una emoción que no se puede describir”, afirmó la Madre de Plaza de Mayo y sobreviviente de la Shoá. “Es una satisfacción que podamos sentir que un gobierno, el de Cristina Kirchner, nos da esta satisfacción de tener un monumento después de tanto sufrimiento y dolor”, afirmó Rus. “Es muy importante que (la Presidenta) hoy acompañe en este momento y sirve para demostrar que hay que luchar por la memoria”, afirmó.

“Es una muy buena noticia y una deuda que se salda, porque es un proyecto que lleva veinte años de espera”, consideró Avruj.

“La DAIA celebra cualquier acontecimiento que tiene que ver con la memoria porque es el principio elemental que guía al pueblo judío. Es sumamente auspicioso que Buenos Aires y la Argentina tengan un monumento a las víctimas del Holocausto, emplazado donde ya fue puesta la piedra fundamental y que éste se financie es un reconocimiento a las víctimas de suma trascendencia”, opinó el secretario general de la DAIA, Jorge Knoblovitz. “Se trata del cumplimiento de un anhelo sumamente deseado”, afirmó Schlosser, quien consideró que tiene “una doble significación para la Argentina, único Estado latinoamericano que integra la ITF (Alianza Internacional para la Memoria de la Shoá), está revalidando una posición largamente enunciada y, al mismo tiempo, enfrentando a un país negador”, en alusión a Irán.

La construcción del monumento tardará entre seis y ocho meses y estará a cargo de los arquitectos Sebastián Marsiglia y Gustavo Nielsen, que ganaron un concurso de ideas en 2009.