La presidenta Cristina Fernández de Kirchner continúa internada en el Sanatorio Otamendi por la infección intestinal que la aqueja desde el domingo pasado, “con dieta especial, cumpliendo tratamiento sintomático y antibiótico” y sin una estimación sobre cuándo será dada de alta, según el último parte oficial de la Unidad Médica Presidencial, difundido ayer por la tarde en la Casa de Gobierno.

La comunicación, firmada por los doctores Marcelo Ballesteros y Daniel Fernández, expresa que la jefa del Estado “cursa su quinto día de internación por un cuadro de sigmoiditis” y “continúa internada para completar el tratamiento con control evolutivo y estudios de rutina”. El secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro, informó que hoy se dará otro parte.

Fernández de Kirchner está internada en esa clínica privada porteña desde el domingo por la tarde por un cuadro de sigmoiditis, una infección en el sistema digestivo. El parte médico más específico, dado a conocer el miércoles pasado, indica que una vez dada el alta, la Presidenta deberá “mantener reposo” en la quinta de Olivos y no podrá realizar “desplazamientos” como “mínimo por diez días”, lo que canceló su viaje a Australia para participar de la Cumbre del G-20, que se realizará los próximos 15 y 16 de noviembre.

En su lugar viajarán el ministro de Economía, Axel Kicillof, y el canciller, Héctor Timerman. Allí, Cristina Kirchner tenía acordado un encuentro con su par Dilma Rousseff, el primero entre ambas luego de la reelección de la brasileña.

Debido a este problema de salud, CFK ya había tenido que cancelar esta semana una visita oficial de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet. Las jefas de Estado esperaban conmemorar juntas los treinta años del Tratado de Paz y Amistad bilateral y cinco del Tratado de Maipú, firmado por ambas. En el acto –suspendido por ahora sin nueva fecha– estaba prevista además una videoconferencia con el papa Francisco.