Vie 09.05.2014

EL PAíS  › EMPEZO EL SEGUNDO JUICIO AL EX JUEZ VICTOR BRUSA Y TRES POLICIAS

Un represor con fe en Massa

Uno de los imputados habló dos horas y dijo que “dentro de un año y medio, cuando Massa sea presidente, estas cosas (los juicios por crímenes de lesa humanidad) van a cambiar”. Los acusados deben responder por el cargo de “asociación ilícita”.

Por Juan Carlos Tizziani Desde Santa Fe @

El Tribunal Oral de Santa Fe comenzó ayer el segundo juicio al ex juez Víctor Brusa y a los policías Eduardo Ramos, Juan Calixto Perizzotti y María Eva Aebi, ahora bajo el cargo de una supuesta “asociación ilícita”, que se castiga con 3 a 10 años de prisión. Los cuatro ya fueron condenados en diciembre de 2009 por secuestros, torturas y apremios ilegales: Brusa a 21 años y los demás a penas que oscilan entre 19 a 23 años de cárcel. La presidenta del tribunal, Lilia Carnero, preguntó a los cuatro imputados si iban a declarar; tres se negaron, pero Ramos aceptó el convite y habló durante dos horas. Anunció el fin de los juicios de lesa humanidad. “Dentro de un año y medio cuando termine el gobierno (de CFK) y Sergio Massa sea presidente, estas cosas van a cambiar”, pronosticó. Se proclamó inocente y pidió que se lo someta a un detector de mentiras para probarlo. “Al negarme la prueba le dicen a la sociedad que Ramos dice la verdad”, desafió en tercera persona. En Estados Unidos se utiliza. La Justicia tiene que adaptarse a los tiempos”, recomendó.

Tras la lectura de los requerimientos de elevación a juicio de la fiscalía y las querellas, la jueza Carnero abrió el debate. El tribunal se completa con los jueces de Rosario Jorge Venegas Echagüe y Otmar Paulucci. Brusa fue el primero en sentarse frente a ellos.

–¿Tiene algún apodo? –le preguntó la jueza.

–Culón.

–¿Ocupación?

–Desocupado.

–¿Y cómo solventa sus gastos?

–Me ayuda mi familia –contestó Brusa. Y después, se negó a defenderse. Perizzotti y Aebi lo imitaron, sólo respondieron sobre datos personales. Pero Ramos aceptó declarar. “El imputado tiene la posibilidad de hablar en cualquier momento del juicio y yo lo voy a hacer”, dijo.

–¿Tiene algún apodo? –arrancó la jueza Carnero.

–Interno Eduardo Ramos. Hace 9 años y cuatro meses que me dicen así –contestó.

Ramos y Brusa están presos en la cárcel de Las Flores, Perizzotti en su casa con prisión domiciliaria y Aebi, en un penal de mujeres.

–¿Ocupación?

–Ahora, limpio los pisos en la Jefatura de Vigilancia –reveló Ramos.

–¿Y antes?

–Escritor.

–¿Y cuánto cobra?

–300 pesos mensuales –contestó.

La condena a Brusa y compañía está firme. La Corte Suprema la confirmó en marzo de 2013. “No está firme en el ámbito supranacional”, retrucó Ramos. Y dijo que había llevado su caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que abrió un expediente.

Allí arrancó con sus “observaciones”. La primera, sobre el plazo de la investigación, entre el 24 de marzo de 1976 y el fin de la dictadura. “A mí me comprenden sólo 9 meses y medio porque el 22 de noviembre de 1977 yo estaba detenido en Las Flores”, dijo. No explicó por qué. “No quiero decirlo.” La segunda observación, porque una de las víctimas, el abogado Jorge Pedraza, cayó en noviembre de 1975, antes del golpe.

Ramos criticó el cargo de “asociación ilícita” y dijo que el banquillo estaba incompleto. “¿Dónde están los jefes? ¿Dónde están los militares?”, preguntó.

La causa tuvo un desgranamiento de imputados en estos años: Nicolás Correa falleció en agosto de 2007, el coronel Juan Orlando Rolón en noviembre de 2011 y el coronel Domingo Marcellini en marzo de 2010. Los tres eran jefes. Rolón del Area 212, Marcellini del Destacamento de Inteligencia Militar 122 y Correa del grupo de tareas que operaba en los chupaderos. Otros dos policías murieron en 2012: Héctor Colombini (Pollo) en agosto y Mario Facino, en octubre. “¿Por qué no está (el doctor Víctor) Montti?”, volvió a preguntar Ramos. El ex juez estuvo bajo proceso, pero la Cámara Federal de Rosario le dictó la falta de mérito en abril de 2011. De los diez acusados, cinco fallecieron y uno zafó, los otros cuatro están en juicio.

“Soy, fui y seré peronista. No kirchnerista”, aclaró Ramos. Fue allí cuando planteó la teoría del supuesto fin de ciclo. “Dentro de un año y medio cuando termine el gobierno (de CFK) y Sergio Massa sea presidente, estas cosas van a cambiar”, pronosticó. Quedó claro que hablaba de los juicios de lesa humanidad. “Hay un sometimiento de la Justicia al poder político bajo la amenaza de que el juez que no se somete va a ser sometido a jury”, acusó.

–Los jueces sólo estamos sometidos a la Constitución. Usted está haciendo declaraciones injuriosas –lo frenó la presidenta del tribunal.

–Le ruego que me disculpe –reculó Ramos.

–Nosotros no respondemos a ningún poder de turno –lo corrigió la jueza Carnero.

En otro pasaje, Ramos se quejó porque, al margen de la condena a 23 años que cumple en Las Flores, ya le confirmaron la prisión preventiva en más causas. “Cinco minutos antes de que empiece otro juicio, me encajan otra causa”, se lamentó. El 1º de abril último, la Cámara Federal de Rosario le confirmó el procesamiento en una tercera investigación por el secuestro, torturas y homicidio de Emilio Feresín, que investiga el juez federal Francisco Miño.

“Yo sé que me van a condenar, pero quiero aportar al mejoramiento de la Justicia.” La propuesta era que lo conecten a la máquina de la verdad. “Si algún imputado lo pide que lo sometan al polígrafo, que lo hagan. Se acepta que tiene un 100 por ciento de veracidad. Es una prueba científica que es aceptable en muchos países”, sugirió.

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