La Dirección Nacional Electoral formalizó ayer, en la Casa de la Moneda, la presentación pública del proceso de impresión de los padrones electorales que serán utilizados en las elecciones primarias del próximo agosto y en las generales de octubre. La producción de los listados de ciudadanos aptos para votar, “el primer paso del proceso eleccionario”, con fotografía de cada uno y espacio para registrar su firma “trae transparencia al comicio. Sólo votará quien tenga derecho a ello”, destacó el titular de la dirección, Alejandro Tullio.

Las de agosto y octubre serán las primeras elecciones presidenciales en las que se utilizarán los padrones a todo color y con fotografía de cada votante y que permitirán entregarle a cada elector un troquel como certificado de la emisión de su decisión. Los listados contienen los datos de 32 millones de electores, distribuidos en 93 mil mesas electorales. De cada uno, la Dirección Nacional Electoral reunió, a partir del entrecruzamiento de datos de diferentes estamentos públicos nombre y apellido, domicilio, profesión, número de documento. Los padrones electorales se convirtieron, así, en la base de datos “más completa y actualizada” del país, destacaron desde la dirección.

Según Tullio, la presencia de la imagen en tanto “dato de claridad” facilita la identificación de las autoridades de mesa sobre los votantes, mientras que la posibilidad que tienen los que eligen de certificar ese acto cívico con su firma en el padrón, además de recibir el troquel, “duplica la transparencia” del proceso. “Si existen reclamos posteriores, pueden detectarse y descartarse rápidamente”, añadió el director nacional electoral.

Para el próximo viernes, la Casa de la Moneda tendrá listos los listados que las autoridades de cada mesa y los fiscales utilizarán en las elecciones primarias del 9 de agosto, así como también los que serán dispuestos en las puertas de cada establecimiento educativo para que los hombres y mujeres puedan localizarse en las mesas. La impresión, que ya se está llevando a cabo, puede ser monitoreada por los partidos políticos.