EL PAíS › SE PRESENTó LA LEALTAD. LOS MONTONEROS QUE SE QUEDARON CON PERóN
Norberto Raffoul, Aldo Duzdevich y Rodolfo Beltramini se ocupan en el libro de la agrupación Lealtad con el propósito de “cubrir un vacío que se expresaba en la literatura política argentina sobre los años ’70”.
“Hace unos años nos convocamos para cubrir un vacío que entendíamos que se expresaba en la literatura política argentina sobre los años ’70. Queríamos develar la existencia de un grupo, la JP Lealtad, que en el año ’73, ’74 se desprende de la organización Montoneros en función de su alineamiento con el general Perón”, narró Norberto Raffoul, que junto a Aldo Duzdevich y Rodolfo Beltramini es autor del libro La Lealtad. Los Montoneros que se quedaron con Perón (Sudamericana), que fue presentado en el Instituto de Altos Estudios Juan Perón.
Los autores apuntaron contra lo que consideran una versión parcial de la historia setentista, que “instaló en la opinión pública la idea de un Perón manipulador o perverso que usó a la juventud para regresar al gobierno y luego se la saca de encima, la desprecia y finalmente la echa”. Frente a ese relato decidieron indagar en los hechos suscitados a partir del retorno definitivo de Perón al país, en 1973, cuando se inició un proceso de distanciamiento entre el general y las organizaciones armadas que terminó en la fractura de Montoneros. Ante un auditorio repleto de viejos compañeros, la semana pasada, los autores recordaron que la división interna de la militancia peronista –que se precipitó luego del asesinato del sindicalista José Ignacio Rucci– llevó a muchos jóvenes militantes a considerar que “era mejor guardar las armas y acompañar al líder”, posición que se plasmó en la creación de Montoneros Soldados de Perón y la JP Lealtad, vertiente sobre la que versa el libro.
“Rescatamos a un Perón que intenta por todos los medios encauzar el movimiento, que intenta persuadir de un camino no violento. Un Perón que una vez alcanzada la recuperación del gobierno intenta explicar que la etapa de la lucha ha terminado y viene la etapa de la reconstrucción”, señaló Ra- ffoul, y agregó que el libro retoma una serie de episodios en los que se evidencia que a pesar del clima raleado que predominaba entonces, Perón insistió en “recuperar el diálogo y establecer el criterio de elegir el tiempo y no la sangre para resolver los conflictos”.
Duzdevich, por su parte, señaló que pertenecer durante los ’70 a la vertiente de la Lealtad “le salvó la vida” y que el libro se debe, en parte, al profundo agradecimiento que le profesa desde entonces. “Realmente muchos de nosotros que en ese momento podríamos haber seguido el camino detrás del Flautista de Hamelin, que se llamaba Mario Firmenich, no lo seguimos; seguimos a otros compañeros y eso permitió que hoy estemos aquí”, dijo frente a una sala en la que primaron los recuerdos de los militantes desaparecidos, los reencuentros y los saludos con los dedos en V.
Los autores del libro, que –como refirió Duzdevich– fueron parte de esas fracciones críticas de la conducción montonera, señalaron que la historia podría haber sido otra si esa tendencia hubiera sido mayoritaria dentro de la militancia peronista. “En ese momento salvar vidas no representaba algo que se asociara al mérito sino, más bien, era condenado como un acto de cobardía. Parecía que la revolución exigía la mayor entrega de sangre que fuera posible”, argumentan en el libro.
En el mismo sentido, Guillermo Cappadoro, uno de los invitados a participar de la mesa de presentación, señaló que “anda circulando por ahí que la Lealtad fue producto del miedo, que el que no quería empuñar un fierro se fue con la Lealtad”. Cappadoro aseguró que, al contrario, “asumir esa posición no fue fácil” porque los puso “entre dos fuegos. Terminamos no siendo confiables para nadie”, dijo.
Duzdevich aseguró que el contenido del libro, que recolecta los testimonios de cerca de medio centenar de testigos de la época, es parte de “una historia no contada”. “Hasta hoy hay setenta, ochenta, cien libros sobre los ’70 y todos cuentan la misma historia, que es la de los muchachos que participaron de la organización, que se quedaron en Montoneros, y que tiene esta idea del Perón malo que los castigó”, consideró Duzdevich, para quien resulta “muy difícil” cuestionar esa visión.
En el mismo sentido, Carlos “Pancho” Gaitán, otro de los invitados a participar de la presentación, llamó a “recuperar la memoria de una historia trunca” y de- seó que el libro convoque a más compañeros de militancia a narrar su historia. “Si somos capaces de reencontrarnos en Perón, habremos logrado la liberación nacional”, finalizó Gaitán, que se ganó el aplauso de los presentes.
Informe: Delfina Torres Cabreros.
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