EL PAíS › SE ACELERA LA DEFINICIóN DE CANDIDATURAS EN LA CAPITAL FEDERAL
El kirchnerismo tiene anotados a Cabandié, Cerruti, Heller y López, entre otros. Además, podrían jugar Taiana o Recalde. De todas maneras, tras el adelantamiento de la elección porteña definido por el PRO, apuntan a llevar no más de tres candidatos a las PASO.
› Por Nicolás Lantos
“El 2015 ya empezó. Las elecciones en Capital son pasado mañana.” La definición, gráfica, pertenece a un armador del peronismo, preocupado por los plazos para llegar con una propuesta electoral competitiva a los comicios porteños. El desdoblamiento respecto del calendario nacional, establecido por ley y ejecutado por voluntad política del PRO, adelantó todos los plazos para las definiciones. Mientras el macrismo dirime la sucesión del actual jefe de Gobierno al tiempo que busca darle un espaldarazo a su proyecto presidencial, y Unen se apresta para repetir o mejorar su performance de hace dos años para intentar el batacazo, el kirchnerismo, siempre de punto en este distrito, busca presentar una boleta competitiva que pelee por ingresar a un eventual ballottage al tiempo que contribuya, con un buen resultado, a la inercia del Frente para la Victoria en el mapa nacional, de cara a las elecciones presidenciales de octubre.
Luego de meses de especulaciones, en los últimos días las definiciones comenzaron a caer como fichas en una máquina tragamonedas que acierta la combinación correcta. En el PRO, el jefe de Gabinete porteño Horacio Rodríguez Larreta y la senadora por la Ciudad Gabriela Michetti se cortaron solos, y sólo resta ver si definirán en las PASO o habrá un dedo en Bolívar 1 que ordene el campo, llevando a la legisladora como vice de Mauricio Macri en su proyecto presidencial y cediéndole la CABA al funcionario. En tanto, el principal candidato de la alianza Unen, Martín Lousteau, ya lanzó su candidatura y se perfila como la principal amenaza a la hegemonía amarilla en territorio porteño. Pero el peronismo, tercero en discordia en ese vals, todavía sigue lejos de definir cómo llegará al 6 de marzo, fecha límite para presentar las listas.
“El calendario electoral se nos cayó encima”, confiesa un dirigente del peronismo porteño. Otro, del ala progresista del Frente para la Victoria, acepta que “no hay una maduración sobre cuál es el mejor plan” de ese espacio para encarar las elecciones locales, que tendrán sus primarias abiertas el 26 de abril y las generales en julio. Una tercera figura, conocedora del territorio, asegura, con menos vueltas: “Todavía estamos en bolas”. El escenario es incierto aunque todavía quedan sesenta y ocho días hasta el 6 de marzo, día fijado para el cierre de listas en este distrito: el plan es llegar a esa fecha con todas las propuestas kirchneristas “por adentro”, dirimiendo candidaturas en las PASO entre dos o tres propuestas. “No más de tres” es el deseo (o la orden) que emana de Casa Rosada, donde hay cierta alarma por la proliferación de candidatos que no logran, en ningún caso, resumir en su figura a todos los sectores que conforman ese espacio.
Ya se anotaron en la carrera para postularse a jefe de Gobierno los diputados nacionales Juan Cabandié (La Cámpora) y Carlos Heller (Nuevo Encuentro), los legisladores Gabriela Cerruti (también en NE) y Dante “Canca” Gullo (un histórico del PJ porteño), el subsecretario de Relaciones con la Sociedad Civil, Gustavo López (Forja), el titular del Banco Provincia, Gustavo Marangoni (hombre de confianza de Daniel Scioli), y la ex legisladora María José Lubertino. Además, algunas agrupaciones barajan el nombre del ahora precandidato presidencial Jorge Taiana (Movimiento Evita), y podría sumarse a esa lista el presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, también parte de La Cámpora. Otros nombres que se pusieron en la mesa, como el del secretario de Seguridad, Sergio Berni, o el del ministro de Economía, Axel Kicillof, hoy por lo menos no suenan con fuerza.
De todos los anotados, picó en punta Cabandié, que ya desde hace un par de meses comenzó a planificar su candidatura. Su nombre es casi una fija para competir en las PASO del FpV, impulsado por La Cámpora, con venia del PJ local y un guiño de la Casa Rosada, que de todas formas por ahora sigue mostrándose prescindente, aunque no neutral, en las internas. El único escenario en el que podría perder ese lugar sería en caso de que Recalde, titular del Congreso Justicialista de la Ciudad de Buenos Aires, se decida a jugar y muestre mejores números que el diputado nacional, “algo que en este momento parece muy lejano”, según el análisis que se hace en el peronismo porteño.
El segundo casillero en las PASO kirchneristas de la Ciudad está reservado para Nuevo Encuentro: el espacio comandado a nivel nacional por el titular de la Afsca, Martín Sabbatella, busca poner un precandidato a competir en las primarias para hacer valer el peso que tiene en este distrito. En esa dirección, Cerruti está unos pasos por delante de Heller, aunque todavía no hay definiciones institucionales en este tema. Otros sectores del peronismo no kirchnerista también se arriman a NE en busca de apoyo a su propia precandidatura, como el jefe de Forja, Gustavo López, que se muestra en sus actividades junto al diputado nacional Carlos Raimundi, que forma parte de ese espacio.
Hay lugar para uno más en ese esquema, y en teoría ese lugar es para Taiana. El ex canciller, actualmente en la Legislatura porteña, está anotado en la carrera presidencial, en representación del Movimiento Evita y de otras organizaciones sociales y políticas de base con presencia territorial en la Ciudad. Aunque él jura y perjura que su objetivo es disputar las PASO nacionales de agosto, muchos de los espacios que lo apoyan no ven con malos ojos que “baje” a territorio porteño, donde le ven mayores posibilidades de éxito. La última palabra será suya, y en caso de que decline, deja un espacio libre que podría ocupar algún justicialista histórico como Gullo, o el sciolista Marangoni, que todavía no resigna sus chances, a pesar del bajo conocimiento que tiene en el distrito.
En un panorama históricamente hostil para el peronismo, los objetivos –sea cual fuere el candidato que finalmente represente ese espacio– son aproximarse a la performance que se alcanzó en 2007 y 2011, superando la marca de 25 puntos y consiguiendo arrebatarle a Unen el segundo lugar, lo que permitiría disputar el ballottage contra el PRO (la ley porteña exige el 50 por ciento de los votos para ganar en primera rueda y hoy ningún candidato exhibe ese nivel de adhesión). Además, lograr un buen resultado en abril y en junio permitirá “hacer un mayor aporte al liderazgo de Cristina Fernández de Kirchner”, pensando tanto en los comicios nacionales que tendrán lugar unos meses más tarde como en el escenario poselectoral. “Hay que hacer una buena elección en la Ciudad para fortalecer la opción kirchnerista en agosto y octubre”, resumen la estrategia, que terminará de delinearse en la cálida y vacía Buenos Aires de enero.
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