EL PAíS › EL MINISTRO FLORENCIO RANDAZZO SE SUMO A LOS PRECANDIDATOS QUE PASAN POR MAR DEL PLATA
Con la excusa de algunos anuncios de gestión, Randazzo tomó contacto con los veraneantes. Insistió en que sólo le interesa la candidatura a presidente y se mostró confiado en que finalmente tendrá el apoyo de Cristina Kirchner.
› Por Sebastian Abrevaya
Desde Mar del Plata
–Hola, ¿de dónde sos? –pregunta Florencio Randazzo mientras se acomoda para la foto.
–De Buenos Aires, viajo con el tren a Marcos Paz –le responde una señora de remera azul, la piel curtida y el pelo de un rubio anaranjado.
–Ah, el Sarmiento es ése. ¿Ta’ bueno, no? ¡Cuidámelo eh! –remata el ministro mientras se inclina para darle un beso.
El diálogo coloquial entre Randazzo y los veraneantes se repite por las calles de La Feliz cuando el sol recién empieza a bajar y los más ansiosos ya se van retirando de la playa. La recuperación de los trenes es el caballito de batalla de la campaña electoral que el ministro del Interior lanzó ayer en la costa atlántica. “¿Ah, vos sos de Tucumán? Ahí tenemos los talleres en Tafí Viejo. Sí, ya sé, los tenemos que hacer laburar, pero pasa que ahí hay una interna terrible. Son unos pelotudos”, se despacha Randazzo y sigue con su recorrida. A pocos metros, y apenas unos minutos antes, el gobernador Daniel Scioli había
inaugurado el local de promoción turística de la provincia de Misiones junto a su par, Maurice Closs (ver nota aparte).
“Acá lo que está en juego es la independencia de la política respecto del establishment, el poder concentrado y mediático. Yo creo en la independencia de la política”, aseguró Randazzo al iniciar sus actividades por la mañana. Lo hizo durante la presentación de la tarjeta SUBE en Mar del Plata, donde le preguntaron por la actitud de su principal adversario interno. Acompañado por el intendente Gustavo Pulti, levantó la tarjeta de transporte y antes de comenzar la conferencia de prensa deslizó un poco de humor político: “Miren, es celeste, no naranja” (ver página 21).
A pesar de que distintas encuestas lo ubican debajo de “la ola naranja”, Randazzo confía en que contará con el apoyo de Cristina Kirchner, asegura que va a ganar la primaria del Frente para la Victoria y desmiente completamente que pueda bajarse para pelear por la gobernación bonaerense. “Nosotras somos de La Plata, ¿vas a ser candidato a gobernador?”, le pregunta una morocha que lo frenó para una foto. “Yo quiero ser presidente, no gobernador”, retruca inmediatamente. En su entorno sostienen que todavía no cuentan con el apoyo explícito de la Presidenta, simplemente por una cuestión estratégica del manejo de los tiempos. Imaginan un escenario de disputa entre él y Scioli, donde la Presidenta ordene al resto de los precandidatos como Sergio Urribarri, Julián Domínguez, Agustín Rossi o Jorge Taiana. “No tengo ningún problema con ellos, los respeto. Si alguno garantizara la victoria, no tendría problema en acompañar”, le oyeron decir en privado.
Pero, de todas maneras, sus colaboradores explican que la administración de áreas de impacto concreto sobre la vida cotidiana de los argentinos es un capital político que le permite ubicarse por encima de los otros precandidatos oficialistas. Para el ministro, tanto Scioli como Massa y Macri son candidatos apoyados por las corporaciones, aun cuando el mandatario bonaerense sea parte del propio Frente para la Victoria. Fuentes cercanas al funcionario aseguran que no aceptará un cargo en el gabinete de un eventual gobierno sciolista, ni tampoco una candidatura a vicepresidente, aun cuando se lo pida la propia CFK. No le preocupa no contar con un candidato propio a gobernador bonaerense, porque considera que el sillón de La Plata será definido en la elección nacional.
Los trenes, la tarjeta SUBE y la agilización de los trámites para obtener el pasaporte y el DNI son los principales logros que exhibe en todos los lugares donde Randazzo lleva su campaña. Se instalan postas del ministerio con camiones para sacar el documento en unas horas, juegos de preguntas sobre seguridad vial y, de premio, merchandising para el verano: sombrillas, parasoles para el auto y folletos de su cartera. “¡Vamos San Juan!”, arenga el fotógrafo de la campaña, que sigue a Randazzo desde que era ministro de Gobierno bonaerense, hace catorce años. Le habla a un grupo de militantes del interior del país, que posan con una bandera de “La Florería” (la agrupación del ministro) para sacarse una foto con él. “Entrá a tu Facebook, poné ‘Todos con Florencio’ y te descargás la foto gratis”, les dice César después de tomar la imagen. La frase la repetirá decenas de veces por día, con esa cadencia casi automática de vendedor ambulante. El sistema les sirve para evitar las selfies con el candidato, ganando tiempo, cuidando su imagen y potenciando el uso de las redes sociales.
El desembarco en la costa se repitió en las plazas San Martín y Colón y continuará hoy y mañana con un esquema similar, pero en Pinamar: allí habrá puestos del Ministerio del Interior en algunos de los puntos más concurridos del balneario y un mano a mano con los visitantes. En Mar del Plata se escucharon algunos gritos de aliento: “¡Vamos Florencio!”. La frase dispara la curiosidad de los que están cerca. “Está Florencio, vamos”, le dice una señora a otra, que pregunta: “¿Qué Florencio?”.
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