EL PAíS › EL OFICIALISMO CONFIA EN QUE CONSEGUIRA APOYO DE UN SECTOR OPOSITOR PARA DESIGNAR A CARLES
Para aprobar el pliego del jurista, el kirchnerismo necesita el apoyo de sus aliados y de un sector de la oposición. Pese al documento firmado el año pasado, desde el peronismo disidente no afirmaron ni descartaron acompañar.
› Por Sebastian Abrevaya
“No lo conozco. No he podido leer sus antecedentes y por ello no puedo opinar.” La prudente frase de la senadora del peronismo disidente Liliana Negre de Alonso dejó abierta una esperanza para que se produzca en el Senado la aprobación del pliego de Roberto Carlés como reemplazante de Raúl Zaffaroni en la Corte Suprema de Justicia. Como la designación en el cargo requiere la aprobación de dos tercios de los senadores presentes al momento de la votación, el kirchnerismo necesita conseguir el aval (explícito y/o implícito), no sólo de sus aliados tradicionales sino de un sector de la oposición. Mientras algunos opositores daban por sepultada la posibilidad debido a que 28 senadores firmaron en noviembre un documento de rechazo a cualquier propuesta de este Gobierno, en el kirchnerismo tienen la expectativa de que en el interbloque del Peronismo Federal revean su postura.
El proceso de designación de Carlés comenzó hoy con la publicación en el Boletín Oficial y en dos diarios de alcance nacional del nombre y los antecedentes del candidato. Luego de tres días de publicarse se inicia el plazo para presentar observaciones y apoyos ante el Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos. Transcurridos quince días, la cartera que conduce Julio Alak tiene otros quince días (como máximo) para procesar la información, junto con un informe que se le requerirá a la AFIP sobre el cumplimiento de las obligaciones impositivas del elegido. Entonces, y según lo establecido en el decreto 222 de 2003 firmado por Néstor Kirchner, en aproximadamente un mes podría llegar el pliego de Carlés al Senado para su tratamiento.
A esa altura ya estará próximo a iniciarse o se habrá iniciado el período de sesiones ordinarias por parte de la presidenta Cristina Fernández. La Comisión de Acuerdos, que preside el salteño Rodolfo Urtubey, convocará a una audiencia con el candidato, donde los senadores podrán realizar preguntas y manifestar sus posiciones. En esta comisión, el oficialismo cuenta con mayoría propia y no se requiere los dos tercios que luego serán necesarios durante la sesión, por lo que no hay mayores complicaciones para obtener dictamen favorable.
Más allá de que el ingreso formal del pliego sería recién en unos 30 días, en el kirchnerismo ya comenzaron a sacar números y hacer cuentas. El bloque que conduce Miguel Pichetto cuenta con 32 miembros. A ellos se suman los aliados habituales: María Higonet (PJ-La Pampa), Roxana Latorre (PJ-Santa Fe), los correntinos Josefina Meabe y José María Roldán, y los tres santiagueños Gerardo Zamora, Ada Iturrez y Gerardo Montenegro.
Hay otros cuatro senadores con los que el kirchnerismo podría contar, ya que eventualmente han acompañado alguna de sus iniciativas. Se trata de los neuquinos Lucila Crexell y Guillermo Pereyra, el fueguino Jorge Garramuño y por último Carlos Menem. Pereyra, si bien está cerca de Sergio Massa, en la última sesión estuvo sentado en el recinto cuando el oficialismo estaba ajustado para lograr el quórum. Algo similar sucedió con Menem, quien reapareció para el comienzo de esa sesión y luego se retiró.
En el caso de que se consigan esos apoyos, el pliego de Carlés podría acumular 43 votos a favor. Como la Constitución Nacional exige los dos tercios de los senadores presentes, el número mágico sería 48, siempre y cuando asistan a la sesión los 72 senadores. En ese contexto, la estrategia se compone de dos líneas. Por un lado, lograr respaldos entre los senadores del peronismo disidente y por el otro conseguir que algún otro opositor se ausente para disminuir los votos positivos necesarios.
“Hoy, la prioridad es la ley de Inteligencia. El martes está convocado mi interbloque”, le respondió Negre de Alonso a Página/12, ante la consulta puntual sobre si mantiene su adhesión al documento firmado por los 28 senadores opositores en noviembre último. La senadora puntana es la mano derecha en el Senado de Adolfo Rodríguez Saá, el coordinador del interbloque federal. Ese espacio se compone por siete senadores y su funcionamiento es más bien inorgánico. Además de los puntanos, allí se anotan el sanjuanino Roberto Basualdo, el salteño Juan Carlos Romero, el santafesino Carlos Reutemann, el pampeano Carlos Verna y la chubutense Graciela Di Perna. Salvo Verna, todos ellos
adhirieron al documento por el cual se comprometen a “rechazar el tratamiento de cualquier solicitud de acuerdo para la designación de jueces de la Corte Suprema de Justicia hasta tanto finalice el próximo proceso electoral”.
La carta que en el kirchnerismo creen que puede marcar la diferencia es el apoyo del papa Francisco, con el que Carlés tiene una buena relación. Ambos se reunieron en privado en distintas oportunidades durante el último tiempo e incluso Jorge Bergoglio, cuando era obispo auxiliar de Buenos Aires, encabezó la ceremonia de confirmación del jurista especializado en Derecho Penal. Por otro lado, está todavía pendiente en el Senado la conformación de las comisiones para este año, por lo que podrían también ponerse en juego negociaciones sobre los lugares a distribuir.
Otros sectores de la oposición, como la UCR, el PRO y el Frente Amplio Unen (que en el Senado forma un interbloque diferenciado del radicalismo), ratificaron en las últimas horas su rechazo a la propuesta del Ejecutivo. De encontrarse todos presentes al momento de votar, sumarán 22 votos negativos. Entre los cuestionamientos, le endilgaron a Carlés falta de experiencia por sus 33 años y hasta lo vincularon con La Cámpora, pese a que no tiene ningún lazo con esa agrupación. Además acusaron a la Presidenta de buscar desviar la atención por la muerte del fiscal Alberto Nisman.
“Es admirable la capacidad de la oposición de que en 24 horas tenga una posición en negativo y nunca la tienen en positivo”, señaló la senadora kirchnerista Marina Riofrío, quien cuestionó a sus pares que “piden respeto a las instituciones y, a la vez, descreen de ellas absolutamente”.
La legisladora consideró que para los opositores “debería dejarse de gobernar más o menos un año y medio antes del final de un mandato y no ocupar vacantes, ni dar una continuidad lógica”. Además afirmó que “hay ejemplos de gente muy joven, muy criteriosa, y sobre todo con mucha audacia y valentía, que sirven para romper ciertas estructuras que no son las mejores”.
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