EL PAíS › TERCER ENCUENTRO DE ARTE URBANO Y MEMORIA EN LA EX ESMA
La jornada será otra muestra de las actividades que se desarrollan en el Espacio Memoria y Derechos Humanos que funciona en el ex centro clandestino de detención. Habrá propuestas culturales como la realización de murales, clínicas y talleres artísticos.
“Para las Madres, la tecnicatura representa la posibilidad de proyectar a sus hijos”, dice Fátima Cabrera y cita las palabras de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora: “Nuestros hijos militaban, pero también hacían música, eran alegres”. Cabrera es la coordinadora de la Tecnicatura Popular de Música que ese organismo y la Fundación Música Esperanza realizan desde hace tres años en el Espacio Memoria y Derechos Humanos que funciona en la ex ESMA. En ese ámbito y con ese espíritu, hoy se realizará la tercera edición del encuentro de Arte Urbano y Memoria, que incluirá diversas propuestas culturales como la realización de murales, clínicas, talleres artísticos.
El lugar donde hace casi noventa años comenzaron a formarse oficiales y suboficiales de la Armada, incluidos los que tuvieron un rol protagónico durante el terrorismo de Estado, es desde 2004 un ámbito de construcción de la memoria colectiva y de promoción de los derechos humanos. Entre las variadas actividades que se realizan en su seno, se encuentran la Tecnicatura Popular de Música y la Tecnicatura Superior en Periodismo Deportivo, la primera pública y gratuita de la ciudad de Buenos Aires. El Espacio también es sede de la Maestría en Derechos Humanos, Estado y Sociedad de la Universidad de Tres de Febrero (Untref) y de la Maestría en Comunicación y Derechos Humanos de la Universidad de La Plata.
“Cuando las Madres reflexionaban sobre las actividades a desarrollar en el Espacio pensaron en algo que estuviera dirigido especialmente a los jóvenes y que estuviera relacionado con el arte”, recuerda Fátima, de reconocida labor en el Programa Nacional de Alfabetización. Tras el contacto con el pianista Miguel Angel Estrella y su Fundación Música Esperanza, surgió el proyecto de la tecnicatura, que se concretó con el aval de la Universidad Nacional de La Plata y el financiamiento del Ministerio de Desarrollo Social que conduce Alicia Kirchner, explica en una entrevista realizada por el área de prensa del propio Espacio.
El recordado militante y ex sacerdote Patrick Rice, quien fuera compañero de Fátima, con quien tuvo tres hijos, “armó todo el eje de derechos humanos” de la carrera. “Desde Música Esperanza trabajó mucho Daniel Gonnet, que es el cocoordinador e hizo todo el armado profesional de la tecnicatura”, cuenta Cabrera. “Un ensamble de ritmos variados, baile y canto le ponen alegría y vida a un lugar donde primó la oscuridad y el horror”, dice, y cuenta con orgullo que ya tienen 280 alumnos, de los cuales 110 ingresaron en 2014. “La tecnicatura se orienta a formar músicos sociales”, dice Cabrera. “Se promueve una incidencia de la carrera en lo social, fomentando que los jóvenes realicen proyectos a nivel comunitario y poniendo mucho énfasis en la inclusión”, destaca. En el último año de cursada los alumnos tienen obligación de trabajar en radios comunitarias o hacer talleres barriales. En la Villa 31, por ejemplo, “hay un galpón que va a ser un Centro Integral de Desarrollo, que es de Música Esperanza, y la tecnicatura está dando allí talleres a partir de la música, como un lenguaje especial y que aglutina a las personas”.
“Cuando observo a los alumnos que cursan en la tecnicatura, que participan, interactúan, debaten, inmediatamente pienso en la victoria, en lo que logramos, y que pudimos ganar un lugar de verdad”, explica el docente Simón Mayer, coordinador de la Tecnicatura en Periodismo Deportivo. Se trata de una iniciativa conjunta de H.I.J.O.S. con la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Plata, el Ministerio de Educación y la Secretaría de Derechos Humanos. “Esa perspectiva acentúa la idea de no naturalizar lo que sucede en este espacio. Es por eso que es importante pensar que no estamos en cualquier sitio sino en un lugar como es la ex ESMA, que aún continúa interpelándonos”, advierte. Docente platense, Mayer cuenta que fue convocado por sus nueve años “en distintas extensiones territoriales de la Universidad de La Plata” y reivindica el trabajo territorial. “El territorio es sumamente fructífero tanto en lo personal como en lo colectivo, ya que permite trazar diagnósticos diversos, articular perspectivas distintas, y de por sí es sumamente enriquecedor en lo afectivo y en lo humano en general.”
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