EL PAíS › GUIDO MONTOYA CARLOTTO SE JUNTO A ALMORZAR AYER CON SUS PRIMOS
El encuentro de los nietos de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo fue en La Plata. Guido conoció allí a sus trece primos del lado de la familia Carlotto. También estuvieron Sabrina y Merina Montoya, las hijas de Jorge, su tío paterno.
› Por Laura Vales
Un mediodía de asado en La Plata fue el modo y el lugar para que Guido, el nieto recuperado de Estela de Carlotto, se encontrara por segunda vez con su familia y conociera a sus primos. Trece por el lado de los Carlotto, más otros dos por la rama paterna de los Montoya: demasiados para aprenderlos en una sola tarde, en el reencuentro que empezaba a saldar 37 años de búsqueda entre bromas sobre la ensalada de nombres que esperaba al recuperado al sentarse a la mesa familiar.
La segunda reunión se hizo, como la del miércoles, en la casa de Claudia Carlotto, tía de Guido y titular de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi). Ahí estuvieron todos los Carlotto más Sabrina y Merina Montoya, las hijas de Jorge, el tío paterno de Guido, que hoy a las 15 dará una conferencia de prensa en la sede de Abuelas de Plaza de Mayo.
El nieto recuperado recibió durante la jornada un llamado de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que invitó a todos a la residencia de Olivos. Ya era de noche cuando el joven y sus familiares dejaron la casa de La Plata para ir hasta la residencia presidencial.
Los primos de Guido habían estado esperando conocerlo el miércoles, cuando el joven se reunió con su abuela Estela y sus tíos maternos. Su tía Claudia contó que, como los Carlotto son muchos, decidieron para no abrumarlo armar primero un encuentro más chico. “Los primos se quedaron a veinte cuadras, esperando todos juntos, pero cuando le decíamos a Guido que lo querían conocer, él respondía ‘hay tiempo, hay tiempo’... Quería ir de a poco, y con razón: nosotros hace 37 años que lo estamos buscando, y él recién hace dos meses que se enteró de que no era hijo del matrimonio que lo crió”, relató.
Claudia Carlotto detalló que Guido tuvo el primer dato que lo llevaría a buscar su identidad en junio, a través de su mujer. “Una persona la fue a ver y le dijo: ‘¿Sabe Ignacio que no es hijo de la gente que lo tiene?’ El a los dos días se presentó en Abuelas”, completó.
En el primer encuentro, los Carlotto quedaron impactados por el parecido físico de Guido con su padre, Walmir Montoya. “Es como si fuera el clon del padre”, definió la tía. Estela, siguió contando su hija, lo miraba tratando de encontrarle algún rasgo de los Carlotto. “Mami –le dije–, no hay con qué darle: ¡Es el calco de Walmir, de Laura no tiene nada!” En cambio, descubrieron que Guido tenía en su carácter marcas de la rama materna.
“El humor negro de la familia”, dijo Claudia que pensó cuando él contó que al enterarse de que el cotejo de los ADN había dado un resultado positivo, advirtió: “Si soy un nieto desaparecido quiero el ‘top ten’: o de Estela o de nadie”.
La titular de Abuelas lo encontró “reservado y templado”. “Es como yo en eso de que, para que llore, tiene que ser algo extremo como esto”, señaló ayer, cuando relató a los medios que la esperaron en la puerta de su casa cómo había sido el primer encuentro.
Guido había llegado acompañado por su mujer y dos matrimonios amigos, músicos como él. En el viaje tuvieron sus complicaciones: el GPS no pudo con las diagonales de La Plata, demoraron en encontrar la casa y tuvieron que llamar varias veces por teléfono para orientarse. En la ansiedad, Claudia y sus hermanos, Remo –presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados– y Kibo –secretario de Derechos Humanos bonaerense–, salieron a la vereda a esperarlo.
“Yo, en cambio, me quedé adentro”, contó la titular de Abuelas. “‘A ver si me caigo’, pensé. Tenía una emoción terriblemente contenida. Cuando él entró, lo abracé y le dije entre lágrimas: ‘Guido, mi nieto querido’, y él me dijo: ‘Bueno, bueno, despacito’.”
“Me encontré con un ser humano maravilloso, puro, sencillo, íntegro, positivo ciento por ciento”, agregó sobre su nieto la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.
Claudia completó que antes del encuentro, el joven la había llamado varias veces para saber cómo estaba Estela, y se mostró “muy preocupado porque estuviera bien”.
La primera reunión familiar se extendió por más de seis horas: una ronda de mates con factura y después, cuando se hizo se noche, llegó el auxilio del almacenero del barrio, que acercó una picada de emergencia. Ahí se organizó el asado para que se conocieran los primos.
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