EL PAíS › LOS TRABAJADORES DEL SARMIENTO MANTUVIERON EL QUITE DE COLABORACIóN POR SEGUNDO DíA
El ministro Florencio Randazzo reiteró que el Estado “no va a acceder a una demanda que no corresponde”. La medida de fuerza fue rechazada por intendentes de la zona oeste del conurbano, quienes la definieron como “incomprensible”.
Los ferroviarios del Sarmiento volvieron a realizar un quite de colaboración que, por segundo día consecutivo, generó un panorama de trenes abarrotados y largas esperas en las estaciones. La medida de fuerza en la línea que conecta a diez municipios del oeste del conurbano con la Capital provocó la reacción de los intendentes, que consideraron “incomprensible” la protesta. El dirigente de la Unión Ferroviaria de Haedo Rubén “Pollo” Sobrero acusó al gobierno nacional de “no tener la voluntad política” de resolver el conflicto, mientras que el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, ratificó que el Estado “no va a acceder a una demanda que no corresponde”.
El reclamo gremial es por el pago de un aumento del 40 por ciento en las paritarias y una indemnización por haber pasado de TBA al Estado.
Randazzo sostuvo que están pidiendo una indemnización cuando los trabajadores mantuvieron sus empleos “sin perder ningún derecho, ni vacaciones ni antigüedad”. En este sentido, planteó que el reclamo “es una locura”. “¿A quién se le ocurriría pedir una indemnización si no es despedido?”, se preguntó. “Si se les paga eso, yo no soy más ministro.”
El funcionario, que ayer participó en el puerto de Buenos Aires del acto de recepción de 36 coches que serán destinados al Sarmiento, cuestionó que el quite de colaboración se realice “en el mismo momento en que estamos llevando un proceso de modernización de los ferrocarriles”.
“Colocamos toda la vía nueva y estamos reconstruyendo estaciones, ya inauguramos la estación Villa Luro y estamos avanzando sobre otras trece y en 60 días más el Sarmiento estará totalmente nuevo”, dijo el ministro. Luego apuntó contra Sobrero. “Es un extorsionador –dijo–: lo que él reclama que se pagó en el año 2005 a los empleados del ferrocarril San Martín es una remuneración extraordinaria por productividad; es poco serio que quieran cobrar este concepto cuando llevan casi 128 mil horas de paro en lo que va del año.”
En tanto, Sobrero insistió en que la indemnización les corresponde. “Al resarcimiento lo cobraron otros ferrocarriles. En el Roca, el San Martín y el Belgrano Sur se pagó por cambio de razón social. ¿Van a dar una gratificación de 60 mil pesos por productividad, como andan diciendo? Randazzo es un mentiroso y un caradura”, contestó. También anticipó que mantendrán el quite de colaboración.
Desde el Gran Buenos Aires, los intendentes afectados salieron al cruce de la protesta gremial. “Es una medida incomprensible que hagan un paro cuando los trenes son un ejemplo”, dijo el jefe comunal Hugo Curto desde Tres de Febrero. Su par de Ituzaingó, Alberto Descalzo, cargó contra Sobrero, al que acusó de no ser un “buen dirigente gremial”. “Ante el esfuerzo del gobierno nacional por cambiar los trenes, mejorar las estaciones y hacer una gran inversión, los trabajadores deberían ser, más que ninguno, los que deben cuidar estas cosas”, sostuvo Descalzo. Los empleados del Sarmiento “ganan muy bien, por lo que deberían fijarse a su alrededor y ver lo que ganan otros”. Y añadió: “Ojalá yo pudiera darles esos salarios a mis empleados municipales”.
En sintonía con estas críticas, la Federación Argentina de Municipios expresó un repudio a la medida de fuerza. “Nuevamente la violencia verbal y las prácticas extorsivas forman parte de un conflicto que perjudica a miles de trabajadores y que debe ser solucionado por medio del diálogo sensato”, reclamaron en un comunicado.
El intendente de Morón, Lucas Ghi (Nuevo Encuentro), advirtió que este tipo de medidas “no hacen más que generar problemas a los miles de usuarios que toman el tren para ir a sus trabajos”.
Durante la jornada se difundió el video de una reciente asamblea gremial en la que Sobrero, hablándoles a otros delegados, advierte que el conflicto será de larga duración y los insta a “golpear y golpear hasta que los pongamos de rodillas”. Entre los que salieron a cuestionar esta postura hubo un grupo de ex dirigentes sindicales ferroviarios, que protagonizaron la primera huelga contra las privatizaciones en el año 1991. “Es tiempo de construir y no de golpear y golpear”, dijo Juan Vitale, uno de los fundadores de la agrupación Fraternales por la recuperación de los ferrocarriles.
Vitale consideró que con esta actitud “queda claro que se trata de una medida de fuerza que, más allá de lo declamado, esconde otro propósito: entorpecer el proceso de total renovación del Sarmiento, en su tramo Once-Moreno”. El dirigente agregó que “la lucha por los derechos de los trabajadores no debe constituirse en un obstáculo para continuar con las transformaciones que mejorarán la condiciones en que se viaja en el transporte público y en la calidad de vida de millones de usuarios”.
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