EL PAíS › FERNANDEZ SE LANZA EL MIERCOLES Y COMPETIRA CON DOMINGUEZ Y BOSSIO
› Por Nicolás Lantos
Doce hombres en pugna: esa es la cantidad de precandidatos a gobernador de la provincia de Buenos Aires que conviven hoy en el Frente para la Victoria. Sin embargo, en las últimas semanas los principales contendientes habían comenzado a ordenarse, perfilándose dos fórmulas que se destacaban sobre el resto, una entre el titular de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, y el intendente de Berazategui, Patricio Mussi; y otra conformada por el titular de la Anses, Diego Bossio, y el secretario de Seguridad, Sergio Berni. Pero la decisión de Aníbal Fernández de abandonar la carrera presidencial y enfocar sus esfuerzos en territorio bonaerense vuelve a poner incertidumbre al panorama. El jefe de Gabinete ya fijó fecha, hora y lugar para su anuncio. Será el próximo miércoles, a las 18, en el Hotel Panamericano, donde promete reunir a legisladores e intendentes del territorio provincial.
Mientras los otros aspirantes esperan un golpe de suerte que los ponga de nuevo en el candelero, Fernández se prepara para poner su candidatura en el centro de la escena. Prevé reunir alrededor de mil dirigentes y militantes provinciales. El grueso de la concurrencia será de raigambre peronista, en el entorno del funcionario aseguran que también habrá radicales del espacio de Leopoldo Moreau, que se incorporó recientemente al FpV. La decisión la tomó envalentonado por una serie de encuestas que le dan una amplia ventaja contra el resto de los que corren esa carrera. “El único que le gana hoy es Randazzo, que no se va a bajar”, analizan en la Jefatura de Gabinete, donde además advierten que si bien algunos sondeos encargados por otros postulantes los muestran con veinte o hasta treinta puntos de intención de voto, en aquellos que no están pagados por ellos mismos ninguno logra despegarse del pelotón, algo que Fernández sí garantizaría. “Sería una torpeza no seguir avanzando”, les dijo el funcionario a sus allegados.
Con las encuestas en mano, le planteó la situación a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que le dio “una manija bárbara” y el visto bueno para cambiar de tablero. Así, el jefe de Gabinete buscará instalarse esta semana para dar pelea en el principal distrito del país. El, que alguna vez se definió como duhaldista portador sano, utiliza una frase del ex presidente interino para justificar sus aspiraciones: “Duhalde decía que para ser gobernador bonaerense hay que ser una figura nacional, y ninguno de los demás precandidatos cumplen esa condición”.
La novedad de Aníbal volvió a agitar las aguas en un panorama complejo y poblado, pero que parecía estar decantando a partir de los acuerdos entre Domínguez-Mussi y Bossio-Berni, que se perfilaban como las dos fórmulas que llegarían a agosto (el orden está aún por definirse), la primera más cercana a Randazzo, la segunda más afín al gobernador Daniel Scioli. Ahora, el futuro es más incierto. Sus propios rivales en la interna reconocen que Fernández, con recursos, una imagen muy asociada a la Presidenta, altos niveles de conocimiento y buen manejo de medios, es un contendiente que parte con cierta ventaja.
“Cada precandidato seguirá recorriendo la provincia y cuando sea hora de definiciones, habrá que ver cuál es la línea que baje desde la Casa Rosada”, explica uno de los armadores bonaerenses del peronismo. Mientras tanto, cada uno sigue haciendo su juego. Esta semana, tanto Bossio como Domínguez se mostraron con referentes del sindicalismo: el titular de Anses fue respaldado por el secretario general de la CGT, Antonio Caló, y dos de sus principales lugartenientes, el metalmecánico Ricardo Pignanelli y el taxista Omar Viviani; el diputado en cambio compartió un acto con el ministro de Trabajo, Carlos Tomada; el titular de la filial Zárate de la UOM, Abel Furlán; el secretario general de la Federación Gráfica bonaerense, Héctor Amichetti, y el secretario de Derechos Humanos de la CTA, Victorio Paulón.
El resto de los precandidatos esperan un cambio de viento o una palabra justa de Fernández de Kirchner o de Scioli, que vuelva a hacer subir sus acciones. Las chances del titular del PJ bonaerense, Fernando Espinoza, se achican porque lo consideran necesario para asegurar su distrito, La Matanza, clave en cualquier estrategia electoral. El intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, concretó su regreso al redil, pero su indefinición de los últimos meses le costó caro. Más atrás corren el titular de la Afsca, Martín Sabbatella; el legislador Fernando “Chino” Navarro; el vicegobernador, Gabriel Mariotto; el número dos de Desarrollo Social, Carlos Castagneto; y el ex director de ARBA, Santiago Montoya. “Lo que no va a pasar es lo que pasó en Capital, que hubo siete boletas –aclaran en la Rosada–. Va a ser una interna corta, con dos o tres candidatos y un mensaje claro.”
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