El secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, negó ayer que haya “diferencias” entre el Gobierno y la Iglesia Católica, tras la difusión del documento de la Conferencia Episcopal que advertía sobre una Argentina “enferma de violencia”. Luego de ser consultado por la posición oficial, Parrilli señaló que Cristina Fernández de Kirchner ya había hablado y sostuvo que “no hay ninguna diferencia con los obispos”, aunque remarcó que “no” le parece que haya “enfermedad violenta” en la sociedad. El funcionario resaltó que se haya mencionado “que los medios de comunicación no informan con objetividad, no respetando el dolor y privacidad”, y afirmó que está de “acuerdo” con la referencia a una “corrupción pública y privada”.