EL PAíS › LAS ABUELAS ANUNCIARON QUE SE IDENTIFICARON LOS RESTOS DE TRES DESAPARECIDAS EMBARAZADAS
El Equipo Argentino de Antropología Forense estableció que Alicia Tierra, Mónica De Olaso y Laura Romero fueron asesinadas mientras estaban embarazadas. Con esta información, las Abuelas dieron por finalizados tres casos denunciados por la institución.
› Por Ailín Bullentini
Cuando Alicia Tierra, Mónica De Olaso y Laura Romero fueron secuestradas, entre 1976 y 1977, sus familiares también perdieron el rastro de los bebés que se gestaban en sus panzas. La búsqueda por encontrar a esos niños o niñas convertidos en hombres y mujeres continuó hasta hace unos pocos meses, cuando los cuerpos de las jóvenes fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Abuelas de Plaza de Mayo confirmó que las tres fueron asesinadas embarazadas y dio por concluida la búsqueda de esos tres nietos. “Con dolor cerramos la búsqueda de tres nietos. Son casos en los que duele decir que están concluidos”, señalaron desde la organización defensora de los derechos humanos.
“Moniquita” le decían a Mónica de Olaso, pura sonrisa, ojos grandes, alborotados rulos cortos y morenos, jovencísima. Tenía 20 años y dos meses de embarazo cuando fue secuestrada por una patota de ocho bonaerenses. A las 20 del 11 de mayo de 1977 se la llevaron junto con su marido, Alejandro Ford, y el compañero de militancia de ambos Julio Matamoros, de la casa de Tolosa en donde convivían los tres.
Morocha también, Laura Romero había nacido en La Quiaca, Jujuy, pero fue el barrio porteño de La Boca el único que la disfrutó libre. Allí vivía Willy, Luis Guillermo Vega Ceballos, su compañero de militancia en el PRT-ERP y de vida. Cuando los secuestraron, el 9 de abril de 1976, Laura tenía 20 años y cuatro meses de embarazo.
Alicia Tierra era un poco mayor y su panza tenía un par de meses más de gestación. Con 26 años y seis meses de embarazo, Tierra militaba en Montoneros aquel 31 de diciembre de 1976, último día de su libertad. La llevaron junto a Alberto Tion, su pareja –también militante de la organización peronista– de su domicilio rosarino. Los mantuvieron a ambos secuestrados en el Servicio de Informaciones de esa ciudad.
“Las Abuelas de Plaza de Mayo buscamos a nuestros nietos desde el momento en que desaparecieron a sus padres y en este camino también buscamos saber qué ocurrió con nuestras hijas e hijos desaparecidos. Hoy sabemos cuál fue el destino final de Mónica, Alicia y Laura”, consignaron las Abuelas en el comunicado que emitieron el pasado miércoles para informar que las tres muchachas fueron asesinadas embarazadas, tras la confirmación que la Justicia realizó de las tareas de identificación de sus restos, llevadas a cabo por el EAAF entre fines de 2012 y principios de 2013. “La noticia confirma, una vez más, la virulencia con que los represores se ensañaron con nuestros hijos”, señalaron las Abuelas: “Los secuestraron, torturaron, a algunas mujeres las dejaron con vida hasta el momento de dar a luz, para luego robarles sus bebés; a otras las acribillaron aún con su hijo en el vientre”. Fue el caso de Romero, De Olaso y Tierra. Con esta información el número de casos resueltos por la institución asciende a 113.
Al matrimonio Ford-De Olaso lo localizaron en una fosa común del Cementerio de Ezpeleta. “Sector C, sepultura 215, era el sector que destinaban a indigentes. Allí estaban. Mi hermano tenía cinco balazos en la cabeza y la mandíbula rota.” Eduardo Ford es el único integrante de la familia que vive y que, hace unos pocos años, reiteró su muestra sanguínea al EAAF, que ya contaba con otra suya, más la de su papá y su mamá, Elba Ford, fundadora de Abuelas.
Moniquita, Alejandro y Julio militaban en el Partido Socialista de los Trabajadores. Según los estudios realizados por los expertos forenses, fueron asesinados 15 días después de haber sido secuestrados, el 24 de junio del ’77.
Luego de un trabajo exhaustivo, en diciembre de 2012 el EAAF logró identificar a uno de los ocho cuerpos que llegaron a las costas uruguayas de Rocha, a 14 kilómetros de La Paloma, en abril de 1976, como el de Laura. Para entonces, era la cuarta identificación que lograba el equipo de profesionales argentinos de ese grupo de jóvenes que habrían sido arrojados desde los vuelos de la muerte. El trabajo pudo llevarse a cabo con éxito gracias a que aquellos cuerpos habían sido inhumados como NN, previo registro de huellas digitales.
La restitución de los restos de Alicia a su mamá, Elbidia Leguizamón, y a su hermana, Ana, sucedió también a fines de 2012. La encontraron en una fosa común del cementerio rosarino de La Piedad y, según los análisis del EAAF, habría fallecido en enero de 1977. Al igual que el de Mónica, su asesinato fue fraguado como una muerte en el marco de un enfrentamiento que, incluso, salió publicado en los diarios locales.
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