“¿Por qué se van? ¡Den el debate!”, gritaba desde su banca el senador kirchnerista Ruperto Godoy, mientras los legisladores de la oposición se levantaban de sus lugares para continuar con las críticas a Amado Boudou frente a las cámaras de televisión. Los senadores Gerardo Morales (UCR), Rubén Giustiniani (PS), Adolfo Rodríguez Saá (PJ disidente) y Gabriela Michetti (PRO) acababan de realizar un pedido de apartamiento del titular del Senado, que por primera vez presidía una sesión luego de su procesamiento en la causa Ciccone. “Su situación judicial y personal afecta el funcionamiento del Senado”, aseguró Morales, quien dijo que la presencia del vicepresidente los “agravia” y “avergüenza”. Desde el kirchnerismo salieron en bloque a bancar a Boudou, recordaron que varios dirigentes de la oposición procesados continúan en sus cargos y aclararon que ni la Constitución Nacional ni el reglamento del Senado establecen como causal de remoción o licencia el procesamiento judicial. Finalmente, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, tuvo que dar su informe sin la presencia opositora.

La participación de Boudou al frente de la Cámara de Senadores terminó de definirse ayer por la mañana. El vice tenía previsto un viaje a Colombia, pero desde el martes ya se sabía que su vuelo era por la noche, por lo que podía encabezar la sesión. A las 11, el jefe de la bancada del Frente para la Victoria, Miguel Pichetto, les transmitió a sus pares opositores que Boudou ocuparía su lugar.

Conscientes del clima de tensión que se generaría, los legisladores del kirchnerismo decidieron cancelar la sesión ordinaria en la que se iba a tratar la reducción del IVA para medios gráficos. Quedaba solamente entonces la convocatoria a la sesión especial para que Capitanich presentara su informe de gestión, por lo que no podía tratarse ningún otro tema. Por eso, los opositores tuvieron que recurrir a la cuestión de privilegio para plantear su reclamo, aunque formalmente no pudieron presentar el proyecto de resolución. Previamente, habían decidido que no contribuirían a lograr el quórum, por lo que el oficialismo tuvo que juntar los 31 senadores necesarios para arrancar el debate.

“Nosotros enviamos una nota hace un mes. Planteamos que usted debe apartarse del cuerpo”, arrancó el radical Morales, dirigiéndose a Boudou, que se mantuvo inmutable durante los cuestionamientos. El senador jujeño acusó al vice de obstaculizar la Justicia y de desprestigiar a la Argentina en el mundo. “La valoración que hacemos es política y tiene que ver con su conducta, con el decoro. Mientras usted está procesado, anda de joda con La Mancha de Rolando”, remató. Menos agresivos pero igual de críticos, Giustiniani, Luis Juez, Rodríguez Saá y Michetti cargaron contra Boudou, que seguía sin hacer un gesto. Le pidieron que diera “un paso al costado” hasta que el juez Ariel Lijo determine si es culpable o no. Insistieron con que obstruye a la Justicia y que su presencia genera “una incomodidad intolerable”.

Apenas arrancó a responder el santacruceño Pablo González, los opositores empezaron a juntar sus cosas. “Estamos acostumbrados a que se vayan, en 2001 lo hicieron en helicóptero”, los cruzó el senador patagónico. Unos doce senadores pidieron la palabra para apoyar a Boudou, una cifra alta en comparación con otros debates. Varios recordaron, sin hacer nombres, los casos de los diputados Oscar Aguad (UCR) y Federico Sturzenegger (PRO), ambos procesados y cuyas causas prescribieron. La chaqueña María Pilatti de Vergara recordó que senadores que se levantaron ofendidos enfrentan múltiples causas por sus gestiones. Aludía a casos como el del salteño Juan Carlos Romero y el santafesino Carlos Reutemann. También señalaron que en su momento Julio Cobos entorpecía el funcionamiento del Senado y la oposición no decía nada.

“A mí me incomoda que mis camaradas hagan caso omiso del mandato de la Constitución. No podemos venir a decir que podemos desaforar (a Boudou) cuando sabemos que no, porque no es un senador, es el vicepresidente”, señaló el aliado del FpV José María Roldán, quien condenó la “hipocresía” de la oposición, que ya había visto fracasar ocho pedidos de juicio político en la Cámara de Diputados.

Los propios senadores reconocían por lo bajo que es “discutible” su planteo, ya que se basa en el artículo 66 de la Constitución, el cual sostiene que cada cámara “podrá, con dos tercios de los votos, corregir a cualquiera de sus miembros por desorden de conducta en el ejercicio de sus funciones, o removerlo por inhabilidad física o moral sobreviniente a su incorporación, y hasta excluirlo de su seno”. Pero el vicepresidente, si bien preside el Senado, no es un miembro del Congreso sino que forma parte del Ejecutivo. Como tal, no tiene voz ni voto en las sesiones, salvo en caso de empate.

Respecto de la obstrucción de la Justicia, Godoy recordó que durante el gobierno de la Alianza, en pleno escándalo por las coimas en el Senado, se aprobó en 24 horas la ley de fueros, que establece que la inmunidad de los legisladores es sólo en materia de arresto, pero que el juez podía continuar con el proceso judicial. “Acusamos a la oposición de obstruir el funcionamiento de este Congreso”, dijo el sanjuanino.

El neuquino Marcelo Fuentes calificó como “patética” y que “raya la cobardía” la actitud de la oposición, que dejó el recinto: “Si usted es culpable de un crimen, es el de ser parte de este gobierno. Un gobierno que discute la renta genera enemigos, que se abroquelan en una campaña difamatoria contra su persona”, completó Fuentes. A diferencia de otras oportunidades, Pichetto fue muy breve para cerrar el tema. “Esto no es materia del Senado. Cualquier decisión corresponde al Ejecutivo”, afirmó el rionegrino, anticipando la posición de su bloque.