“Voy a ser candidata a presidenta porque, si no, no hay estrategia. Yo no quería esto, pero me obligaron”, aseguró ayer la diputada de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, lanzándose al escenario electoral después de encabezar un desplante en un acto por diferencias políticas con sus aliados en FA-Unen, basada en la posibilidad de armar un espacio común con el macrismo. “En Unen sigue todo bárbaro, todos adentro”, sostuvo para intentar disipar la posibilidad de una fractura dentro del espacio político porteño que comparte con el radicalismo y con el senador Fernando “Pino” Solanas, entre otros dirigentes. Carrió apuntó además que no iba a abandonar Unen, “pero no me conducen la estrategia porque no la tienen”, echando culpas sobre el resto de los integrantes de la alianza por falta de planificación. “Quiero una alianza amplia, incluir al PRO y a un sector del peronismo, no el massismo obviamente que es el ‘narco Estado’, pero sí al sector del peronismo que quiera una nación nueva”, agregó la dirigente chaqueña, que insiste con la idea de integrar al PRO a una alianza para las elecciones presidenciales, lo que generó rispideces con los sectores de centroizquierda de Unen. Acerca del armado político electoral con el Frente Amplio Progresista, la dirigente apuntó contra el radical mendocino Julio Cobos y el socialista santafesino Hermes Binner. “Soy la única que estudió el tema de la deuda. Todo junio y julio me quedé en Buenos Aires mientras otros estaban en las Islas Malvinas (por Cobos) y México (por Binner)”, cuestionó la diputada y apuntó directamente contra Cobos porque se opone a una alianza con el PRO y “no es lógico eso y menos si el que invalida es Cobos, que fue vicepresidente de Cristina”.