Luego de meses de no recibir a los gremios docentes para discutir el proyecto del instituto de evaluación educativa, la compañera de bloque de Graciela Ocaña, Cristina García, convocó ayer a UTE-Ctera a un encuentro en su despacho. El macrismo avanza hacia tratar la iniciativa mañana y espera contar con los votos de Ocaña para llegar a una situación de paridad, 30 votos contra 30 votos, lo que permitiría que desempate la vicejefa, María Eugenia Vidal. Sin embargo, en su encuentro con los docentes, García les aseguró que no votará nada que no tenga “un consenso de, por lo menos, 40 legisladores”. Para eso, el PRO deberá convencer al bloque de FA-Unen de que cambie su posición. Los macristas están trabajando, en particular, sobre los radicales que conduce Juan Nosiglia.

Tras la publicación de Página/12 del escenario en la Legislatura para la votación del Instituto de Calidad Educativa, que en la iniciativa del PRO tiene autarquía y puede recibir fondos privados, la legisladora García llamó a UTE-Ctera para que se acercaran a su despacho a conversar. De la reunión participaron ella y el jefe de despacho de García y Ocaña. Al encuentro fue el secretario de Organización de UTE, Kito Sueyro. Según relataron en UTE, García les dijo que no va a votar nada “que no tenga consenso de, por lo menos, 40 legisladores”. Esto implica que el PRO debe convencer a, aunque sea, parte del bloque de FA-Unen. Como adelantó este diario, el sector más permeable es el de Nosiglia. En la Legislatura se comenta que “el PRO está ofreciendo gerencias en el instituto para amigos de los opositores que voten la ley o bien contratos con consultoras”.

El legislador Maximiliano Ferraro, cuyo bloque presentó un dictamen diferente al del PRO, remarcó que no aceptarán un organismo externo al Ministerio de Educación. Ayer, se sumó la legisladora de FA-Unen Virginia González Gass, quien no dejó dudas sobre su posición: “Un instituto de evaluación educativa con fondos privados promueve la corrupción”, afirmó. “Si el macrismo logra juntar los 31 votos, Macri avanzará en un sistema competitivo con alumnos e instituciones de primera y de segunda y docentes devaluados. Esta ley lo único que garantiza es consolidar la brecha en el acceso al conocimiento. Está en línea directa con los postulados de Milton Friedman en educación”, indicó González Gass.

La legisladora macrista Victoria Morales Gorleri sostuvo, en cambio, que el proyecto “está muy lejos de ser un dispositivo de ‘vigilancia’ o de rankear docentes, como mezquinamente intentan hacer creer algunos sectores”. El titular de UTE-Ctera, Eduardo López, consideró: “Esperamos que el macrismo no vuelva a sancionar una ley educativa a espaldas de los docentes y canjeando cargos por votos como ya lo hizo en el 2011”.