EL PAíS › A 40 AñOS DE LA MUERTE DE PERóN > DISTINTAS MIRADAS SOBRE EL 1º DE JULIO DE 1974
Estela de Carlotto
Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo
CONMOVIDA POR LA JUVENTUD
La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, recordó que el día que murió Juan Domingo Perón se sintió “muy conmovida” por ver cómo sus dos hijas, militantes de la Juventud Peronista, “sufrían por la muerte de su líder”, y llamó a los argentinos a “recordarlo como un hombre con virtudes y defectos que pasó a la historia por lo que hizo por su Patria”. “Eran momentos de un gobierno constitucional muy frágil y mi marido y yo sufríamos mucho por el compromiso militante de nuestras hijas”, relató. Recordó las “discusiones cariñosas con Claudia y con Laura, que eran defensoras a ultranza de Perón, y mi marido y yo, que estábamos en la vereda de enfrente”. Luego, dijo: “Comencé a valorarlo y a entender que había hecho muchísimo por su país, alentando a la juventud a participar y comprendiendo el desafío de gobernar después de una dictadura atroz que lo obligó a 18 años de exilio y a regresar con una salud quebrantada”.
Eduardo Jozami
Director del Centro Cultural Haroldo Conti
UNA LECTURA DESAPASIONADA
Eduardo Jozami, director del Centro Cultural Haroldo Conti que funciona en la ex ESMA, afirmó que “Perón fue un líder nacional que pensaba en un país con distribución del ingreso, más justo, con mayor participación de los asalariados en el PBI y con una idea de conducción política, de cómo se organizaba el país”. Agregó que a 40 años de su muerte, “es posible hacer una lectura más desapasionada, reconociendo tanto aspectos positivos de sus mandatos como hacer una lectura crítica de los últimos años de su gobierno”. “Su muerte implicó la desaparición de la única posibilidad de establecer un control relativo de la profunda crisis que había en el peronismo y de dar continuidad al gobierno iniciado en 1973. Desde sectores de JP y Montoneros existió una reacción muy dura contra Perón, se perdió de vista la significación global de su figura en una coyuntura muy crítica que imponía una visión sesgada del proceso”, agregó.
Dante Gullo
Diputado porteño
LA PERSECUCION
“La muerte de Perón vino a interrumpir un proceso de diálogo que iniciamos con él después del 1° de mayo (de 1974) y que se profundizó después del 12 de junio, cuando él dio su último discurso en la Plaza”, señaló el diputado porteño Dante Gullo, dirigente de la JP en los ’70. “Luego, cuando nos quedamos sin Perón, (José) López Rega e Isabel toman otro camino. Profundizan la persecución sobre nosotros con la Triple A y ya no hubo vuelta atrás.” “A mí, la muerte de Perón me sorprende en el comité nacional de la UCR, me encontraba en una reunión con (Ricardo) Balbín, armando una charla que íbamos a tener con sectores juveniles de ese partido. La idea era armar una reunión pública entre Perón, Balbín y las juventudes del peronismo y el radicalismo para fijar coincidencias. La muerte de nuestro conductor frustró todo.”
Horacio González
Director de la Biblioteca Nacional
UNA MEMORIA SOCIAL
“La coherencia del peronismo es la coherencia de una fuerza que acepta muchos matices y acepta que esos matices tengan una condensación en una figura central: Perón. Eso, de alguna manera, aparece depositado hoy en la figura de Cristina Fernández de Kirchner”, dijo el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, aunque diferenció entre los que arrean hacia el neoliberalismo bajo la cobertura del peronismo y los que ven al movimiento creado por Perón “como una memoria social que no se puede manipular”. El sociólogo y ensayista señaló que Perón habló de la “felicidad del pueblo y de la grandeza de la Nación, pero también hay un hilo de tragedia que mantiene viva la memoria”. Señaló que “si se habla de la tela profunda que hay en el peronismo, es necesario hablar de estas cosas. Porque finalmente explica su supervivencia, la complejidad de la historia del peronismo y el hecho evidente de que personas de izquierda hayan pasado a actuar en el peronismo”.
Norberto Galasso
Historiador
LA CRISIS MAS PROFUNDA
“La muerte de Perón, en gran medida, significó la crisis más profunda del peronismo, porque ya no habría nadie con capacidad para realizar lo que a él mismo le resultaba difícil: conciliar los componentes internos del movimiento”, analizó Norberto Galasso. El historiador ubicó al menemismo como la fase “antiperonista” del movimiento nacional, que “hegemonizado por intereses extranjeros lleva adelante la destrucción de todo lo positivo que había hecho Perón del ’45 al ’55, con sus políticas de liberación nacional e industrialización con inclusión social”. Opinó que con Néstor Kirchner se inicia un proceso de “reconstrucción del movimiento nacional con perfiles propios”. “Hay peronistas históricos, que dicen ‘yo apoyo a Cristina porque soy peronista’ y otros de la juventud que sostienen ‘nosotros no somos peronistas; somos kirchneristas; reconocemos la importancia del peronismo, pero somos otra cosa, un tercer movimiento histórico’.”
Lorenzo Pepe
Titular del Instituto Nacional J. D. Perón
LAS CHARLAS EN MADRID
“Aún hoy recuerdo el abrazo que me dio cuando llegué a su casa de Madrid (en febrero de 1966). Aún hoy me conmueve recordar ese abrazo, al que todavía puedo sentir. Yo sabía que me abrazaba el más grande de los hombres que la política argentina había parido”, recordó el dirigente peronista Lorenzo Pepe, titular del Instituto Nacional Juan Domingo Perón. Contó que las charlas duraban horas, mientras compartían un café, un cognac o un paseo por el jardín de la residencia, acompañado de sus perros caniches, “por los que sentía locura”. Recordó que Perón le dijo: “Mire, Lorenzo, lo que usted no consiga con un abrazo difícilmente lo consiga con una trompada. Un hombre persuadido lo acompaña a su jefe hasta el final del camino, mientras que un tipo obligado se le raja en la primera esquina”.
Taty Almeida
Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora
UNA EX GORILA
“Escuché la información por la radio, y no obstante no haber votado jamás al peronismo, su muerte me impactó”, dijo Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. El 1º de julio de 1974, Almeida no estaba en su casa en donde vivía –ya separada– con sus dos hijos, Fabiana y Alejandro, que sería desaparecido por la Triple A, un año después, bajo la presidencia de María Estela Martínez de Perón. Almeida dice que en esa época era “gorila”, ya que pertenecía a una familia en la que la mayoría de sus miembros eran militares, incluso la familia de su esposo, y con un padre que fue gobernador de la provincia de Entre Ríos durante el gobierno de Arturo Frondizi. “Estoy segura de que desde donde esté (Alejandro) debe decir ‘mirá esta gorilita de mierda en qué se convirtió, y en buena hora’.”
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