El paro de colectivos anunciado para hoy fue suspendido, luego de que el Ministerio de Trabajo dictara una conciliación obligatoria en el conflicto salarial entre los choferes y las cámaras empresarias. El levantamiento de la medida fue confirmado anoche por el titular de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), Roberto Fernández. “Suspendemos el paro porque ya estamos en una mesa de diálogo en la que los ministros expresaron su preocupación por nuestra situación y esperamos avanzar”, señaló el dirigente. Hoy la cartera de Trabajo controlará con inspectores que los servicios se presten normalmente.

La conciliación regirá por 15 días hábiles, en los que continuará la negociación entre el sindicato y las cámaras del sector. El gremio reclama un aumento del 35 por ciento. El acuerdo salarial de los choferes de colectivos está vencido desde fines de diciembre. Si bien las empresas otorgaron en enero un aumento a cuenta de las paritarias –de 1200 pesos para la corta distancia y 1400 para la larga–, el sindicato plantea que las negociaciones permanecían congeladas porque los empresarios sostienen que no pueden negociar subas hasta que el Poder Ejecutivo otorgue mayores subsidios al transporte público.

Para destrabar el conflicto, ayer hubo dos series de reuniones en la Casa Rosada con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich; la viceministra de Trabajo, Noemí Rial; el titular de la UTA y los representantes de las empresas.

Al terminar el día y luego de una extensa negociación, Fernández anunció la suspensión de la huelga, que en principio iba a afectar por 24 horas y en todo el país al transporte de corta, media y larga distancia.

“Vamos a suspender la medida de fuerza porque el señor (Jorge) Capitanich se ha comprometido y estamos conversando muy bien para encontrar una solución en estas paritarias con los empresarios. Tal vez esta semana podamos tener una buena noticia en la negociación salarial”, declaró el dirigente de la UTA.

“Estamos en una mesa de diálogo con los empresarios y el Gobierno, agradezco a Capitanich y a (Julio) De Vido, que se han puesto a trabajar fuertemente para encontrar una solución porque el aumento salarial es un costo que los empresarios tendrán que poner o en la tarifa o en los subsidios, eso es una realidad.”

Por la mañana, en su habitual rueda de prensa en la Casa Rosada, Capitanich había sido consultado sobre el conflicto. El funcionario señaló que “existen más de 10 mil unidades de servicio urbano de pasajeros” y otras “4600 de larga distancia” e indicó que con los subsidios, el Estado “garantiza la calidad al usuario y un precio del boleto inferior a lo que se denominaría precio del mercado, en el marco de un esfuerzo para incrementar el ingreso disponible para trabajadores y usuarios”.

El jefe de Gabinete recordó por otra parte que en enero “existieron medidas de fuerza anunciadas que oportunamente pudieron resolverse a través de un sistema de anticipo, un acuerdo desde el punto de vista salarial”.

El ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, había hecho un llamado a la “racionalidad” y al “sentido común” a los dirigentes de la UTA. El ministro consideró que con la huelga se perjudicaría “sobre todo a los que menos tienen”, y remarcó “el “esfuerzo” que realiza el Estado nacional “con recursos” que destina al transporte público, en una decisión que “no tiene precedentes en la historia” del país. “El transporte público es inclusión, distribución de ingresos –destacó–, y está pensado para los que menos tienen.”