Página/12 En Rusia

Desde Moscú

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner se dirigió ayer en Moscú dos veces a empresarios que quieren hacer negocios en la Argentina. La primera fue ante un gran auditorio de hombres y mujeres de negocios; la segunda ante uno más selecto de 30 grandes ejecutivos de las principales empresas rusas. En ambos casos hizo una presentación de su gestión: desendeudamiento, fortalecimiento del mercado interno e inclusión social. “Nos hemos tenido que valer solos para poder salir (de la crisis) hemos hecho un duro aprendizaje, estamos en una senda de crecimiento y realmente creemos que es un país donde vale la pena invertir, producir, porque no solamente son nuestros recursos naturales, sino nuestros recursos humanos los que nos dan una gran ventaja comparativa frente a otros lugares”, les dijo. Como suele suceder, su exposición no sólo se refirió a las posibilidades de intercambios comerciales, sino que habló de la situación del país y del mundo con mensajes tanto para la esfera interna como la externa. Dijo que “primero hay que distribuir para poder crecer”, y parafraseó a Albert Einstein al afirmar que “sólo los idiotas o mediocres creen que pueden solucionar un problema con los remedios que los causaron”.

Los dos eventos de negocios en los que participó CFK ayer se hicieron en el salón Tchaikovsky del hotel Four Seasons de Moscú (el antiguo Moskva) en el que se hospeda. Las columnas en las paredes y las majestuosas arañas de cristal se mimetizaron en un escenario preparado para los encuentros. Para el primero hubo un gran escenario con un cartel que anunciaba “Misión comercial plurisectorial a la Federación Rusa”. Antes de que llegue la Presidenta hablaron los ministros de Economía, Axel Kicillof; de Industria, Débora Giorgi; de Planificación, Julio De Vido y de Agricultura, Carlos Casamiquela, quienes fueron presentados por el secretario de Relaciones Económicas de la Cancillería, Carlos Bianco. En el auditorio había empresarios rusos y también argentinos.

Por la tarde, CFK se sentó a una larga mesa junto a sus funcionarios y sólo 30 personas. Eran los CEO de las principales empresas rusas (solo tres eran mujeres). Muchas estaban vinculadas con el área de hidrocarburos y energía –también había de maquinaria, fondos de inversión y bancos– y ya tenían algún contacto previo con la Argentina. Estuvieron, entre otras:

- Power Machine: junto con Inter Rao son las dos empresas rusas que forman parte del consorcio al que se adjudicó la obra de la represa y la central hidroeléctrica Chihuido I que se realizará sobre el río Neuquén, contará con 4 turbinas y con una potencia instalada de 637 megavatios hora. La Presidenta mencionó que se trata de una compañía que tiene presencia en la Argentina desde 1979 y que, tanto en 1985 como durante la década del noventa y en 2009, participó en distintas obras como Salto Grande, Caracoles, Piedra del Aguila y Central Bahía Blanca.

- Gazprom: es la mayor compañía de Rusia. Se fundó en 1989, todavía durante la URSS, y es controlada por el Estado. Tiene 417 mil empleados y el 15 por ciento de las reservas mundiales de gas. El CEO de YPF firmaría hoy un Memorándum de Entendimiento para establecer una cooperación entre ambas empresas.

- Rosatom: es la corporación nuclear estatal de la Federación de Rusia. Reúne a más de 350 empresas nucleares e instituciones de investigación y desarrollo en los sectores civil y de defensa. De Vido firmará un convenio que tiene como objetivo la instalación de la sexta central nuclear en la Argentina que se realizará con tecnología de uranio enriquecido y agua liviana.

- Lukoil: es la compañía de petróleo más grande de Rusia y es la segunda, luego de Exxon Mobil en cuanto a reservas de crudo. Desde 1993 es una sociedad anónima. Al hablar de la recuperación de YPF, CFK señaló que su objetivo es que todo lo que tenga que ver con perforación, equipos y maquinaria pesada no sólo sean importados, sino que pueda haber una asociación con empresas nacionales. También aseguró que la Argentina está subexplotada en el área minera.

“Estamos en Rusia para que empresarios rusos y empresarios argentinos puedan hacer sinergia, puedan articular negocios. Argentina es un país para invertir en materia petrolera, en materia minera, en materia alimentaria y hemos desarrollado la industria del software con leyes de promoción muy importantes”, enumeró la Presidenta.

Al hablar de las posibilidades de intercambio entre ambos países, la Presidenta dijo que no había que concebir el asunto como una cuestión circunscripta a la balanza comercial, sino que a partir de asociaciones estratégicas integrales deben ser vistos ya no como clientes o como vendedores, sino como socios. “Hay que hacer una sinergia productiva para ambos”, afirmó y llamó a los rusos a pensar la Argentina también como una plataforma indispensable para América latina. Mencionó, además, la sintonía entre su gobierno y el de Vladimir Putin en foros internacionales, específicamente en relación a la reestructuración de deudas soberanas.

Al hablar de su política económica y presentar la situación de la Argentina, CFK se refirió al fomento a la Ciencia y Tecnología, al Plan Nuclear retomado durante la presidencia de Néstor Kirchner y a Arsat, el satélite de telecomunicaciones diseñado, fabricado y puesto en órbita por la Argentina. Señaló que el país tiene el mejor salario Mínimo Vital y Móvil de toda América latina, la mayor cobertura previsional y que se mejoró el índice GINI, que mide la desigualdad. “Es mentira que el ajuste trae crecimiento, porque si la gente no tiene buen salario no consume, si no se consume usted no vende y si usted no vende el productor o el industrial que produce para usted tampoco produce. Si a la restricción internacional le sumamos una restricción interna, creyendo que con eso mejoramos la economía, estamos sepultándola definitivamente. Las teorías del ajuste son remedios del pasado que no pueden ser vistos hoy como una solución, al contrario, generan descontento, generan malas expectativas, generan inestabilidad”, afirmó. Dijo que los países deben hacer un esfuerzo para adecuarse en un mundo diferente que va a permitir a los emergentes (“a los que quieren trasladarnos la crisis desde los países centrales”) hacer acciones de integración más profundas que la que se llevaron a cabo hasta ahora.

Al igual que lo había hecho Kicillof, CFK mencionó que durante la última reunión del FMI se habló de revertir la crisis a través de la inversión en infraestructura. “Yo lo venía diciendo desde el primer día y cuando hablaba me miraban como si estuviera hablando en algún idioma extraño, imposible de comprender”, recordó.

Para terminar de concretar esa “asociación estratégica integral”, ya no sólo a nivel económico sino también en el político, CFK se reunirá hoy con Putin en el Kremlin.