EL PAíS › EL VICEPRESIDENTE INSISTIó EN SEñALAR EL ROL DE LOS CICCONE Y LOS BANQUEROS
Criticó al juez y mencionó a Marcelo Ruiz, un abogado relevante en la SIDE, que acompañó a los Ciccone cuando fueron a declarar. Señaló que en su declaración reivindicó la actuación de la AFIP y que Clarín tituló lo contrario.
› Por Irina Hauser y Raúl Kollmann
El vicepresidente Amado Boudou reiteró ayer que el juez Ariel Lijo “no investiga a ningún empresario grande”, que le quiere adjudicar la propiedad de lo que fuera Ciccone Calcográfica pero evita seguir la ruta del dinero que demostraría que el salvataje de la imprenta fue obra de la propia familia Ciccone, que retuvo la propiedad de la empresa, pero recurrió al financiamiento de Raúl Moneta y, presumiblemente, del banquero Jorge Brito. Durante su declaración indagatoria, el vicepresidente apuntó a Marcelo Ruiz, un abogado de papel relevante en la SIDE, que apareció acompañando a los Ciccone cuando fueron a declarar en la causa. Boudou vinculó a Ruiz con Lijo y sostuvo que, asombrosamente, a partir de su aparición al lado de los Ciccone éstos pasaron de imputados a testigos, luego a querellantes, después les quitaron el papel de querellantes, los dejaron como víctimas y ahora los volvieron a imputar. Buena parte de la acusación de Lijo contra Boudou se basa en los testimonios de los Ciccone que, por otra parte, están reclamando que los indemnicen por la estatización de la empresa.
El vicepresidente habló ayer con Radio Del Plata, Continental y Cooperativa. Reafirmó los tramos fundamentales de su declaración indagatoria y reiteró sus cuestionamientos al magistrado. “Hay una parte oscura del expediente: la actuación del juez con los Ciccone. En más de 60 testimoniales fue incisivo y preguntó en forma punzante, pero a los Ciccone no les preguntó nada, los dejó contar su relato y sólo les hizo preguntas formales y de ocasión.” El vicepresidente recordó que, además de haberlos pasado de imputados a testigos, no permitió que sus abogados –Diego Pirota, Eduardo Durañona y Déborah Lichtman– asistieran a la declaración porque los Ciccone argumentaron que se sentían amenazados.
El debate alrededor del testimonio de los Ciccone es clave porque es utilizado por el juez como pieza fundamental para su acusación. Guillermo Reinwick y su suegro, Nicolás Ciccone, afirman que se reunieron con Boudou y con su amigo José María Núñez Carmona y que por esa vía arreglaron el traspaso de la empresa. Eso que dijeron como testigos, lo repetirán en sus declaraciones indagatorias y será el sostén del eventual procesamiento del juez. El vicepresidente, en cambio, sostiene que es totalmente falso lo que dicen los Ciccone, que es una versión guionada, no hubo tales encuentros, que no hay ningún tipo de llamadas, y que los Ciccone están tratando de sacarse las acusaciones de encima y, sobre todo, apuntan a conseguir una indemnización porque la calcográfica fue estatizada. Para ese cambio, los Ciccone –dijo Boudou en su indagatoria– recurrieron al abogado Marcelo Ruiz, al que le adjudica vínculos con el juez.
“A mí se me adjudica haber adquirido Ciccone, pero en el expediente consta que el 100 por ciento de la firma The Old Fund, una de las que controla Ciccone, está en manos de Guillermo Reinwick, yerno de los Ciccone. Y eso está firmado ante escribano.”
Los Ciccone dicen que firmaron los papeles porque estaban amenazados, pero nunca hicieron ninguna denuncia. “Ellos son más de amenazar que de ser víctimas –dijo Boudou en su declaración–. Negociaron con la dictadura, con los países africanos, Reinwick es socio de Luis Barrionuevo en un restaurante.”
El vicepresidente fue especialmente sarcástico con el titular de ayer del diario Clarín, que señaló que había derivado responsabilidades en la AFIP. La realidad es que en la declaración sostuvo todo lo contrario: apoyó la actuación del ente recaudador y del titular de la AFIP, Ricardo Echegaray. “El título de Clarín es un mamarracho. La AFIP siguió el camino correcto en todo lo que se hizo. No se puede imputarme a mí ese camino de ninguna manera.”
“Esta causa judicial es una señal para que nadie se anime frente a los medios concentrados y los empresarios fuertes –concluyó el vicepresidente–. El Gobierno tiene esa rebeldía y eso no se perdona. Yo me formé dentro de ese espacio político.”
En un par de frases que parecieron apuntar a una interna en el Ejecutivo, Boudou sostuvo “alguien siente que le convendría que a Fulano o a Mengano le vaya mal y filtra alguna noticia que tiene mucho de mentira y un poco de verdad. Yo pienso que cuando un político tiene algo que decir, lo dice en público, poniendo la cara y la voz. No banco para nada a los machos del off. Hablan en off pero no ponen la cara”.
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