Por tercera vez en menos de un mes y medio, el kirchnerismo realizó un acto político con decenas de miles de asistentes en un estadio de fútbol: un detalle que, a 300 días de las PASO y poco más de un año de las elecciones presidenciales, vuelve a marcar una diferencia con el resto de los espacios que pretenden disputarle el poder. Ayer fue el turno de Nuevo Encuentro, la organización que encabeza el titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, Martín Sabbatella, cuyos militantes llenaron la cancha y las tribunas de Atlanta, replicando lo que ya habían logrado el Movimiento Evita, en Ferro, y La Cámpora, en Argentinos Juniors.

“No hay nada más peronista que ser kirchnerista”, arengó Sabbatella en su discurso de cierre, ante más de veinte mil personas, casi todas con la camiseta turquesa que identifica a la agrupación. A decir verdad, no hubo grandes diferencias en la liturgia de este acto con respecto a la de otros de corte justicialista: hubo bombos, banderas y otros instrumentos musicales, hubo choripanes en las esquinas del estadio, hubo demoras en el comienzo y papelitos en el final. El escenario estaba adornado con gigantografía de Néstor Kirchner y de CFK y, a los costados, los rostros de Hipólito Yrigoyen, Juan Perón, Eva Duarte de Perón y el Che Guevara, en una síntesis de la idiosincrasia de la convocatoria.

Los primeros oradores fueron dos referentes del interior del país: la militante feminista puntana Cintia Luján, y el jujeño Hugo “El Coya” Condorí, el único sobreviviente de la comisión directiva de la obra social del Ingenio Ledesma en los ’70 y querellante en el juicio por esa causa. Luego fue el turno de Carlos Heller, quien caracterizó al kirchnerismo como un movimiento que forma parte de “la mejor tradición nacional y popular del país” y planteó el posicionamiento del espacio: “No nos sentimos aliados del kirchnerismo, somos parte del kirchnerismo”.

Tres precandidatos presidenciales del Frente para la Victoria presenciaban el acto desde la primera fila: el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri; el presidente de la cámara de Diputados, Julián Domínguez; y el ministro de Defensa, Agustín Rossi. A ellos, y a los que no asistieron, interpeló Heller: “Hay por delante tiempos de definiciones. Queremos que empiecen a hablar de las propuestas. Queremos que nos digan qué va a continuar y qué es lo que van a cambiar”. Además, aclaró, “Cristina Fernández de Kirchner es la líder presente y futura de este proyecto”.

Entre los invitados hubo una nutrida concurrencia de funcionarios y dirigentes oficialistas, como el ministro de Trabajo, Carlos Tomada; casi toda la mesa directiva de La Cámpora; intendentes como Darío Díaz Pérez (Lanús) y Alberto Ferraresi (Avellaneda); el titular de Miles, Luis D’Elía; entre otros. Sobre el escenario, referentes de Nuevo Encuentro entre los que se destacaban el titular de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky; el embajador argentino en Bolivia, Ariel Basteiro (hubo un video ad hoc de Evo Morales antes de que comenzara el acto); el legislador porteño José Campagnoli; el intendente de Morón, Lucas Ghi; y el diputado bonaerense Adrián Grana.

Para cuando fue el turno de Sabbatella el sol ya se había puesto en Villa Crespo y las nubes de lluvia, que habían hecho un repliegue estratégico a media tarde, volvían a amenazar a los asistentes. Eso no le impidió a Sabbatella explayarse en un largo y enérgico discurso, en el que destacó “la alegría de los militantes” en contraste con “la bronca y el odio que está del lado de los que pierden privilegios”. El titular de la Afsca, además, advirtió que “los buitres de afuera y los buitres de adentro” vienen “por las conquistas” ya que “no se bancan no decidir más”, sino que “decida el pueblo a través de sus representantes”.

El diferendo con los fondos buitre también tuvo su momento en el discurso del ex intendente de Morón: “Somos un mal ejemplo, y quieren que escarmentemos. Por eso nos dicen que estamos en desacato. Nosotros estamos orgullosos de ser desacatados”, dijo. Y por último, hizo referencia a la consigna que convocó al acto, “Cristina, presente y futuro”, al señalar que “el kirchnerismo no es sólo el presente, no es sólo un momento pasajero”, sino que “es una identidad que construyó un sentido de pertenencia” que se proyectará más allá del año que viene. “El 10 de diciembre de 2015 Cristina dejará de ser Presidenta, pero seguirá siendo la jefa de este movimiento político. Por eso nuestro desafío es construir más kirchnerismo”, concluyó.