Las diferencias internas en la Asociación Trabajadores del Estado porteña son cada vez más profundas. “Nos negaron los padrones para poder meter gente ajena a la asamblea de afiliados para que aprobara el balance económico”, señaló a Página/12 el secretario gremial de ATE Capital, Lisien Fernández, uno de los líderes de la oposición. El microestadio de Ferro, donde se realizó el encuentro, quedó vacío por la mitad al retirarse los sectores opositores.

“Tienen miedo de que quede en evidencia que han reducido al gremio a la caja de financiamiento de su partido político”, denunció Fernández, poniendo el ojo en el armado de los diputados Víctor De Gennaro y Claudio Lozano, ambos del partido Unidad Popular, parte de ATE y a quienes responde el dirigente estatal Pablo Micheli. La asamblea de afiliados se realiza anualmente y es donde los integrantes del sindicato aprueban o no la rendición de cuentas realizada por el gremio.

El año pasado ya había sucedido algo parecido: la participación de personas ajenas al gremio, que votaron en consonancia con el michelismo, generó la denuncia formal ante el Ministerio de Trabajo y, como consecuencia, la ruptura formal entre los dos espacios políticos que hasta aquel momento convivían en el seno del gremio. Micheli también enfrenta la denuncia de la CTA que lidera el docente Hugo Yasky, luego de que en las elecciones internas también detectaran “situaciones de fraude”, y terminó en la ruptura de la central de trabajadores.

La secretaria de Prensa del gremio, Analía Lucero, explicó que “la convocatoria a la asamblea ya fue impugnada por parte de la conducción el 16 de abril por no cumplir con cláusulas estatutarias como la negativa del secretario general José Luis Matassa a entregar los padrones a otros integrantes de la conducción como el secretario gremial, el de organización y el adjunto”, entre otros. Lucero aseguró además que “se constató que incorporaron a los padrones a afiliados de la provincia de Buenos Aires, organizaciones barriales, etcétera”.

El microestadio de Ferro fue colmado por los trabajadores estatales y personas ajenas al encuentro, que finalmente aprobó las cuentas presentadas, aunque por escaso margen. Al momento de la votación, la oposición se retiró, dejando la mitad del estadio vacío, y realizó un acto de repudio.