EL PAíS › LAS ABUELAS PIDIERON QUE SE CONCRETE EL TRASLADO DEL BANCO DE DATOS GENéTICOS
El organismo de derechos humanos reclamó el cumplimiento de la ley sobre el funcionamiento del BNDG. Desmintieron que la actual directora haya sido “desplazada” por hacer denuncias, ya que las nuevas autoridades surgieron de un concurso público.
› Por Ailín Bullentini
Las Abuelas de Plaza de Mayo exigieron que se concrete “el traspaso urgente” del Banco Nacional de Datos Genéticos desde el Hospital Durand a un edificio del Ministerio de Ciencia y Tecnología, hecho que aguarda la aprobación del gobierno porteño. Se trata de un proceso que exige la ley que rige la institución y que fue aprobada en 2009. En una conferencia de prensa que compartieron con profesionales relacionados con el BNDG, las Abuelas también desmintieron la denuncia que realizó la aún en funciones directora de la institución respecto de la “paralización” y el “descabezamiento” del espacio. “Hay voces que difaman y mienten y no estamos dispuestas a otorgarles a estas personas que la sociedad les crea. Si bien somos nada más que abuelas, la conducta nuestra es la verdad absoluta y no permitiríamos que nadie dude de nuestra veracidad”, advirtió la presidenta del organismo de derechos humanos, Estela de Carlotto, a quien acompañaron en la conferencia la vicepresidenta de Abuelas, Rosa Roisinblit; el nieto Manuel Gonçalvez, los genetistas Víctor Penchaszadeh y Héctor Targovnik y el funcionario del Ministerio de Ciencia y Tecnología Alan Temiño, los tres dedicados al traspaso del banco.
“Queremos expresar una verdad y llevar tranquilidad a la población, en particular a los nietos que esperan ser encontrados y a los familiares que depositaron la sangre en el BNDG y los buscan”, comenzó Carlotto la conferencia cuyo objetivo principal fue responder a las versiones de “descabezamiento” de la institución y de su “parálisis” producto de la falta de insumos que surgieron en los programas de televisión y de radio de los periodistas Nelson Castro y Jorge Lanata, respectivamente, a fines de la semana pasada. “Las Abuelas trabajamos con seriedad y respeto. Cuando nos lo faltan, es necesario aclarar para que todos tomen la dimensión de lo que está sucediendo con el banco”, aclaró Carlotto.
Tanto en el canal Todo Noticias como en Radio Mitre, María Belén Rodríguez Cardozo, todavía directora del organismo, denunció la falta de reactivos necesarios para concretar las comparaciones genéticas entre las muestras otorgadas por familiares de bebés robados durante la última dictadura y adultos que sospechan ser esos niños y niñas. Los medios de comunicación del Grupo Clarín relacionaron el dato con el anuncio oficial de las nuevas autoridades del BNDG, que surgieron tras un concurso público (Mariana Herrera Piñero y Walter Bozzo) e informaron erróneamente que el Ministerio de Ciencia y Tecnología había desplazado del cargo a Rodríguez Cardozo por sus denuncias.
Penchaszadeh fue uno de los primeros científicos en colaborar con las Abuelas en la aplicación de la genética en la búsqueda de nietos y diagramó, junto con Targovnik, la estructura del jurado “internacional” y del concurso público que permitió la elección de las nuevas autoridades del BNDG, uno de los puntos exigidos por la ley que lo rige desde hace casi cinco años. “Nuestro objetivo era democratizar el banco”, advirtió en la conferencia. Herrera Piñero y Bozzo son las primeras autoridades que resultan de un proceso de esas características. Rodríguez Cardozo y los anteriores directores accedieron a esos cargos por ser jefes del Servicio de Inmunología del Durand –tampoco cobran por ese cargo–, por lo que la norma “llegó para sumar transparencia a la institución”, consideró Carlotto. La actual directora no se presentó al concurso, reveló Penchaszadeh, quien remarcó que “no se vetó a nadie. Nos enoja que diga que fue desplazada porque todos los que tuvieron las condiciones y los méritos para serlo fueron evaluados por un jurado al que no se lo puede acusar de parcialidad de ningún tipo”.
Los nombramientos fueron publicados el miércoles pasado en el Boletín Oficial. Días antes, el BNDG se ausentó en una audiencia judicial por la restitución de la identidad de un joven, en una causa a cargo de la jueza Sandra Arroyo Salgado. La actual directora “no puede suspender las tareas del banco”, advirtió ayer Temiño, funcionario de la cartera nacional a cargo del procedimiento de traspaso de la institución a un espacio de su órbita, quien informó que el ministerio envió un oficio judicial a Rodríguez Cardozo para que “no suspenda las pericias que están programadas en los diferentes juzgados”. “Hay un proceso en marcha, pero el objetivo es que el banco siga funcionando. Instamos a que la doctora y el equipo técnico continúen con las pericias”, remarcó.
El Congreso nacional aprobó en 2009 la Ley 26.548 que, a rasgos generales, determina a la cartera dirigida por Lino Barañao como la órbita de funcionamiento del BNDG, delimita su función a los casos de bebés robados entre 1976 y 1983 y lo relocaliza. Los puntos generaron conflictos con algunos organismos de derechos humanos lejanos al kirchnerismo, que entienden que la ley vigente es “un plan de desguace del organismo con el objetivo de controlar partidariamente información colocándolo, a partir de ahora, bajo control político” que se completó con la designación de los nuevos directores, “la estocada final del vaciamiento de esta herramienta clave para la restitución de la identidad”, consideraron en un comunicado los integrantes de la mesa de trabajo “Todos por el BNDG”, entre quienes figuran la Asociación de Ex Detenidos-Desaparecidos, Colectivo Memoria Militante, Hijos La Plata y las abuelas fundadoras Mirta Baravalle, Chicha Mariani y Elsa Pavón.
El proceso de traspaso, que según explicaron los funcionarios del ministerio a cargo de Barañao no dañará las muestras, está latente desde hace, por lo menos, dos años. Las organizaciones que resisten la relocalización presentaron un recurso de amparo en septiembre de 2013, que fue rechazado finalmente por la Cámara Federal. En febrero pasado fueron en queja a la Corte Suprema, que aún no analizó el tema. Por estos días, aguarda la aprobación de un convenio con el gobierno porteño. Según Temiño, los poco más de treinta empleados que trabajan en el banco podrán, si quieren, seguir trabajando allí. Y si no, seguirán prestando tareas en el lugar que los emplea actualmente, el Durand. “No se quedarán sin trabajo y, en cualquiera de los dos lugares, mantendrán las condiciones de empleo”, puntualizó.
Temiño confirmó que existe un faltante de reactivos en el BNDG, cuya responsabilidad endilgó a Rodríguez Cardozo, y señaló que “la idea es que todo este mes se llegue a la normalidad”, aunque rechazó la idea de “parálisis”. “Con una deficiencia en la planificación de la compra (de reactivos), la doctora nos comunica de manera urgente que se queda sin insumos. Hemos tenido algunos desencuentros sobre el tema”, endilgó a la funcionaria, quien había denunciado esa falta la semana pasada.
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