La CGT de Hugo Moyano lanzó un paro nacional para el próximo martes 31, en todas las actividades. El jefe de la central opositora amplió así la huelga que habían convocado los gremios del transporte y sumó a la CTA Autónoma, que lidera el estatal Pablo Micheli, que también llamará a la medida de fuerza. Tras el anuncio, Moyano admitió que “el eje” de la protesta será el reclamo por la modificación del Impuesto a las Ganancias, y además mencionó otros puntos, “como el aumento a los jubilados, la seguridad y la inflación”.

De la protesta contra el gobierno nacional participarán algunos gremios no moyanistas, como los choferes de micros de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), los maquinistas de trenes de La Fraternidad (ambos integrantes de la CGT oficial, encabezada por Antonio Caló) y los bancarios.

La adhesión de la UTA y La Fraternidad es de peso porque son dos sindicatos clave para garantizar la efectividad de la huelga, ya que manejan los colectivos de corta, media y larga distancia y los trenes. En agosto del año pasado, un paro general de las centrales que conducen Moyano, Micheli y Luis Barrionuevo no tuvo el respaldo de los colectiveros y su acatamiento fue claramente más bajo que en las oportunidades en que confluyeron.

“Lamentablemente, vamos a tener que hacer el paro de transporte”, confirmó ayer en este sentido Roberto Fernández, el titular de la UTA. El dirigente aseguró que “no” están “enfrentados con el Gobierno”, pero argumentó que “si no hay diálogo, esto funciona mal”.

A su vez, Omar Maturano, de La Fraternidad, agregó que son 22 los gremios del transporte terrestre, aéreo y marítimo que ratificaron el paro. El dirigente habló después de un plenario de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) en el que estuvieron los secretarios generales de Aeronavegantes, UTA, Camioneros, La Fraternidad y Dragado y Balizamiento. “Las puertas están abiertas para el diálogo, pero queremos que la tabla de Machinea sea modificada, queremos una solución real y no una foto para tomar café”, definió Maturano.

Estos sindicatos tuvieron hace dos semanas una reunión en la Casa Rosada con el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, en la que plantearon su reclamo para que se modifique el Impuesto a las Ganancias. Al salir de ese encuentro, confirmaron la huelga “por falta de respuestas”.

Ayer, el jefe de Gabinete dijo que buscará “de todas las maneras posibles encontrar una alternativa para evitar el paro”.

“Nunca me quedé de brazos cruzados y siempre traté de explicar todo lo que fuera posible para encontrar una alternativa entre todos”, indicó Fernández por la mañana, en su habitual contacto con los medios.

Horas después, y tras un plenario de la CGT opositora en su sede de Azopardo 802, Moyano anunció la ampliación del paro a todos los gremios de su central. El camionero ratificó que el eje de la convocatoria es la modificación de Ganancias, a lo que sumó reclamos por la inflación y la inseguridad.

En ese marco, Moyano se dijo “preocupado” y apuntó sin nombrarlo contra el precandidato presidencial por el kirchnerismo Daniel Scioli: “Vemos cómo los políticos anunciaron el ingreso de más policía a la fuerza, que se quedan dormidos en sus lugares de trabajo por el agotamiento, ya que tienen que realizar otras actividades para poder subsistir”, declaró el camionero.

Voceros de la CGT opositora indicaron que la huelga del martes será seguida más adelante por un nuevo paro “de 36 horas con movilización” a la Plaza de Mayo. Para organizarlo, ya fue convocada una reunión del Comité Central Confederal para el próximo 15 de abril.

La CTA Autónoma, que conduce Pablo Micheli, ya adelantó su adhesión y hoy dará a conocer las acciones que realizará durante la jornada. A su vez, la CGT Azul y Blanca, liderada por el gastronómico Luis Barrionuevo, que viene de tener algunos roces con los gremios del transporte, definirá en las próximas horas si participa de la protesta, tal como lo hizo en las últimas oportunidades.