Mientras continúa el paro de los recolectores de residuos en Quilmes, a la espera de la firma de un acuerdo con el municipio, el jefe de la CGT opositora y dirigente camionero Hugo Moyano tuvo que salir a desmentir su mentada relación con la empresa Covelia. “No tengo un carajo que ver”, dijo Moyano, pero debió admitir que facilitó el desembarco de la compañía en el Gran Buenos Aires, tras la caída de la convertibilidad. A la vez, el intendente de Berazategui, Juan Patricio Mussi, contó que el hijo de Hugo Moyano, “Pablo Moyano, vino hace ocho años a Berazategui para que contratemos a Covelia”.

El convenio entre el gremio de Camioneros y la Muncipalidad de Quilmes para superar el conflicto por la municipalización del servicio se firmará hoy, según está previsto, en el Ministerio de Trabajo bonaerense. El acuerdo incluye el mantenimiento de los puestos de trabajo para los 430 empleados de Covelia, que pasarán a encuadrarse bajo el régimen laboral de los municipales, pero con el mismo sueldo que percibían y respetando su antigüedad. Con la firma, se espera el levantamiento del paro que mantiene al distrito hace una semana sin recolección de los residuos, salvo un servicio de emergencia.

El modo de resolución del conflicto resultará testigo, ya que en la provincia hay otras nueve intendencias donde la basura está a cargo de Covelia (Escobar, Merlo, San Martín, Tres de Febrero, Lanús, Lomas de Zamora, Esteban Echeverría, Partido de la Costa y Pinamar).

El intendente de Quilmes, Francisco Gutiérrez, se negó a renovar el servicio de Covelia por su altísimo costo: en la última licitación, la compañía propuso aumentar su tarifa de 14 a 24 millones, una erogación que supondría el 50 por ciento de los ingresos genuinos de la comuna, sin contar la coparticipación provincial. Gutiérrez denunció que las empresas del sector se cartelizaron, por lo que Covelia fue la única en presentarse a la licitación. El intendente dio así el paso de municipalizar el servicio, aunque primero debió prorrogar por un año y medio el contrato con Covelia porque no tenía la infraestructura necesaria. Con un crédito del Estado nacional, Quilmes compró camiones para hacerse cargo de la recolección a un costo menor.

Durante el conflicto, Gutiérrez aclaró que él no podía certificar si existe un vínculo societario de Moyano con Covelia, aunque –aseguró– “realizan una presión conjunta para conseguir sus objetivos: la empresa, más presupuesto; el sindicato, mejores salarios”.

Moyano dijo que tiene “relación con todas las empresas de la actividad de transporte. La relación mía es que respeten los derechos del trabajador, puedo tener mayor o menor relación en la medida en que cumplan”, se defendió el dirigente gremial, que hace años es mencionado por sus supuestos vínculos con la empresa. De todos modos, admitió que “cuando se cayó la convertibilidad” él se puso al frente de las gestiones para facilitar el desembarco de Covelia en el Gran Buenos Aires. Moyano recordó que, a instancias del entonces intendente de Lanús, Manuel Quindimil, propuso a Covelia para el servicio. “Yo ni sabía quiénes eran estos tipos. Cuando se fundió Tucsa, los llamé y me dijeron que se hacían cargo, y así fue.”

Pero el intendente de Berazategui volvió a sembrar dudas. “Nunca vi un sindicalista que venga a hablar por la empresa, los sindicalistas vienen a hablar por los trabajadores –dijo Mussi–. Pablo Moyano está defendiendo a Covelia, no quería que Covelia se quede sin el servicio de Quilmes cuando lo que tenía que intentar es que no se queden sin trabajo los trabajadores.” Y agregó: “A veces nosotros los intendentes cuando vienen emisarios en nombre de una empresa, por más de que no tengan el gancho metido en una acción, nos podemos dar cuenta, como cuando Pablo Moyano ha venido a Berazategui para que contratemos Covelia hace ocho años”.