EL PAíS › LOS PRECANDIDATOS DEL FRENTE PARA LA VICTORIA ADELANTAN SUS PLANES
Daniel Scioli, Sergio Urribarri, Agustín Rossi, Aníbal Fernández, Julián Domínguez y Jorge Taiana hablaron con Página/12 sobre las medidas que tomarían en caso de llegar al gobierno. También dijeron qué mantendrían del actual modelo y qué cambiarían y expusieron por qué habría que votarlos.
–¿Qué hay que mantener y defender del actual modelo y qué hay que incorporar?
–Los logros son muchísimos. Tendríamos que dividirlo en varias partes. Este gobierno pensó seriamente en discutir el tema de la educación. Néstor planteó llegar a 10 puntos del Producto Bruto Interno invertidos en educación y eso se logró. Yo creo que ése es un tema prioritario. Se decía que gobernar era poblar... pero yo creo que gobernar es educar. Todo lo que sea en función de eso es fundamental. Otra cuestión es el tema del desarrollo en términos de crecimiento. Es clave tener una apuesta fuerte a la industria nacional y al crecimiento del valor agregado. Para eso hay que gestar políticas industriales y agrarias comunes, y hay que sentarse a discutir con todos los sectores, algo que siempre sostuve. También hay políticas en cuanto al reconocimiento de derechos... los legisladores no le otorgamos derechos a la sociedad, sino que en todo caso lo que hacemos es reconocerlos. La Asignación Universal por Hijo, las diecisiete vacunas obligatorias, las Convenciones Colectivas de Trabajo, los cinco millones de puestos de trabajo, los nuevos jubilados; esas son todas políticas de inclusión que hay que defender con uñas y dientes. Por delante queda pensar seriamente en profundizar la política de industria nacional, de todas las formas posibles. Pero todo junto no se puede hacer y hay que ver cómo se ordena el funcionamiento de esos sectores de la mejor forma posible.
–¿Cuáles serían sus primeras medidas de gobierno?
–Estamos a un año. Hablar ahora sería irresponsable. Pero está claro que soy un tipo que he defendido las políticas de este gobierno, por lo que no me apartaría nunca en líneas generales de lo que se ha hecho desde 2003 hasta ahora. Lo que sí variaría seguramente es la impronta, porque no es lo mismo la impronta que puedo ponerle yo a un gobierno que la que le puso Cristina, que a su vez es diferente a la que le dio Néstor. Pero está claro que no cambiaría ninguna política de fondo.
–¿Por qué habría que elegirlo a usted y no a los otros precandidatos del Frente para la Victoria?
–Yo tengo una ventaja: a diferencia de los otros precandidatos, yo ya fui dos años y medio jefe de Gabinete de Ministros y, desde ese lugar, administré el presupuesto de este país, con seriedad y responsabilidad, respondiendo a las propuestas que indicaba la Presidenta de la Nación, que es quien fue electa democráticamente para decidir esas direcciones. Yo creo que haber tenido esa responsabilidad muestra una diferencia con otros dirigentes que hay en este espacio, pero no es más que eso. Lo que son mis ideas las he expresado y ahora el pueblo deberá decidir cuál es el candidato que mejor puede cuidarle los garbanzos a la sociedad argentina, que de eso se trata.
–¿Qué hay que mantener y defender del actual modelo y qué hay que incorporar?
–Hay que defender la política de desendeudamiento, la recuperación de las capacidades del Estado como garante del bien común, la valorización de la política como instrumento para transformar la realidad, la política de Estado de Memoria, Verdad y Justicia, la recuperación de la cultura del trabajo, el pleno funcionamiento de las paritarias y las organizaciones sindicales, la protección de los sectores más vulnerables, la política de inversión y desarrollo en ciencia y tecnología, la política de autoabastecimiento energético con cuidado ecológico, el valor agregado en origen y la industrialización de los recursos naturales. Hay que profundizar la integración Sur-Sur, defender el proyecto de la Patria Grande, la institucionalización de la participación de los jóvenes en el proyecto de país. Hay que avanzar en los objetivos pendientes respecto de la democratización de los medios y la Justicia. Néstor y Cristina recuperaron la política para que desde el Estado se decida siempre en beneficio de las mayorías. En los próximos años, estamos en condiciones de incorporar 5 millones de hectáreas en el norte grande al sistema productivo sustentablemente y con protección de la biodiversidad, para hacer posible producir 60 millones de toneladas más de cereales y oleaginosas en el año 2020 y así lograr el umbral de 160 millones de toneladas. Tenemos también el desafío de pensar la integración bioceánica de América, con conexión entre el Atlántico y el Pacífico. Industrializar la ruralidad, generar valor en origen y federalizar el crecimiento productivo.
–¿Cuáles serían sus primeras medidas de gobierno?
–Constituir una política nacional para implementar un nuevo diseño territorial que contemple crear 100 ciudades en el interior del país y el traslado de la capital a Santiago del Estero, formar un Fondo de Sustentabilidad Educativa a largo plazo que incremente el logro alcanzado del 6,5 por ciento del PBI destinado a la educación pública y gratuita, constituir un organismo regulador del comercio de granos, crear el ministerio de cooperativas, recuperación plena del sistema de transporte ferroviario y el fluvio-marítimo nacional para las cargas de bienes y servicios, crear un Banco Industrial para el Desarrollo Argentino (BIDA) que financie el desarrollo industrial del país, crear un marco legal integral en materia de preservación de los recursos naturales estratégicos de la Argentina, desarrollo de un plan integral en materia de seguridad, promover un Plan Estratégico de Desarrollo para la Argentina 2015-2025 articulado entre el Estado nacional, los estados provinciales y municipales y en el cual las universidades nacionales deberán tener un rol en la elaboración, gestión y monitoreo.
–¿Por qué habría que elegirlo a usted y no a los otros precandidatos del Frente para la Victoria?
–Porque considero que la construcción política es colectiva y con ese espíritu fue que aportamos a las decisiones nacionales desde el Movimiento San Martín. He militado toda mi vida dentro del peronismo, porque entiendo que la política es una vocación de servicio, y estaré donde la conductora de este espacio, la Presidenta, y el pueblo, decidan. Néstor y Cristina serán recordados por dejar un país mejor del que recibieron. Queremos conservar y ampliar esta herencia política y social. Quiero ser parte junto a la generación de cuadros políticos, militantes sociales, gremiales, empresariales e intelectuales de la conducción de la Argentina que viene, en donde las decisiones se tomen pensando en la mayoría de los argentinos y en los más vulnerables, y no en las minorías económicas que siempre les hicieron creer a los argentinos que sus intereses y sus negocios eran los del pueblo. Hay dos proyectos políticos contrapuestos: o crecemos consolidando el modelo federal de producción y trabajo con acento en el norte grande, o retrocedemos al servicio de los intereses financieros de las diez manzanas de la ciudad de Buenos Aires. Siento orgullo de formar parte de un gobierno que ha hecho que el peronismo siga vigente en la Argentina.
–¿Qué hay que mantener y defender del actual modelo y qué hay que incorporar?
–Hay que mantener todo aquello que sean políticas de Estado, derechos conquistados que ya son patrimonio del pueblo. Seguir el camino de la soberanía de hidrocarburos, con una YPF cada vez más fuerte, solvente y capitalizada. Los programas de formación profesional y de capacitación a los jóvenes; la garantía de los derechos humanos; la apuesta en ciencia y tecnología; la soberanía económica; el proceso de reindustrialización y la mirada federal que ha llevado obras y progreso a cada punto del país son algunas de las directrices que mantendré. Mantendré la política de integración regional y potenciaré las relaciones con los Brics. Voy a crear un Banco de Desarrollo dedicado solamente a financiar la producción local, que sumado al futuro banco de la Unasur serán las herramientas para el fomento del capital nacional y el desarrollo de Argentina en la región. La concentración en la industria oleaginosa y en los exportadores de granos plantean la necesidad de que el Estado pueda ser un jugador más que armonice el sector y evite la especulación. El Estado debe ser un agente más en la comercialización de granos para lograr equilibrio entre los pequeños productores y cooperativas y las grandes empresas.
–¿Cuáles serían sus primeras medidas de gobierno?
–El progreso de una nación es una consecuencia de tres variables: inversión en su gente, coordinación estratégica entre un gobierno democráticamente fuerte, un sector empresarial convergente con un plan pactado a largo plazo y universidades apoyando en la generación de respuestas al desafío científico y productivo. Esto debe estar vinculado a una alta tasa de ahorro interno vinculado con créditos para inversión. Para fortalecer la democracia, la primera medida será dar continuidad a las políticas públicas que han sido las generadoras del mayor desa-rrollo económico y social de los últimos 50 años en Argentina. Lo peor sería que un nuevo gobierno discontinúe o destruya lo que se viene haciendo bien, porque eso significa grandes beneficios para unos pocos y perjudica a la inmensa mayoría de los argentinos. En ese sentido, voy a fortalecer el presupuesto educativo para que el sector académico y tecnológico de nuestro país tenga cada vez más participación, no sólo en la formación de las personas, sino en el diseño y sustento de políticas productivas. La generación de empleos, el fomento a los emprendedores, el apoyo y la financiación a la ciencia y la tecnología que permita sustituir importaciones para disminuir los costos en las diferentes cadenas de valor, son lineamientos fundamentales. Otro punto fundamental es el acceso a la vivienda. Desde 2003 a la fecha, seis millones de personas fueron beneficiadas con soluciones habitacionales. Voy a profundizar este modelo para quienes aún no son propietarios. Mantendremos el Pro.Cre.Ar. y aumentaremos las facilidades para que trabajadores y autónomos accedan a la vivienda propia. Como mandatario provincial, sé muy bien que la seguridad es una tarea ineludible de los gobernadores. Yo me hice cargo de esto comandando las fuerzas de mi provincia, pero no es así en todos lados. Uno de los problemas más graves de nuestro país es la cooptación de algunas fuerzas provinciales de seguridad por los delincuentes. Vamos a continuar trabajando en conjunto y seguir equipando a las fuerzas nacionales, afianzando la custodia de nuestras fronteras para que se den soluciones reales a esta problemática.
–¿Por qué habría que elegirlo a usted y no a los otros precandidatos del Frente para la Victoria?
–Los precandidatos del Frente para la Victoria están, en mayor o menor medida, comprometidos con el proyecto nacido en 2003 de la mano de Néstor y Cristina Kirchner, de manera que los compañeros que votarán en las PASO decidirán ponderando a quiénes son más fieles al proceso en marcha.
Pero también elegirán a quien mayor experiencia de gestión tiene y a quien mejor represente los intereses de las grandes mayorías populares y sea, consecuentemente, capaz de enfrentar a los enemigos del proyecto. No voy a abrir juicio sobre ninguno de los otros precandidatos, pero sí puedo asegurar que soy quien mejor expresa y puede seguir construyendo la nueva Argentina.
–¿Qué hay que mantener y defender del actual modelo y qué hay que incorporar?
–Los principales logros que hay que cuidar son el desendeudamiento, la reindustrialización, las políticas sociales, los derechos humanos. El rol social activo del Estado, que significa estar a cargo de los que necesitan un envión para encarar el futuro, y ese envión debe darlo el Estado. Hay que mantener la presencia del Estado para cuidar aquello que el mercado por sí solo no resuelve. El mejor ejemplo de esto es lo que se ha hecho con YPF, con la Anses, con Aerolíneas Argentinas. También la organización del trabajo, la llegada de inversiones, el crecimiento y el desarrollo para generar oportunidades genuinas para todos. Las cosas que hay que ir complementando en el futuro son posibles gracias a eso y sólo pueden pensarse a partir de lo que se ha hecho, de la transformación de estos años. Ahora los desafíos pasan por alcanzar la soberanía energética, agregar más valor a las materias primas, avanzar en más desarrollo tecnológico y más sustitución de importaciones.
–¿Cuáles serían sus primeras medidas de gobierno?
–La prioridad está en consolidar los logros y dar una fuerte dinámica a la economía. Apuntar de forma estratégica a las economías locales, de cara al mundo, trabajar con las pequeñas empresas, hacer obras de infraestructura que generen una mejora de la logística y la competitividad. Articular la educación con el mundo del trabajo. No creo que haya que tomar medidas drásticas de ningún tipo, porque el próximo presidente recibirá un país organizado, transformado, desendeudado. El gradualismo y la búsqueda de la unidad nos va a ir llevando a encarar el gran capítulo del desarrollo argentino.
–¿Por qué habría que elegirlo a usted y no a los otros precandidatos del Frente para la Victoria?
–El Frente para la Victoria, para ganar, necesita de los votos de todos los precandidatos. Y no voy a andar descalificando o discutiendo cuestiones puntuales con ningún candidato, porque al final del camino para volver a ganar necesitamos esa diversidad, que es lo que le ha dado la fuerza y el triunfo al Frente para la Victoria en las elecciones anteriores. Yo, como candidato, puedo mostrar la previsibilidad, la confianza que genero, la unión, la responsabilidad y la experiencia en las más altas responsabilidades que vengo ocupando desde hace doce años dentro del kirchnerismo. Además, ofrezco mi visión de futuro sobre cómo debe continuar la política a partir de 2015.
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