EL PAíS › CARLOTTO SOLICITO AL JUZGADO QUE SU NIETO NO DEBA DECLARAR LA PROXIMA SEMANA
El abogado de Abuelas presentó un escrito a Servini de Cubría, requiriendo que se posponga la testimonial de Guido Montoya Carlotto para “no entorpecer la revinculación con su familia”.
› Por Irina Hauser
Estela de Carlotto está enojada con la jueza María Servini de Cubría. Un escrito que presentó en su nombre el abogado de Abuelas de Plaza de Mayo, Alan Iud, cuestiona la actuación de Servini al haber difundido en un programa de radio el nombre con el que fue criado su nieto, Guido Montoya Carlotto, y al haber especificado que vive en Olavarría. La presentación, además, pide que se postergue la declaración testimonial del joven, “a fin de no entorpecer la revinculación con su familia”, y que se adopten “medidas en resguardo de la privacidad”. Había sido citado para la semana próxima. Un material agregado, con una denuncia recibida por Abuelas hace cuatro años, señala un posible entregador del chico.
El juzgado resolverá hoy si modifica la fecha para que Guido se presente. La lógica indica que lo hará. Las Abuelas, durante sus 37 años de búsqueda, siempre han tenido como política preservar la intimidad de quienes acuden a ellas con dudas sobre su identidad. Ante el juzgado, reprocharon que apenas dos horas después de informarle a Carlotto sobre la restitución de su nieto, y cuando él mismo acababa de conocer su verdadera identidad, Servini dio una entrevista en Radio Del Plata en la que reveló los datos de Guido. El escrito reclama un trato “respetuoso y digno para las víctimas”, y proteger “su integridad física y moral, inclusive la de su familia”.
En el juzgado de Servini de Cubría existe una causa penal desde 1982, con mínimos movimientos y sin resultados, donde constan varios casos de posibles apropiaciones de hijos de desaparecidos. Uno de ellos es el de Guido. Por eso, la jueza fue quien citó a la presidenta de las Abuelas para darle la noticia sobre la aparición de su nieto tan esperado. A él, el resultado del estudio genético que había ido a hacerse por iniciativa propia se lo dio Claudia Carlotto, titular de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi), que además casualmente es su tía, hermana de su mamá biológica, Laura Carlotto, quien lo parió en cautiverio el 26 de junio de 1978, aunque fue anotado como si hubiera nacido el 2 de ese mes. Laura fue asesinada el 25 de agosto de aquel año, al costado de una ruta en la provincia de Buenos Aires.
Iud, el abogado de Abuelas, sostiene que antes de citar a declarar a Guido, quien necesita transitar la recuperación de su identidad con sus tiempos, el juzgado podría concentrarse en cuestiones básicas de la investigación. “Primero tendrá que reconstruir cómo fue arrancado de los brazos de la mamá y precisar dónde fue que nació, todos los intermediarios que participaron de su entrega y el médico que firmó la partida de nacimiento falsa”, explicó. Aunque hasta ahora, por datos y testimonios, existe la suposición de que Laura dio a luz en el Hospital Militar Central, otra hipótesis apunta al Penal de Olmos. Eso no está claro y hasta podría llegar a determinar que la causa a la larga cambie a un juzgado de La Plata. Laura estuvo secuestrada en esa jurisdicción, en el centro clandestino La Cacha.
Junto con el escrito de Carlotto se anexó material que podría serle útil a Servini: es la copia de una denuncia que habían recibido las Abuelas, en la que se señalaba que en Olavarría había un chico que podía ser hijo de desaparecidos y que podría haber sido entregado por Francisco “Pancho” Aguilar, dueño de un campo, con fuertes vínculos con los militares. En su chacra –precisamente– trabajó toda su vida la pareja de trabajadores rurales que crió a Guido como su hijo. Aguilar falleció hace tres meses y, al parecer, su muerte podría haber llevado a que Guido se enterara de que no era hijo biológico de quienes creía serlo. No tardó mucho en presentarse en Abuelas para pedir ayuda. Esta situación fue relatada por otro de sus tíos, Remo Carlotto, tras el primer encuentro familiar y una conversación de seis horas.
En Abuelas entienden que la prórroga de la declaración de Guido no afectará el devenir de la investigación, como sí, en cambio, la difusión de la identidad y el origen del nieto de Estela, que “comprometió el curso normal de los acontecimientos”. La última nieta recuperada, por ejemplo, Valeria Acuña Gutiérrez, dio su testimonio un mes y medio después de ser restituida. En el juzgado de Alicia Vence, de San Martín, entendieron que no había riesgos de fuga ni de ningún tipo para la causa y que de ese modo se respetaba a la joven. En otros casos, como el de Francisco Madariaga, sí fue necesaria su rápida declaración porque su apropiador lo amenazaba y podía fugarse. Desde el juzgado de Servini trasciende que, como hay una causa penal sobre la apropiación de Guido, deberían actuar con rapidez. Iud refutó: “No existe urgencia para su declaración”.
El enojo de Estela no tiene sólo que ver con la exposición de su nieto sino, también, con preservar y evitar desalentar a los otros nietos que seguirá buscando.
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