EL PAíS › NICOLáS DEL CAñO, PTS
› Por Adriana Meyer
“Un gobierno de los trabajadores tiene que ver con la movilización y la organización del conjunto del pueblo, no con una persona que va a hacer cambios mágicos desde arriba, se tiene que dar desde abajo, es la concepción opuesta a los partidos del régimen capitalista”, enfatiza Nicolás del Caño, diputado nacional y precandidato a presidente del Frente de Izquierda y de los Trabajadores. En diálogo con Página/12, el legislador trotskista por Mendoza responde así sobre la falta de vocación de poder que se le adjudica a la izquierda. “La renovación que plantea nuestra lista no es sólo una cuestión de edad, implica haber incorporado como candidatos a 1800 trabajadores y trabajadoras”, dice sobre la interna con el PO. Del Caño tiene 35 años y milita en el Partido de los Trabajadores Socialistas desde los 14. Mientras estudiaba Sociología trabajó precarizado en un call center, hasta que se puso a vender ropa por su cuenta. Dice que le gusta la “Cumbia Del Caño” que surgió en la campaña, pero prefiere el cuarteto por ser cordobés. “No soy de ir a bailar, pero bailo si hay algo que festejar”, aclara.
–Con el FIT la izquierda creció y consigue bancas pero los cuestionan por no aspirar a cargos ejecutivos. ¿Es necesaria una revolución para eso?
–No es lo mismo una elección que situaciones más convulsivas donde la clase trabajadora y la juventud tenga mayor conciencia de clase, y en eso el FIT viene avanzando. El hecho de que la izquierda no gane una elección no quiere decir que no exista la intención de arrebatar el poder a capitalistas y terratenientes. Bancos, puertos, ferrocarriles y fábricas son gestionadas todos los días por los trabajadores. Nuestra estrategia de poder no es una mera cuestión electoral sino producto de esa movilización. Los trotskistas de Liverpool en los ’80 ganaron una intendencia y avanzaron en planes de viviendas y empleo.
–El PO dijo que su lista es minoritaria en el FIT, que rechaza el ingreso de nuevas agrupaciones y plantea una regresión al sectarismo.
–Más allá de los discursos están los hechos. Propusimos una fórmula unitaria y fue rechazada, no hubo de nuestra parte un reforzamiento del sectarismo ni mucho menos, ellos saben que PTS no es el 20 por ciento del FIT, sino que es una de las principales fuerzas políticas de la izquierda clasista. En algunos distritos unos tendrán más presencia que otros, pero tratar de ocultarse a uno mismo la realidad es feo. Nos hubiese gustado que compañeros históricos como Altamira no tuvieran una mirada conservadora de la orientación del FIT. No tenemos sólo militantes partidarios sino compañeros trabajadores que no se habían involucrado antes en la política y ahora han tomado las propuestas involucrando a sus vecinos, familias y compañeros de trabajo en esta campaña.
–¿No son nuevos actores agrupaciones como la de Carlos “Perro” Santillán?
–No estamos de acuerdo en hacer alianzas oportunistas en función de cargos, juntarse sin tener coincidencias de fondo. Hay que hacer una experiencia en común y ver si hay similitudes. Eso con todos los que se quieran sumar pero desde una perspectiva de la independencia política de los trabajadores. Y esas agrupaciones no la tienen, no es su trayectoria.
–¿Cómo sigue la convivencia en el frente hasta octubre?
–Las diferencias no nacieron ahora, quizá hay más tensión y algún exabrupto de la otra lista, pero vamos a batallar juntos para conquistar más legisladores. Daremos la pelea juntos, gane quien gane.
–¿Altamira lo rechaza a usted en particular?
–No creo. En Mendoza capital derrotamos al candidato de Scioli. Ahí hubo una consolidación de franjas que viene apoyando a la izquierda, sectores populares que siempre votaban al peronismo, y si rechazás una fórmula conjunta es porque no querés esa renovación.
–¿Cuáles serían sus medidas prioritarias?
–Elevar el salario mínimo al nivel del costo de la canasta familiar, nacionalizar la banca y el comercio exterior para evitar la fuga de capitales y poder dar créditos para la vivienda, poner fin a la precarización laboral, nacionalizar los hidrocarburos bajo el control de las comunidades originarias y es otorgar el derecho al aborto legal, seguro y gratuito.
–El MST dicen que el FIT no los convocó y el Nuevo MAS que los vetó.
–No hay que remontarse al apoyo del MST a la Sociedad Rural, en 2013 se aliaron con Solanas y Juez. Ellos sostienen ese proceso por eso no están en el FIT, quieren algo que ya fracasó, no tenemos coincidencia con la estrategia política de hacer alianzas con el centroizquierda, al FIT le da resultado la coherencia de mantenerse independiente de las patronales, industriales o del campo, y gobierno. En cuanto al Nuevo MAS, creo que podemos llegar a ponernos de acuerdo hacia adelante.
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