EL PAíS › LA PRESIDENTA INICIA HOY SU ACTIVIDAD OFICIAL EN NUEVA YORK
Cristina Fernández se reunirá con el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, con gremialistas con representación internacional y con el empresario George Soros. El miércoles hablará en la ONU, donde se prevé que apuntará contra los fondos buitre.
› Por Victoria Ginzberg
Desde Nueva York
Nueva York se preparaba a lo grande para el inicio de la 69º Asamblea General de la ONU. Una multitudinaria marcha convocada por organizaciones ecologistas contra el cambio climático atravesó Manhattan desde el Central Park hasta cerca del río Hudson. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner llegó ayer a la una de la mañana y comenzará hoy sus actividades. La primera será una reunión con el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon. Luego se encontrará con gremialistas con representación internacional y con el empresario George Soros. El miércoles hablará ante la Asamblea General de la ONU. Allí se espera un discurso que tenga como eje la denuncia a los fondos buitre y a la vez un reconocimiento al organismo que el 9 de septiembre aprobó la creación de una convención para regular la reestructuración de las deudas de los países. Como explicó ella misma el sábado, luego de reunirse con el Papa, CFK considera esa decisión como un triunfo del multitateralismo, a diferencia de la forma en que muchas veces se fijan posiciones a nivel internacional sobre la base de la primacía de las potencias por sobre la voluntad del resto de las naciones. El centro de Nueva York estaba ayer intransitable, al menos en auto. Todos los años, a fines de septiembre, la visita de más de cien jefes de Estado hace que muchas calles estén cortadas o con el tránsito restringido. Pero esta vez se sumó la Marcha del Pueblo por el Clima, de la que se estima que participaron más de 300 mil personas, entre ellas, el alcalde de la ciudad, el secretario general de la ONU, el exvicepresidente norteamericano Al Gore y hasta el actor Leonardo DiCaprio. Es que mañana, también en el marco de la ONU, se realizará la Cumbre del Clima (ver página 18).
CFK llegó a la ciudad desde Roma. Trajo de su visita al Vaticano el respaldo del papa Francisco en la pelea con los fondos especulativos que no entraron en el canje de deuda. La opinión de Jorge Bergoglio contra “la tiranía invisible” que provoca la “autonomía absoluta de los mercados” no es nueva ni fue elaborada específicamente en ocasión del conflicto con los buitres y el fallo del juez norteamericano Thomas Griesa, que los favoreció. Pero el hecho de que ambos se reunieran justo antes de que CFK hablara en las Naciones Unidas completó la señal enviada para los líderes mundiales que se juntarán esta semana y que, como el norteamericano Barack Obama, manifestaron su admiración por el Papa.
Hoy, la Presidenta sumará el apoyo de organizaciones gremiales de representación internacional. En el consulado argentino estarán, entre otros, el brasileño Joao Felicio y la australiana Sharan Burrow, presidente y secretaria general de la Confederación Sindical Internacional (CSI); Richard Trumka, presidente de la central obrera estadounidense Aflcio; el canadiense Hassan Hussef, de la CLC de Canadá; y el paraguayo Víctor Báez, secretario general de la Confederación Sindical de las Américas (CSA). También participarán el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, que se sumará así a la comitiva que acompañó a la Presidenta en Roma; el titular de la Uocra y secretario de Relaciones Internacionales de la CGT, Gerardo Martínez; el secretario adjunto de la CGT, Andrés Rodríguez; y el titular de la CTA, Hugo Yasky. La Confederación Sindical Internacional (CSI) es la central gremial más grande del mundo: agrupa a más de 176 millones de trabajadores afiliados en 325 organizaciones sindicales de 161 países diferentes.
La Presidenta tiene una relación cercana con la CSI desde que, junto con Brasil, la Argentina expresó en el G-20 el rechazo a la flexibilidad laboral como solución ante la falta de empleo y propuso que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) fuera asesora del G-20 en paridad com el FMI y el Banco Mundial.
La Confederación Sindical de las Américas, por su parte, en junio de este año repudió el fallo de la Corte Suprema de EE.UU. que favoreció a los fondos buitre. Lo calificó de “una decisión que su-bordina la soberanía económica de los países a la voluntad de los poderes financieros especulativos internacionales y sienta un precedente negativo para nuestra región y el mundo” y manifestó su “apoyo a la posición de la Argentina frente al litigio”.
CFK también verá al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, a quien, según adelantó, le hablará del proyecto de las Scholas Ocurrentes, una iniciativa que auspicia el Papa y que el Congreso argentino declaró de interés nacional a través de un proyecto del presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez. CFK contó que le pedirá a la embajadora argentina ante la ONU, Marita Perceval, que impulse ese tema en el organismo internacional. Se trata de la posibilidad de conectar instituciones educativas de todo el mundo mediante la tecnología, el arte y el deporte, con el objetivo de fomentar la integración social.
Por la tarde, la Presidenta tendrá reuniones privadas en el hotel Mandarin, donde se hospeda. Una de ellas será con el financista George Soros, quien es el cuarto mayor tenedor de bonos de YPF, pero que además inició una demanda contra el Bank of New York City Mellon por bloquear el pago de los bonos argentinos emitidos bajo la ley inglesa a raíz del fallo de Griesa.
El miércoles hablará ante la ONU. Los buitres seguramente serán el eje del discurso, pero se espera que, como ocurre todos los años, haya reclamos por la soberanía de las islas Malvinas y por el atentado a la AMIA. El mismo miércoles, la Presidenta participará de una sesión del Consejo de Seguridad convocada por Obama. Allí se aprobará una resolución que intentará impedir el reclutamiento de personas de distintos países por parte de organizaciones extremistas como el Estado Islámico. La Argentina es miembro no permanente de este órgano de las Naciones Unidas, donde tienen asiento a perpetuidad y con poder de veto Estados Unidos, Rusia, Inglaterra, Francia y China. Pero la Argentina aboga por modificar el organismo para contrarrestar el poder que tienen los cinco grandes. Al poder de veto y las decisiones tomadas bajo la influencia de las potencias, la Argentina contrapone las votaciones como la que ocurrió cuando se decidió la creación del marco regulatorio para las deudas soberanas.
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