Dom 20.07.2014

EL PAíS  › EN EL CONGRESO, EL PRESIDENTE XI JINPING HABLO DE “UN PUNTO DE PARTIDA HISTORICO”

China se llevó la camiseta número diez

La agencia oficial china Xinhua definió la visita del presidente Xi a la Argentina como un upgrade de las relaciones entre los dos países. Los gestos de armonía con el más alto nivel de la política local. Qué significa tener relación integral con Beijing.

› Por Martín Granovsky

Lionel Messi terminó el Mundial devaluado pero un 10 siempre es un 10. El presidente chino Xi Jinping se llevó ayer del Congreso una camiseta de la Selección Argentina con ese número en la espalda y su nombre estampado. Diplomático, Xi felicitó al equipo por el subcampeonato. Fue el final de una visita de Estado donde ambos países parecieron conseguir lo suyo. China, afirmarse en América latina. La Argentina, avanzar en el proceso de diversificación de relaciones que puede serle útil durante la pelea con los fondos buitre y más todavía después.

“Estamos en un punto de partida histórico”, dijo el presidente chino, que a su vez es secretario general del Partido Comunista y presidente de la Comisión Militar Central. Partido, Estado y fuerzas armadas son los tres pilares del poder político en esa nación de 1350 millones de habitantes censados en 2012.

Jorge Malena, director de Estudios de China Contemporánea en la Universidad del Salvador, dijo a Página/12 que tras esta visita de Xi Jinping la Argentina cambia de categoría en las relaciones exteriores de China.

“Hasta ahora era considerado socio estratégico y desde ahora es socio estratégico integral”, dijo.

–¿No es un simple juego de palabras? –le preguntó este diario.

–No –respondió Malena–. Para China, los socios estratégicos comparten objetivos en el área económica y en el área política. Cuando Beijing habla de socio estratégico integral es porque le suma la rama científica, la tecnológica e incluso eventualmente la militar. En América latina el aliado histórico, ya estratégico integral, era Cuba. Con Brasil también se estaba dando un despliegue similar. Este es el segundo viaje de Xi Jinping a la región. China busca establecer una relación más amplia y profunda. Dada la complementariedad económica y la cercanía en las visiones políticas, los chinos no quieren dejar de estar presentes aquí.

Dentro de esa línea que busca presencia en la Argentina, la visita al Congreso estuvo rodeada de gestos prácticos por ambas partes y por el arco político local:

- Amado Boudou fue el encargado de entregar la camiseta del 10 y presidir la recepción de Xi junto con el titular de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez.

- Xi no tuvo ningún problema en asistir y en sacarse una foto con Boudou a pesar de que el vicepresidente esté procesado. “Los chinos observan siempre el mando ejecutivo y si las instancias inferiores a ese mando tienen políticas contradictorias hacia ellos”, dijo a Página/12 un dirigente kirchnerista que pidió reserva de su identidad. “Desde ese punto de vista, Boudou no les hacía ruido, porque además había estado de visita en China y no había mostrado diferencias con la actitud de la Presidenta sobre las relaciones entre los dos países”.

- El presidente chino eligió igual ir un sábado al Congreso aunque fuese imposible en términos prácticos una sesión especial de recepción. Es parte de la gestualidad amistosa y de las formalidades del caso.

- La presencia de Boudou ayer fue recibida por senadores opositores argentinos con un pragmatismo tan intenso como intensa fue su resistencia a que Boudou presidiera la sesión del 11 de julio sobre inmunidad financiera. El Senado dio media sanción ese día a la ley que establece que “los bancos centrales extranjeros u otras autoridades monetarias extranjeras son inmunes a la jurisdicción de los tribunales argentinos”. A la vez, el texto establece que “la inmunidad mencionada será aplicable en la misma medida en que los activos del Banco Central de la República Argentina gocen de inmunidad conforme la legislación del país al cual pertenece el banco central extranjero”. La norma era necesaria para el acuerdo que Cristina Fernández de Kirchner y Xi Jinping firmaron el viernes y que deja el camino abierto para que BCRA reciba divisas de China.

- En la reunión con Xi estuvieron no sólo Boudou y Domínguez sino también, entre otros, los senadores del Frente para la Victoria Pablo González, Ruperto Godoy y Rodolfo Urtubey, y la senadora del Movimiento Popular Neuquino Carmen Crexell. Entre los diputados, fueron al Congreso el socialista Hermes Binner, el diputado por el PRO Pablo Tonelli, el massista José de Mendiguren, la jefa del GEN e integrante del FA-Unen Margarita Stolbizer, y los oficialistas Omar Perotti, Luis Basterra y Julia Perié.

El santafesino Perotti, un precandidato a la gobernación, es el presidente del grupo de amistad con China en la Cámara baja.

“El grupo tiene gran dinamismo y una extraordinaria vitalidad, lo cual tiene que ver con un vínculo bilateral que creció también desde lo parlamentario”, dijo a este diario el kirchnerista mendocino Guillermo Carmona, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores.

En los grupos parlamentarios de amistad los integrantes se anotan por iniciativa propia. El de amistad con China es el que más creció en los últimos años.

El aumento del peso relativo también coincidió con la presidencia de la cámara por parte de Domínguez. Antes de diciembre de 2011, cuando fue ministro de Agricultura después de la crisis de la 125, Domínguez cultivó la relación con China en el ámbito agropecuario.

Lo cierto es que, más allá del protocolo, la visita de Xi a la Argentina tuvo un ingrediente de debate financiero y menciones a la reestructuración de la deuda del que careció el reciente paso del presidente ruso Vladimir Putin.

Tanto en el Salón Parodi como en el Salón Azul del Senado, Xi Jinping dijo que llegó a la Argentina “en visita de Estado para abrir nuevos horizontes”, y añadió que China “está dispuesta a hacer más esfuerzos para permitir el ingreso de más productos argentinos”.

“Sostuve una conversación muy fructífera ayer con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, y acordamos elevar las relaciones al nivel de asociación estratégica integral”, afirmó al aludir a las categorías de la diplomacia china.

“Ustedes son políticos con gran influencia en la Argentina”, dijo Xi. “El año pasado, el vicepresidente Boudou y Julián Domínguez emprendieron sendas visitas a China, profundizando el conocimiento mutuo y fortaleciendo el intercambio legislativo de ambos países. Quiero manifestar mi aprecio a su trabajo.”

“Sepan que la Argentina no es un simple comprador ni un socio comercial, sino un socio estratégico para trabajar juntos para tener un mundo más igualitario”, dijo Boudou.

“En lo político, la Argentina y China tienen una visión común sobre la construcción de un mundo multipolar”, dijo Malena en otro tramo del diálogo con Página/12. “No comparten la visión de un mundo unipolar y se oponen a las guerras preventivas unilaterales que llevó a cabo Washington”, dijo. También explicó que, a pesar de sus diferencias de escala, “los dos países se reconocen como naciones en vías de desarrollo, porque China tiene la mitad del PBI per capita que la Argentina”. Según Malena, esa realidad hace que China se vea a sí misma como potencia emergente y a la vez no quiera dirimir el liderazgo internacional por medio de la guerra. “Todavía les tienen que dar de comer a 400 millones de habitantes”, dijo.

Consultado por la idea de que la relación comercial con China refuerza la producción argentina de bienes primarios y no de productos con valor agregado, opinó el experto de la Universidad del Salvador que ése “es un debate ideologizado, porque la propia China está contribuyendo al agregado de valor en nuestro país”. Citó el experto de la Universidad del Salvador las exportaciones que acompañan a la soja: carne vacuna, leche en polvo, jugo, pescado congelado, transferencia de patentes farmacéuticas. “Antes ya vendía tubos sin costura, y China vende maquinaria que se utiliza en la industria argentina”, dijo.

Más caseros, Boudou y Domínguez intercambiaron regalos con Xi Jinping.

Boudou le regaló un mate repujado en plata, un libro de Néstor Kirchner, una bandeja y la camiseta con el 10.

Domínguez le entregó un bandoneón, un Martín Fierro y un libro con fotos de la Argentina.

Xi dejó un ánfora.

En 2013, el líder chino había visitado México, Costa Rica y Trinidad Tobago. En esta gira que termina recién el 23, además de la Argentina, con la que China comerció en 2013 un volumen de 14 mil millones de dólares, el programa incluye Brasil (90 mil millones de dólares), Venezuela (19.240) y Cuba (1879 millones). La visita a Brasil le sirvió a Xi Jinping para participar de la reunión de los Brics, el grupo de potencias emergentes que China integra junto con Brasil, Rusia, India y Sudáfrica.

En uno de sus últimos análisis, la web en inglés de la agencia china Xinhua señaló que en el 2000 China importó sólo 3900 millones de dólares de países latinoamericanos. “Una década después, la cifra llegó a 86 mil millones de dólares, una clara indicación de la velocidad con que crecieron las relaciones económicas entre ambas partes”, dice el texto.

Otro artículo comentó que la visita de Xi marcó un upgrade de las relaciones. Los viajeros frecuentes de avión y los usuarios de informática saben que upgrade es la palabra mágica que significa ascenso de nivel, modernización o mejora de prestaciones.

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