EL PAíS › EL GRUPO DE ACCION FINANCIERA INTERNACIONAL RETIRO A LA ARGENTINA DE LA “LISTA GRIS”
El GAFI destacó la mejora del marco jurídico argentino contra el lavado de dinero. El titular de la Unidad de Información Financiera, José Sbattella, dijo que la decisión de ese organismo le da al país “credibilidad internacional” y “claros beneficios”.
› Por Eduardo Febbro
Desde París
La Argentina subió un escalón por su acción contra el lavado de dinero. El GAFI, el Grupo de Acción Financiera Internacional encargado de supervisar el comportamiento de los Estados ante el lavado de dinero, el financiamiento del terrorismo y la integridad del sistema financiero internacional, retiró al país de la “lista gris” en la cual lo mantenía desde hace años. “Son prácticamente cinco años. Nos costó una pelea externa y también dominar las ondas de mala fe desde la Argentina”, dijo con alivio el licenciado José Sbattella, presidente de la Unidad de Información Financiera. En un encuentro con la prensa realizado en la embajada argentina de la capital francesa, Sbattella puntualizó que este trabajo lo hicieron “solos” y que la decisión del GAFI le da al país “credibilidad internacional” y “claros beneficios”.
Además de salir de la penalizadora “lista gris”, el organismo intergubernamental precisa sin ambigüedad alguna la tangibilidad de los progresos hechos por el país. En su comunicado, el Grupo de Acción Financiera Internacional destaca que la Argentina estableció un marco “jurídico normativo suficiente para cumplir con sus compromisos dentro de su plan de acción con respecto a las deficiencias estratégicas que el GAFI había constatado en junio de 2011”. En lo concreto, Buenos Aires deja de estar sujeta a los procesos de monitoreo por parte del GAFI. Cabe destacar que, pese a las interpretaciones tendenciosas de la oposición en Argentina y a los baches informativos de cierta prensa, la “lista gris” de la que salió Argentina indicaba la existencia de relaciones de compromiso y colaboración, algo muy distinto a la “lista roja” o la “lista negra”. La “lista gris” identifica a las naciones con deficiencias estratégicas pero que aceptaron elaborar un plan de acción para superarlas. Este era el caso de la Argentina y ya fue superado. En este contexto, el titular de la Unidad de Información Financiera observó que el caso argentino “demoró más por el trabajo sucio de la oposición, los medios hegemónicos y la cantidad de explicaciones sobrecargadas” que hubo que dar debido al “bombardeo interno que influyó en las decisiones técnicas. Esto es un golpe sano a la racionalidad de la oposición”, observó Sbattella, para quien la decisión del GAFI es “la coronación de un esfuerzo”. El país está hoy en igualdad de condiciones con los miembros del G-20.
Los beneficios de la decisión del GAFI son varios. Según puntualizó en París la delegación argentina que negoció con el organismo intergubernamental, uno de ellos radica en que “las empresas pagan menos costos”. El fiscal general Carlos Gonella, titular de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), explicó que “cuando un país se encuentra dentro de la lista gris, los costos de las transferencias de dinero son más caros”. Ahora, dijo Gonella, “se bajan los costos y se dinamizan las transferencias internacionales”. El titular de la Unidad de Información Financiera también incluyó entre los beneficios “la posibilidad de intercambio de información. Esto permite acelerar toda la información que los jueces piden a través de los exhortos. Esa posibilidad de intercambio permite rastrear el financiamiento de las distintas estructuras delictivas, entre ellas toda esta cuestión del financiamiento del terrorismo islámico”. De ahora en más, la Argentina tendrá un acceso mucho más directo a toda la información.
Nadie negó la persistencia de cierta “hipocresía” en este tipo de entes internacionales. Occidente es juez y parte. Por ejemplo, el actual presidente de la Comisión Europea, el ex primer ministro de Luxemburgo Jean Claude Juncker, no sólo gobernó uno de los principales paraísos fiscales de Europa, sino que, además, fue uno de los más fervorosos defensores del secreto bancario. “Algunos de los países que forman parte del GAFI, sin ir más lejos las grandes potencias, albergan guaridas fiscales”, reconoció Carlos Gonella. En todo caso, el fiscal puso de relieve el avance que se registró entre la “desastrosa” visita del GAFI efectuada en 2009 y el momento actual. María Gómez, directora de Coordinación y representante ante organismos internacionales de la UIF, recordó que en 2009 “no se podía dilucidar cuál era el objetivo estratégico que como país teníamos que adoptar. Hoy estamos en una clara coordinación”. La conclusión del fiscal Gonella es contundente: “La Argentina tiene un diseño normativo y una colaboración entre los organismos públicos y privados vinculados al riesgo económico en la República Argentina que es compatible con los mejores estándares internacionales para combatir el lavado de activos”. La delegación argentina explicó igualmente que, en adelante, el país, “además de legitimarse, puede ahora exigir hacia afuera”. Gonella ligó el beneficio de la decisión del GAFI con la batalla actual contra los fondos buitre en un contexto donde “la ONU, a partir del caso argentino, está discutiendo un marco normativo para regular la rapiña financiera internacional”. En otro ángulo más práctico, Sbattella aclaró que “la recaudación fiscal del país mucho tiene que ver con la transparencia de la adecuación con el GAFI. Esta situación obliga lentamente a un orden económico distinto”. Sbattella observó que “el esquema del stock de dólares en la Argentina como el más grande per cápita en el mundo se termina”. Se trata, en suma, de “un alerta para los sectores que se manejan libremente”. El blanqueo de capitales y la evasión fiscal son problemas mundiales. Francia tiene un recurrente conflicto con Bélgica y, sobre todo, con Suiza, a raíz de las facilidades que estos países ofrecen a los llamados “exiliados fiscales”. El FMI calcula que, a escala mundial, el blanqueo de capitales se sitúa en un abanico que va del 2 al 5 por ciento del PIB. Pero esto es sólo una estimación blanda en un sistema mundial donde persisten redes y dispositivos invisibles para extraer capitales y proteger a los evasores.
El GAFI y los países que lo componen diseñan un esbozo naciente contra el crimen de guante blanco. La Argentina es hoy un miembro pleno y reconocido. El “certificado de alta calidad” obtenido por Buenos Aires tendrá su correlato de aperturas, la consiguiente ampliación de la confianza y una posición más influyente en varios organismos bancarios internacionales. Sbattella está convencido de que este paso “echa por tierra esta visión de un país aislado en el medio de la nada”.
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