EL PAíS › OPINIóN
› Por Mario Wainfeld
Las Primarias Abiertas (PASO) en Mendoza y Santa Fe tuvieron como factor común celebrable la tranquilidad general y la buena participación ciudadana. Los resultados fueron disímiles.
En Mendoza la diferencia obtenida por el radicalismo, oposición provincial, parece irremontable en las generales. El resultado distó de ser batacazo, la diferencia tal vez sí.
En Santa Fe era mucha la cercanía entre la suma de las dos vertientes del Frente Progresista (FP) y el PRO, lo que desalienta predicciones drásticas.
En otras notas de esta edición se desagregan datos numéricos que se omiten en esta columna, que cierra bien pasada la medianoche del domingo sin cómputos totales. De tendencias hablamos, pues.
Mendoza y la alternancia: Mendoza es un distrito con marcada alternancia: tuvo cinco gobernadores peronistas y tres radicales. Esta vez, la UCR era favorita. Como se comentó ayer, la elección legislativa de 2013 fue tan fatal para el peronismo mendocino cuan propicia para los radicales.
El candidato radical, el intendente Alfredo Cornejo, fue en lista única y rondó el cincuenta por ciento de los votos. Le sacó un campo de distancia al Frente para la Victoria (FpV). Sus perspectivas para la elección general son óptimas, aunque no cabe dar la vuelta olímpica hasta que termine el partido.
El FpV llevó tres listas a la interna. A primera vista parecen demasiadas, sobre todo si hay conflicto visible entre ellas. Las reglas de la lógica de campaña existen, aunque no rigen para el ciento por ciento de los casos. Esta vez funcionó lo que marca el sentido común.
El Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), que sorprendió en 2013 y obtuvo una banca de diputado nacional, afrontaba el desafío de mantener su caudal. La contienda por el Ejecutivo induce a la polarización: la tercera fuerza retuvo el apoyo de alrededor del 8 por ciento del padrón.
A territorializar, a territorializar: La estrategia nacional del radicalismo, entiende sin ser novedoso este cronista, tiene como objetivo primario recuperar gobernaciones. Cuenta con una sola, Corrientes, en lo que es su cifra mínima desde 1983. En el análisis previo, Mendoza y Catamarca son las que parecían más propicias para recobrar. Los boinas blancas optimistas proyectan sumar cinco nuevas gobernaciones, es un cálculo entusiasta.
En todo caso, la UCR tiene mejores perspectivas para crecer territorialmente que para ganar la PASO frente al PRO o para mantener su dotación de senadores nacionales. Como es rito en estas notas, se puntualiza que los escenarios, pronósticos o estimaciones son tentativos y pueden fallar.
Los dueños de la fiesta: En la capital mendocina ya se habían realizado PASO, para la intendencia. Los radicales ganaron y, por así decirlo, le cerraron la puerta de la fiesta al PRO. Amablemente le avisaron al jefe de Gobierno, Mauricio Macri, que no viajara la noche de ese domingo. Ayer se repitió el ritual.
Una cosa es ser aliados, otra quererse, otra dividirse el capital simbólico con quien es, en ese terruño, un aliado muy minoritario.
Macri los saludó desde Santa Fe, en un gesto muy PRO. Pero cada cual estuvo donde mejor le fue y donde domina lo que es de manual.
Santa Fe, cabeza a cabeza: Los precedentes de Santa Fe también fueron buen indicio, en trazos gruesos. En su sorpresiva irrupción política en 2011 Del Sel estuvo a punto de sacarles la gobernación a los socialistas, que buscaban revalidarse. Se cortaron clavos en el escrutinio: el hoy gobernador Antonio Bonfatti superó al candidato del PRO por una diferencia de 3,5 puntos porcentuales. Fue la distancia menor entre primero y segundo desde 1983. Y Bonfatti fue el mandatario que llegó con menos votos al gobierno provincial.
Ahora se veía venir una competencia cerrada, con el esquema que se configuró desde 2011: el socialismo y el PRO como principales partidos, el FpV como tercero. El cuadro se repitió ayer.
¿Qué harán? El FP tenía una interna entre el socialista Lifschitz y el radical Mario Barletta. Como se vaticinaba, aquél primó con holgura. ¿Qué harán los votantes de estirpe radical que contravinieron el mandato de la Convención de Gualeguaychú, apoyando a una vertiente del FP? En tiendas del PRO se confía en que, derrotados, reorienten su voto. Los socialistas suponen que no pasará. En parte porque el oficialismo local amarró lealtades con efectividades conducentes. Sumó dirigentes y punteros radicales en sus listas y armado: hasta el candidato a vicegobernador lo es. Y en parte porque los antecedentes históricos hablan de la fidelidad de quienes perdieron internas. Claro que en esos casos no existía una coalición entre el PRO y el radicalismo nacional. O sea, habrá que ver.
El FpV llevó a un candidato valorado, Omar Perotti, pero arrancaba con un techo bajo. Ayer no lo trasgredió ni creció.
Se insiste y se lamenta: cerramos esta columna con cifras parciales, ignorándose quién ganó por un margen sin duda estrecho. Para la elección dendeveras, el 14 de junio, se atisba final abierto y posiblemente cabeza a cabeza.
Entre tanto, las dos facciones se declararán ganadoras, con argumentos que podrán debatirse en los días por venir.
Federales y nacionales: En la seguidilla de comicios locales ningún partido se priva de extrapolar los resultados a lo nacional, cuando vence. Ni de explicar la especificidad de la lógica territorial, cuando pierde. Forma parte del juego: no hay tanto que objetar.
Remiso a hacer afirmaciones enfáticas, este cronista sugiere que las tradiciones locales pesan mucho, los líderes provinciales ídem. Los ciudadanos saben votar distinto en compulsas nacionales, provinciales o municipales. Es por eso, entre otros motivos, que los gobernadores, torazos en rodeo propio, anticipan las elecciones. Esta vuelta hay intendentes que ensayan la misma táctica.
De cualquier modo, las urnas prodigan señales nacionales que no son, linealmente, quién ganó. Hay que leer entre líneas los guarismos, cruzar datos, refrescar que sucedió años atrás.
Entre tanto, los radicales casi pueden dar por recuperado el ejecutivo de Mendoza. Los dos que pugnan por Santa Fe deben avivar el seso para recalcular sus campañas, pensando en una competencia cabeza a cabeza.
El domingo que viene habrá PASO en la Ciudad Autónoma y se elegirá gobernador en el feudo hasta ahora invulnerable del Movimiento Popular Neuquino. A diferencia de ayer, sin Fútbol para Todos que le agregó sabor a la jornada.
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