El embajador ante el Mercosur y la Aladi, Juan Manuel Abal Medina, recibió ayer la despedida de sus pares de la región, que recordaron como marcas de sus seis meses en Montevideo el homenaje de Estela de Carlotto y la declaración tomada por unanimidad contra el accionar de los fondos buitre. En diálogo con Página/12 mientras prepara su reemplazo de Aníbal Fernández en el Senado nacional, Abal Medina hace un repaso sobre su gestión, la realidad regional y aporta una mirada sobre su futuro en la Cámara alta. “El estancamiento del Mercosur es una gran falacia. Está en su mejor momento, por donde se lo mire”, asegura el ex jefe de Gabinete y pone como ejemplo la reciente incorporación de Bolivia y la anterior de Venezuela. Su asunción como integrante del bloque del Frente para la Victoria se realizará el lunes 29, precisamente cuando se trate el proyecto de elección popular de los legisladores del Mercosur. “Hay muchas opiniones por vagancia intelectual y no investigar los temas. Un Parlamento democrático del Mercosur es un anhelo de todos los partidos políticos de la región”, responde frente a las críticas opositoras al proyecto.

–¿Qué balance hace de su paso por la embajada argentina ante el Mercosur y la Aladi?

–Fue bastante emocionante escuchar las palabras de despedida de los embajadores porque no hablan a título personal sino por sus gobiernos. En realidad me sentía muy contento porque estos seis meses habían dejado una huella en la construcción regional. Pero no voy a negar una leve tristeza porque realmente me pareció un ámbito muy interesante para la construcción de políticas. La embajadora de Brasil, una persona de larga trayectoria, dijo que se había emocionado apenas dos veces de esa manera en su vida, una cuando Angola había entrado en Naciones Unidas y otra cuando participó del homenaje que le hicimos a Estela de Carlotto como ciudadana ilustre de América latina. El embajador de Ecuador comentó sobre Unasur y Néstor (Kirchner), cada uno de los hechos iba marcando una cuestión regional que era muy satisfactoria. Recordé que la primera sesión que me tocó propusimos el apoyo a la Argentina por los fondos buitre y salió por unanimidad, posteriormente con la misma fuerza salió el tema de Malvinas. Sentí que los ámbitos regionales existen, que la solidaridad existe.

–Pero algunos señalan que el Mercosur ha perdido impulso frente a otras construcciones...

–El estancamiento del Mercosur es una gran falacia, está en su mejor momento por donde se lo mire. Incluso a estas críticas de sectores del pensamiento económico tradicional, de la derecha, les contestamos con números. Desde que el Mercosur se constituyó hasta ahora, el comercio interregional creció del 7 por ciento al 14. Esto es importante porque entre nosotros no solo comerciamos materias primas sino que nos vendemos productos con valor agregado. Entonces eso significa más trabajo, más educación, más impuestos, más empleo en blanco. Aparte es un club del que cada vez más quieren ser miembros. Se incorporó Venezuela, ahora Bolivia quiere entrar.

–Algunos candidatos presidenciales se han expresado en contra de fortalecer la unidad regional, ¿no puede haber un retroceso?

–Ellos representan otra cosa pero más como slogan de campaña que como una realidad. A todos los que hablan de integrarnos solos al mundo les digo que si Alemania, Francia, Italia e Inglaterra, con lo que representan en términos de la economía global, se dieron cuenta de que para existir autónomamente en el mundo tienen que integrarse, que nosotros no entendamos lo mismo es francamente una miopía llamativa.

–En Argentina se criticó el proyecto para la elección popular de parlamentarios del Mercosur porque no tiene facultades concretas, usted va a votar el proyecto en su primera sesión como senador, ¿qué responde?

–Hay muchas opiniones por vagancia intelectual y no investigar los temas. Un Parlamento democrático del Mercosur es un anhelo de todos los partidos políticos de la región. Tiene que ver con darles legitimidad democrática a construcciones que si las hacen sólo organismos técnicos de las cancillerías pierden sustento.

–¿Qué perspectiva tiene de su tarea en el Senado?

–Para mí es un desafío muy importante representar a la provincia de Buenos Aires, la más grande del país. Obviamente que me motiva. Voy a defender con orgullo este proyecto que venimos desarrollando desde el año 2003.

–El año que viene va a ser un año electoral, ¿cree que todos los candidatos del FpV representan la continuidad de este proyecto?

–Lo que hay que discutir en Argentina, como dijo la Presidenta, son los proyectos. Si no la política termina convirtiéndose en caritas que la gente elige por si son más o menos simpáticas. Cada uno de los candidatos, y los nuestros más que nadie, lo que tendrían que hacer es proponerle a la ciudadanía sus propuestas y que la ciudadanía con su voto defina.