El represor Ricardo Luis Von Kyaw permanece desde ayer en la cárcel de Marcos Paz. Fue detenido en Panamá por Interpol y la Policía Federal Argentina, tras permanecer cuatro años prófugo. La semana próxima será interrogado en dos causas que lo tienen como acusado del secuestro de 137 personas durante la última dictadura cívico-militar y la participación en el robo de la identidad de Sebastián Casado Tasca, nacido en 1978 durante el cautiverio de su mamá en el centro clandestino de detención conocido como La Cacha. La Asociación Abuelas de Plaza de Mayo celebró la noticia.

Von Kyaw revistió en el Ejército y, durante el terrorismo de Estado que se desplegó sobre el país, integró el Destacamento de Inteligencia 101 de La Plata. Tiene 66 años y desde hacía cuatro era buscado por su actuación en La Cacha, el centro clandestino que funcionó en un predio de Radio Provincia ubicado en la localidad de Olmos entre los años 1976 y 1978.

El represor está imputado de haber participado en la privación ilegal de la libertad agravada de 137 personas y de haber sido partícipe de la retención y sustracción de identidad de Casado Tasca, quien recuperó su identidad en febrero de 2006. Teodoro Gauto y él eran los únicos dos imputados en la causa por los crímenes de lesa humanidad cometidos en La Cacha que permanecían prófugos. La Justicia ordenó su captura nacional en marzo de 2010, que fue transformada en internacional un año después. Por el aporte de datos que ayudaran a dar con su paradero, el Ministerio de Justicia ofrecía 100 mil pesos.

“Celebramos una vez más que la Justicia avance contra estos crímenes atroces contra nuestros hijos y nietos, por los que hace más de treinta años pedimos justicia”, consideraron las Abuelas de Plaza de Mayo al conocer la noticia de la captura del “entregador de uno de los nietos recuperados”. El Ministerio de Seguridad informó ayer, a través de un comunicado, que el represor “fue apresado el 19 de junio por una comisión integrada por la Sección Extradiciones del Departamento Interpol y la Dirección General de Operaciones de la PFA, producto de una exhaustiva investigación en conjunto con la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) que supervisó el secretario de Seguridad, Sergio Berni”.

Según indicó el parte oficial, el represor “desplegó numerosas estrategias para evitar su detención, como contar con documentación falsa para acreditar una nacionalidad distinta a la argentina” al momento de ser demorado. Von Kyaw tenía un pasaporte de Paraguay en el que figuraba como alemán nacionalizado en ese país. La Interpol panameña detectó irregularidades en la documentación y decidió tomarle huellas dactilares y remitirlas, junto con el pedido de información, a Interpol Argentina, explicaron desde Abuelas. “Fue allí que se lo identificó como prófugo con orden de captura internacional implicado en estas dos causas por delitos de lesa humanidad”, relató la Asociación en un comunicado propio.

Las autoridades panameñas decidieron su expulsión y, en colaboración con la Dirección General de Operaciones de la Policía Federal Argentina (PFA) y la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), lo detuvieron. Llegó a Argentina ayer y fue trasladado a Marcos Paz. El miércoles próximo deberá prestar declaración indagatoria por los crímenes cometidos en La Cacha y un día después, por su participación en la entrega de Casado Tasca, restituido por las Abuelas en febrero de 2006.

Adriana Leonor Tasca era estudiante de Derecho y fue secuestrada en La Plata a fines de 1977 cuando estaba embarazada de Sebastián. Su papá, Gaspar Casado, también era estudiante universitario y corrió la misma suerte. Según testigos, Adriana habría estado cautiva en la ESMA. Sin embargo, el bebé nació en La Cacha, en marzo de 1978. Von Kyaw está acusado de haber entregado a Sebastián al matrimonio integrado por Angel Capitolino y Silvia Molina, quienes lo inscribieron como hijo propio con una partida de nacimiento falsa firmada por la médica policial Nora Manacorda. Ambas fueron condenadas en 2011, en el marco de un debate oral y público en el que el joven apropiado pudo ofrecer su testimonio. En su versión de los hechos insistió en que Molina no sabía su origen, pero sí Capitolino, quien falleció antes de ser sometido a debate público. El hombre había sido denunciado en 1984, pero la causa entonces no avanzó.