EL PAíS › DISPUTA EN EL FRENTE AMPLIO UNEN SOBRE EL ACUERDO CON MACRI
El socialismo y Proyecto Sur están abiertamente en contra de aliarse con el PRO para las primarias abiertas, mientras que Carrió pidió públicamente que se arme una alianza “amplia”. Los radicales, en el medio, todavía no tomaron una posición orgánica.
› Por Sebastian Abrevaya
El Frente Amplio Unen (FAU) nacerá formalmente esta semana en medio de un profundo debate: qué hacer con el PRO de Mauricio Macri. Los partidos que integran la alianza que se presentará el martes en el teatro Broadway tienen estrategias diferentes de cara a las presidenciales de 2015, en las que esperan encontrarse con al menos dos expresiones del peronismo, por un lado el Frente para la Victoria y, por el otro, el Frente Renovador. El socialismo y Proyecto Sur son los más resistentes a incluir al PRO en una primaria, aunque no descartan un diálogo posterior en el caso de entrar en un ballottage. El radicalismo, con distintas posiciones internas, pateó la pelota y su presidente, Ernesto Sanz, dijo que ese tema se resolverá más adelante entre los partidos del frente. En el otro extremo, Elisa Carrió pidió abiertamente incorporar al macrismo para poder derrotar al PJ.
La heterogénea alianza que se presentará en sociedad dentro de dos días tiene pendiente de resolución un tema no menor. Si bien parten de un diagnóstico común, las alternativas a seguir son muy diferentes. La mayoría de los dirigentes del FAU ve un escenario con el peronismo partido en dos. Por un lado la primaria del Frente para la Victoria, con Daniel Scioli como favorito y, por el otro, el candidato del Frente Renovador, Sergio Massa. Es en ese contexto en el que se entusiasman con la idea de llegar a un eventual ballottage. Pero reconocen que tienen una piedra en el zapato: el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, que comparte electorado con ellos y se aleja cada vez más de la alianza que compartió con Massa en la provincia de Buenos Aires el año pasado.
“Si nosotros hacemos las cosas bien, nuestra potencialidad es del 30 por ciento. Pero Macri puede sacar 10 o 12 puntos, lo que nos puede dejar afuera del ballottage”, explica un operador radical, que ve en el líder del PRO un caso análogo al del ex líder de la UCeDe, Alvaro Alsogaray.
El socialismo y Proyecto Sur son los dos espacios que marcan el rechazo más contundente al PRO. “Es muy clara nuestra posición. Nosotros vamos con una propuesta coherente en lo programático y en lo ideológico. Yo soy socialista, el que no entiende la diferencia entre el Partido Socialista y el PRO, bueno, es un problema de ellos, no nuestro”, explica a Página/12 la diputada Alicia Ciciliani, una de las dirigentes más cercanas a Hermes Binner y una de las encargadas de articular con las otras fuerzas. “Nosotros no necesitamos unirnos sin coherencia para gobernar la provincia ni tampoco para gobernar la Nación. Nuestro modelo es el de Santa Fe”, repite casi como un mantra Ciciliani, en referencia al Frente Progresista Cívico y Social que lleva años en el poder. Por Proyecto Sur, Solanas aún más que contundente, aseguró que el acuerdo con el macrismo sería “traicionar” a los votantes de Unen, que en octubre los eligieron como alternativa al macrismo en las legislativas. De todas formas, no descartan que pueda haber un diálogo pero sólo después de las primarias y las generales, en caso de ingresar ellos al ballottage.
Un importante sector de la dirigencia radical coincide en que no están dadas las condiciones para un acercamiento con el PRO. Sin embargo, no saldrán de sus bocas cuestionamientos al jefe de Gobierno, porque muchos de ellos están convencidos de que el grueso de los votos macristas supieron pertenecerles antes de la debacle de la Alianza de Fernando de la Rúa. De ahí la ambigüedad con la que algunos referentes se refieren al tema. Pero, además, hay otros condimentos. El PRO tiene acuerdos locales con la UCR en provincias en las que los radicales conducen la alianza. El caso paradigmático es Tucumán. Por eso el diputado José Cano, principal candidato a gobernador de la oposición, sostuvo ayer que “no tiene que haber exclusiones”. Es por eso que Ernesto Sanz, precandidato pero a su vez titular del partido, tiene que hacer equilibrio para que la cuestión nacional no repercuta negativamente en los pagos chicos, donde la UCR todavía mantiene cierta representatividad. “El día de mañana el frente podrá discutir cuál es la posibilidad de incorporar nuevas expresiones”, aseguró. Por lo bajo, operadores radicales ven con pocas chances un acuerdo para las primarias: “Hay que ir construyendo el frente, la pelea es con Massa y Scioli, lo de Macri nos va a doler en algún momento porque tiene capacidad de daño sobre nosotros pero no podemos pensar que nos tenemos que meter en el ballottage de cualquier manera”, sintetizan.
Las palabras de Carrió fueron las que desataron mayor revuelo. La chaqueña, una de las cinco figuras con posibilidades de competir a nivel nacional, abrió la puerta a una alianza con el PRO pero sin Macri. Dijo que hay gente muy valiosa en ese espacio, en referencia a su “amiga” Gabriela Michetti y al diputado Federico Pinedo. “Si queremos competir contra la cultura mafiosa del PJ tenemos que hacer otra cosa. Tenemos que hacer una alianza amplia que unifique el electorado que no quiere votar a la mafia”, dispara el diputado Fernando Sánchez, uno de los hombres de mayor confianza de Carrió. En el entorno de la líder de la CC están convencidos de que los radicales no terminarán oponiéndose a un acuerdo porque –según ellos– es la única forma de recuperar las gobernaciones que fueron perdiendo en los últimos años. De hecho, a la UCR sólo le queda el mandatario correntino Ricardo Colombi, que ni siquiera responde a la conducción nacional. “Ellos (por el PRO) tienen que decidir qué quieren hacer. Si quieren jugar la interna del PJ, entonces nosotros no tenemos nada más que decir. Pero Gabriela (Michetti) lo dijo. Tenemos que unir a todos los que no queremos al PJ”, concluye un lilito.
Concentrados en administrar estas diferencias para que no estalle todo por los aires, los partidos que integran el frente tendrán que resolver la cuestión en algún momento. Mientras el macrismo siga apostando a construir “una alternativa propia”, podrán estirar el partido. Si resuelven romper lanzas definitivamente con el Frente Renovador y se inclinan por el discurso antiperonista, la pelota quedará en el campo del FAU. Habrá que ver cuál de todos los jugadores termina pateando el penal y en qué arco.
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