La Cámara Federal de Casación Penal confirmó la condena a un año de prisión en suspenso al perito Roberto Locles por haber alterado la bala que se extrajo del cuerpo de Mariano Ferreyra, el militante del PO asesinado el 20 de octubre de 2010 por una patota de la Unión Ferroviaria. Locles golpeó el proyectil con el pretexto de demostrar que se deformaba y lo aplastó, adulterando la prueba, cuando era perito de parte de Guillermo Uno, uno de los imputados de la Unión Ferroviaria que luego fue absuelto. “¿Ven que esto no se deforma?”, gritó Locles, según consta en el expediente. La Cámara ayer consideró que la sentencia contra Locles era acertada porque el imputado “alteró” la evidencia que debía peritar.