Rosana Bertone compitió por la gobernación de Tierra del Fuego tres veces. En las elecciones de 2007, como candidata a vicegobernadora, integró la fórmula del Frente para la Victoria que ganó en primera vuelta, pero perdió el ballo- ttage contra Fabiana Ríos, por entonces descollante figura del ARI. En 2011, esta vez encabezando la fórmula, Bertone volvió a confrontar con Ríos y vio a la historia repetirse: triunfo en la primera vuelta, inesperada derrota en la segunda. Ayer, finalmente, los votantes fueguinos le dieron su respaldo.

La gobernadora electa tiene 43 años. Nació en la ciudad entrerriana de San Salvador el 9 de mayo de 1972 y estudió Derecho en la Universidad del Litoral. Poco después de recibirse, se mudó a Tierra del Fuego siguiendo el paso de algunos amigos que habían partido al sur en busca de progreso. Allí, a los 25 años, ocupó su primer cargo en la función pública, como letrada del Instituto Provincial de la Vivienda, que llegó a dirigir.

En el 2001, con sólo 29 años, fue electa diputada nacional. Desde entonces, fue reelecta dos veces en la Cámara baja (para los períodos 2005-2009 y 2009-2013). Luego, en los comicios de 2013, ganó su actual banca de senadora nacional.

En Tierra del Fuego le reconocen su inserción en los sectores obreros de la zona industrial de Río Grande, donde centró su campaña en fábricas y sectores populares. Sus adversarios le achacan haber iniciado su carrera en el menemismo, pero en el equipo de Bertone replican que logró armar el Frente de la Victoria en el distrito, luego de romper con el PJ tradicional. Este perfil militante le ganó el apoyo de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, más allá de que como diputada no siempre estuvo alineada al kirchnerismo.

Votó, por ejemplo, en contra del matrimonio igualitario, a pesar de que Néstor Kirchner, por entonces diputado, le había pedido especialmente que apoyara el proyecto. La disidencia se debió a su cercanía con la Iglesia católica. Bertone se define como muy creyente. Cuando el Vaticano beatificó a Juan Pablo II, fue la enviada de la Presidenta al acto.

La dureza de las campañas electorales fueguinas dejaron marcas en la historia política de la nueva mandataria provincial. En 2007, un escándalo por la difusión de un video casero –en medio de una campaña plagada de acusaciones y operaciones políticas– antecedió a la derrota de la fórmula del FpV en la que secundaba, como vice, la candidatura a gobernador de Hugo Cóccaro, que iba por su reelección. El binomio Cóccaro-Bertone pasó de una ventaja de cinco puntos en la primera vuelta a la derrota en el ballottage. Bertone debió recurrir a la Justicia para que fueran borrados de la web las grabaciones en las que cuestionaba a su compañero.

En las siguientes elecciones por la gobernación, Bertone perdería la provincia también en un peleado ballottage y a manos de Ríos. La derrota fue una nueva sorpresa porque en la primera vuelta, la candidata del Frente para la Victoria había conseguido una ventaja de nueve puntos.

Anoche, tras un recuento que en sus primeros tramos había avanzado cabeza a cabeza, finalmente se impuso sobre su competidor radical, Federico Sciurano. “Les quiero agradecer la unidad a todos los espacios que componen el Frente para la Victoria. A todos los sindicatos, porque como somos peronistas tenemos todos los sindicatos apoyándonos. A la presidenta Cristina Kirchner, con la que hemos trabajado para que en esta provincia tengamos todos los puestos de trabajo que tenemos, y al gobernador bonaerense Daniel Scioli”, definió la candidata en sus primeras palabras tras la confirmación del triunfo. Para Bertone, la tercera fue la vencida.