Los jueces de todo el país votarán hoy a sus tres representantes para los próximos cuatro años en el Consejo de la Magistratura. A diferencia de otras elecciones anteriores, donde la disputa fue entre dos listas, este año serán tres, lo que puede llegar a diversificar el bloque de la familia judicial, donde actualmente es mayoría el oficialismo (la lista Bordó) de la tradicional Asociación de Magistrados. No está claro todavía, de todos modos, cómo impactará el cambio en la relación de fuerzas dentro del organismo, pero se avizora un clima de mayor negociación que en otros tiempos, ya que disminuyó en forma notoria el enfrentamiento entre la dirigencia judicial y el kirchnerismo tras la batalla por la reforma, fallida en buena medida.

La comunidad judicial da por hecho que ingresará como consejero Luis Cabral, actual titular de la Asociación, por la lista Bordó, pero, a diferencia de los dos consejeros salientes de esa misma agrupación (Ricardo Recondo y Alejandro Sánchez Freytes), ha tenido un mayor acercamiento al Gobierno, o al menos mayor diálogo. Lo habitual era que esa lista disputara los cargos con la Celeste, conocida como más progresista, que ahora se partió en dos. La Celeste lleva como primera candidata a la camarista Gabriela Vázquez. La escisión de esa agrupación se llama Compromiso Judicial y el primer candidato es el juez federal de Bariloche Leónidas Moldes.

En el funcionamiento interno del Consejo son comunes los empates entre el kirchnerismo y un grupo de radicales, jueces y abogados. Quien solía destrabar era el camarista Mario Fera, de la lista Celeste. Es posible que esta dinámica cambie. Si entra un consejero de cada lista, el kirchnerismo posiblemente tenga mayor margen de negociación con la corporación de jueces; si queda afuera Vázquez esas posibilidades se reducen. El padrón es de 768 jueces en todo el país y votan unos 650. Si el que obtiene más votos alcanza más del 50 por ciento del total, también entra su número dos, que en el caso de Cabral es la chaqueña Zunilda Niremperger, de buenos vínculos con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. Hay chances de que entren los otros dos candidatos.

Cabral, juez de tribunal oral criminal y subrogante en Casación, tiene un histórico predicamento entre los jueces, pero los más antikirchneristas no le darían su apoyo, que es factible trasladen a Moldes, pese a que no es una figura conocida. Moldes –apoyado por el operador judicial Javier Fernández– se separó de la lista Celeste por diferencias sobre la reforma judicial, a la que se oponía y, mientras crecía una suerte de campaña sucia que intentaba asociar a Vázquez con la organización Justicia Legítima, a la que dijo que no pertenece. Los tres, en sus discursos de campaña, hablaron de solucionar los problemas crónicos del Consejo.

Cabral se aferró a su gestión como consejero entre 2006 y 2010, sacó a relucir que fue el primero que denunció trampas en los concursos y que pese a ser juez actuó como acusador de pares. Vázquez hizo hincapié en temas de interés de los jueces: pregona que no se hagan públicas en Internet las declaraciones juradas y que se rechacen in limine las denuncias que apunten a cuestionar el contenido de las sentencias. Moldes apuntó a eso mismo y pidió que se cumplan plazos.

Días atrás, los abogados porteños votaron a Adriana Donato, de Gente de Derecho (PRO, massismo y aliados). Algún cambio en la relación de fuerzas del Consejo podría surgir también según quien triunfe el viernes para suceder al radical Daniel Ostropolsky.