Sáb 06.09.2014

EL PAíS  › LA INVESTIGACIóN SOBRE CICCONE CALCOGRáFICA

Un nuevo procesado

› Por Raúl Kollmann

En su ya tradicional resolución de los viernes, el juez federal Ariel Lijo dictó ayer el procesamiento de Guido Forcieri, ex jefe de asesores de Amado Boudou, por el delito de partícipe necesario de negociaciones incompatibles con la función pública. El magistrado afirma que Forcieri se reunió con el jefe de gabinete de la AFIP, Rafael Resnick Brenner, y que, según la versión de éste, abogó para que se le diera un plan de pagos a Ciccone Calcográfica y se levantara la quiebra de la empresa. El objetivo, según Lijo, fue que Boudou, José María Núñez Carmona y Alejandro Vandenbroele se quedaran con la empresa una vez levantada la quiebra. De esa manera, a Forcieri se le imputa haber colaborado, ser partícipe, de negociaciones impropias tendientes a que la imprenta fuera a parar a manos de Boudou y sus conocidos.

En su momento, Forcieri negó que su único encuentro con Resnick Brenner, el 25 de octubre de 2010, en el Ministerio de Economía, haya tenido ese objetivo. Sostiene que el funcionario de la AFIP fue a verlo para conseguir que el Ministerio de Economía le pague un litigio a su padre, Abraham, y que la reunión no tuvo nada que ver con la cuestión Ciccone. Además argumentó que no tenía firma, ni poder, ni influencia para hacer que la AFIP apruebe un plan.

El segundo elemento usado por Lijo contra Forcieri es que habría frenado un plan de inversión en la Casa de la Moneda para modernizar la imprenta oficial. El objetivo era que el Banco Central se viera obligado a contratar a Ciccone, garantizándose de esa manera el negocio. Nuevamente Forcieri argumentó que no tenía ningún tipo de poder para frenar una inversión y que, además, la inversión a la que se refiere el juez, una millonaria compra de maquinaria a la empresa KBA suiza, requería un aval que sólo podía conseguirse por ley del Congreso. El juez argumenta en el procesamiento que no importa la facultad real que tenían Forcieri o Boudou.

Por último, Lijo afirma que Forcieri, Núñez Carmona y Vandenbroele actuaron en forma conjunta, y utiliza como prueba la reserva en un vuelo de Aerolíneas Argentinas en que los tres viajaron a Brasil en asientos contiguos. Forcieri sostiene que conoce a Núñez Carmona desde que eran estudiantes de la facultad y que, como ambos iban a Brasil, Núñez Carmona se ofreció a hacer la reserva en la compañía de viajes habitual, Swan Turismo, donde trabaja Agustina Seguín, amiga de Núñez Carmona y ex pareja de Boudou.

En cambio, Forcieri afirma que no conocía ni tiene vínculo con Vandenbroele, con quien coincidió en ese vuelo, pero no por una relación anterior con él sino porque Vandenbroele viajaba con Núñez Carmona y éste había hecho las reservas. La prueba de que el viaje no era conjunto –afirma Forcieri– es que volvió al día siguiente y Núñez Carmona se quedó en Brasil.

Es seguro que habrá una apelación por parte de la defensa del ex jefe de gabinete de Boudou, hoy representante de países su-damericanos ante el Banco Mundial, con sede en Washington. Será otro aspecto de la causa

Ciccone que llegará a la Cámara Federal.

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