Jue 02.07.2015

EL PAíS  › ENTREVISTA A MYRIAM BREGMAN, CANDIDATA A JEFA DE GOBIERNO PORTEñO

“Importa quién va a legislar”

Bregman remarca que, más allá de la elección a la Jefatura de Gobierno, “la izquierda tiene que estar en la Legislatura”. Critica a los candidatos de los espacios mayoritarios y se diferencia de Zamora. También habla de las disputas dentro del Frente de Izquierda.

› Por Adriana Meyer

Es la única mujer candidata a jefa de Gobierno porteño, no usa maquillaje y dice que va a la peluquería cada cinco meses. Myriam Bregman –43 años, abogada, dirigente del Partido de los Trabajadores Socialistas, una hija de seis, vive en pareja– cuenta que su cable a tierra es salir a correr. Sobre el trajín de la campaña dice que lo lleva “como toda madre que trabaja y vive en Buenos Aires, que a diferencia de los otros candidatos que tienen grandes fortunas tomamos el subte; si está muy lleno tenemos que esperar que venga el próximo y llegamos tarde a la escuela”. Bregman, que se postula por el Frente de Izquierda (PTS-FIT), minimiza el impacto que pueda tener el domingo la presencia de Luis Zamora (AyL). “Lo respeto, pero es una expresión local, sin duda esta elección influirá en la nacional, el voto a Recalde ayuda a Scioli, tanto como el de Lousteau o Rodríguez Larreta favorece a Macri, por lo tanto la izquierda tiene que optar por el FIT porque es la única alternativa que tienen sus respectivas fuerzas a nivel nacional”, enfatiza.

–¿Cómo afecta su vida personal la actividad de campaña?

–Una lo sufre, pero da fuerzas la convicción de que el esfuerzo es para dejar un mundo sin violencia machista a nuestras hijas, sin opresión ni explotación. Igual ya vengo con un ritmo particular porque la defensa de los derechos humanos en estos últimos años ha sido muy intensa.

–¿Le dijo esto alguna vez a su hija?

–Sí, es difícil por la edad, pero lo escucha con atención. El otro día me preguntó: “Mamá, si vos fueses de las de derecha te llamarías Frente de Derecha”, y le dije que no porque desde la dictadura militar, que ya sabe qué es por Pakapaka además de lo que una habla, la derecha en Argentina se esconde mientras que los de izquierda lo decimos orgullosos.

–¿Qué le dejó el debate de candidatos porteños del que no fue parte?

–La necesidad de hacerlo más profundo y de decirle a todos que nosotros también tenemos propuestas en educación, salud y todos los ámbitos.

–¿Por qué dicen que son diferentes a los políticos tradicionales?

–La izquierda tiene que estar en la Legislatura de la Ciudad, este domingo no sólo se vota jefe de Gobierno, donde pedimos que nos acompañen para mostrar una izquierda fuerte. También se decide quién va a legislar en los próximos años y se sabe que la izquierda no va a ser allí una voz cómplice. Si hay algo que nos diferencia es que la izquierda no le aprobó las principales leyes a Macri que sí avalaron el Frente para la Victoria y Lousteau, que le dice que es una vergüenza lo que gasta en publicidad al macrismo, pero oculta que Graciela Ocaña se lo votó. Lo mismo pasa con Recalde con las exenciones impositivas a los empresarios del juego, el FpV se los votó. No vivimos como la casta de políticos tradicionales ni defendemos los mismos intereses. Queremos entrar a la Legislatura para representar a las mujeres, a los trabajadores y a la juventud. Vamos a ganar lo mismo que un docente, como ya están haciendo mis compañeros Nicolás del Caño, diputado nacional, y Christian Castillo, diputado provincial, y yo también lo voy a hacer cuando cobre mi primera dieta. No es una abstracción, ya donamos a la línea 60 que está en lucha, a los compañeros de la comunidad Qom, y lo seguiremos haciendo.

–¿A qué se refieren en concreto cuando hablan de independencia de clase?

–Por ejemplo, cuando fue el lock out de las grandes patronales agrarias, mi partido se ubicó independiente tanto del gobierno como del campo. Y también en el caso Nisman, siempre denunciamos al espía Antonio Stiuso y dijimos que desviaba la causa del desaparecido y Julio López, pero no marchamos con (el fiscal Martín) Romero Victorica ni los demás que hacen una defensa corporativa del Poder Judicial.

–Aunque los trotskistas dicen que lo electoral no es lo central la campaña del FIT se puso virulenta, al punto de que la calificaron de “usurpadora” de su banca. ¿Se rompe el FIT luego de las PASO?

–Son exabruptos sin entidad, nadie puede decir que usurpamos nada porque lo ganamos en las mismas condiciones que cualquiera. Se demostró que nuestra política era acertada: hacer un interbloque permite que la izquierda tenga más tiempo para hablar en las sesiones, en un Congreso nacional donde la palabra es monopolizada por el oficialismo y la derecha. Aquellos que querían hacer un bloque deberían explicar por qué lo impulsaron y además querían presidirlo. Esto no ha impedido que hayamos votado en común la enorme mayoría de las leyes. Las primarias van a fortalecer al FIT, proponemos renovarlo pero no se rompe de ninguna manera, es muy sano que haya debate. Unen junta gente con intereses muy diversos y termina estallando. Nosotros discutimos nuestras diferencias de cara a aquellos que nos votaron, que nos acompañan y militan con nosotros, siempre en un marco de respeto. Con diferencias políticas y tradiciones diversas conformamos un frente que se mantiene desde 2011 y que sigue creciendo, compartimos el lema central de la independencia política. Lo electoral entendido como cargos para enriquecerse y adherirse a un sillón por años claro que no es central para nosotros. Sí creemos que las bancas pueden estar al servicio de las peleas cotidianas y emblemáticas, de los derechos humanos y la solidaridad con los trabajadores, como sucedió con Lear, que Página/12 cubrió en sus editoriales, con la presencia de infiltrados de Gendarmería en los cortes. En la Ciudad tenemos una lista con el cupo femenino invertido, un homenaje a la lucha de #NiUnaMenos del 3 de junio.

–¿La presencia de Luis Zamora le va a restar votos?

–Es una fuerza local, pero para enfrentar a los candidatos del ajuste, todos hijos políticos de Carlos Menem, el FIT es una gran alternativa política porque se planta en todo el país. A Luis lo conozco, no es nuestra competencia, nuestra discusión es con los tres candidatos mayoritarios, el PRO que viene cogobernando con el FpV y con ECO. Con Zamora sí digo que tenemos maneras distintas de construcción, él tiene su espacio legítimo, nosotros optamos por listas donde hay compañeras del Indec que enfrentaron a la patota de Guillermo Moreno, trabajadores de los talleres textiles y referentes universitarios.

–Cuando le preguntaron si era casada dijo “qué fea palabra”. ¿Por qué?

–Nos gusta ver a quien tenemos al lado como una pareja, un igual y compañero con quien compartir la vida y la militancia. Para mí que soy abogada suena a un compromiso demasiado formal, sobre todo en tiempos de reformas del Código Civil y contratos prenupciales.

–Dijo ser de los Redondos y no de Soda, ¿no prescribió esa dicotomía?

–Sí claro, es de mi juventud, cuando iba a todas las peñas en La Plata.

–León Trotsky hubiera querido ser matemático, ¿Y usted?

–Deportista.

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