EL PAíS › DELFINA ROSSI, LA HIJA DEL MINISTRO DE DEFENSA QUE FUE CANDIDATA A EURODIPUTADA
La hija de Agustín Rossi tiene 25 años, vive en Barcelona y fue candidata a eurodiputada en un simbólico puesto 37 en una lista por una coalición de partidos de izquierda. En Argentina se define como peronista.
› Por Santiago Rodríguez
Desde Barcelona
“No sé si eso me sumó muchos votos”, dice entre risas Delfina Rossi sobre la repercusión que tuvo su reciente postulación a diputada europea por una coalición de partidos de izquierda de España. Delfina sigue los pasos de su padre, Agustín Rossi, y su candidatura por Iniciativa por Cataluña Verde en las elecciones al Parlamento Europeo del último 25 de mayo es un avance más en la carrera política que emprendió poco tiempo después de establecerse en Barcelona. La militancia es algo que trae desde la cuna. Ella no tenía uso de razón, pero sus padres se lo contaron y también hay una foto que tiene bien presente desde chiquitita: la del ramo de flores que al nacer le enviaron compañeros del hoy ministro de Defensa con una tarjeta que decía: “Querida Delfina, bienvenida a las juventudes peronistas”.
Delfina Rossi se mudó a Barcelona en 2002, junto a su madre y a su hermano mayor Agustín. Los doce años que lleva fuera de la Argentina no lograron borrarle su tonada rosarina de nacimiento, que ahora se le mezcla con el catalán. Tampoco alteraron su ADN político: “Yo soy peronista”, se define. El interés por la política lo adquirió de chica en su casa y en sus primeros años de adolescencia la hizo acercarse al centro de estudiantes de la Escuela Superior de Comercio de Rosario. “Nos movilizábamos contra el ajuste en la universidad que impulsaba Cavallo”, recuerda hoy, a los 25, ya con varios años de política a cuestas y una candidatura sobre sus espaldas.
Delfina es licenciada en Economía y tiene también un master en esa materia. En su cuenta de Twitter se presenta como “Feminista, ecologista y de izquierda. Nacida en Argentina, politizada en Barcelona”, y fue de candidata a diputada europea en el puesto 37 de la lista de la Izquierda Plural de toda España. Se postuló en el marco de esa coalición en representación de Iniciativa por Cataluña Verde, que a nivel distrital en Cataluña la llevó en el quinto lugar.
“Disfrutá de la campaña”, fue el consejo que le dio su padre. Según cuenta Delfina –que aclara que fue candidata “como un acto más de militancia”, porque de antemano sabía que no entraría al Parlamento Europeo–, entre ellos hablan mucho de política. Y dice que a veces también discuten, pero prefiere dejar para el ámbito privado esas charlas por donde pasan sus diferencias.
Su experiencia como candidata no fue mala. “Dicen que las campañas sirven para crecer y a mí me vino bien. Además, crecimos en términos electorales”, es su balance. Del ocho por ciento de votos que había obtenido en la anterior elección de diputados europeos en Cataluña, el espacio donde hace política la hija de Rossi pasó al doce por ciento el pasado 25 de mayo y consiguió sumar seis eurodiputados.
Delfina empezó a militar en Iniciativa por Cataluña Verde al año de llegar a Barcelona. “Me costó un tiempo acomodarme”, dice. El primer paso fue acercarse a las marchas de protesta contra la guerra en Irak en la que por aquellos días había decidido embarcar a España el ex primer ministro José María Aznar. De ahí en adelante, fue involucrándose cada vez más hasta convertirse en la co-portavoz de las Juventudes Verdes. Así llegó a ser asesora en temas económicos y feministas del eurodiputado de Iniciativa por Cataluña Verde Raúl Romeva y ahora reparte sus días entre Bruselas, ciudad sede del Parlamento Europeo, y la capital catalana.
De la política argentina, Delfina está al tanto a partir de lo que lee y de lo que habla con su padre. Por eso prefiere opinar sólo en trazos muy generales y lo que advierte es que desde España “se da un panorama muy sesgado del gobierno kirchnerista” a través de medios como los del Grupo Prisa “que defienden a ultranza los intereses españoles en Latinoamérica con un posicionamiento muy imperialista”.
La última vez que Delfina estuvo un tiempo largo en Argentina, hace unos años, colaboró con una campaña de su padre, pero no más que eso. “Me gusta hacer política donde estoy”, aclara cuando se le pregunta si tiene pensado volver al país con ese objetivo y afirma que hoy no es ese su plan. De todos modos, no cierra la puerta porque dice, también, que “sí sé que voy a hacer política donde esté”, y que sigue otro consejo de su padre: “La política no se piensa a más de tres meses”.
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