EL PAíS › UN JURADO POPULAR ABSOLVIO EN AZUL A UNA MUJER QUE MATO A SU PADRE
El padre la obligaba a prostituirse y la golpeaba. El fiscal igual la acusó. Un jurado de ciudadanos comunes la declaró “no culpable”. Y tras un año y medio de prisión, quedó libre.
Un jurado popular absolvió a una joven que estaba presa desde febrero de 2014 por asesinar a su padre en la ciudad de Olavarría, al considerar que actuó en “legítima defensa”, porque él la obligaba a prostituirse. En el primer juicio de este tipo que se realiza en los tribunales de Azul, el jurado popular –integrado por 12 ciudadanos y presidido por una peluquera– declaró “no culpable” a la acusada de “homicidio agravado por el vínculo”. Tras el veredicto, la joven agradeció y saludó a los integrantes del jurado. El juez ordenó la inmediata libertad de la imputada.
El 1º de febrero de 2014, en una casa del barrio Alberdi de Olavarría, Juan Carlos Kysilka, de 39 años, discutió con su hija Jennifer Ayelén Kysilka, entonces de 19. En medio de la disputa, la mujer atacó a su padre con un cuchillo y le provocó heridas graves. El hombre finalmente murió en un hospital. Durante el juicio se expuso que forzaba a su hija a ejercer la prostitución y hasta habría intentado abusar de ella.
“Nosotros, el jurado, en nombre del pueblo, encontramos a la acusada, Jennifer Ayelén Kysilka, no culpable del hecho que se le imputó por haber actuado en un estado de legítima defensa en el contexto de violencia de género”, fue el veredicto leído por la presidenta del jurado, Cleydes Mendizábal, una peluquera de Olavarría, quien afirmó “que la decisión tomada fue unánime”.
Acerca de la experiencia de formar parte de un jurado popular, la peluquera sostuvo “que una se siente partícipe de modificar un poco las cuestiones, aportando un granito de arena. Lo recomiendo como experiencia positiva”. Los doce jurados titulares y seis suplentes son todos habitantes de las ciudades de Azul, Bolívar, Benito Juárez, Tandil, Rauch y Olavarría. El caso tramitó ante el Tribunal Oral en lo Criminal 1 y el debate fue dirigido por el juez Gustavo Borghi.
En los alegatos de la audiencia, Marcela Sierra, madre de la acusada, declaró reiterados hechos de violencia que se vivían en la casa, contó que su marido tomaba “alcohol y droga” y que éste tenía comportamiento violento con su hija, incluso “la obligaba a prostituirse”. Sierra relató que miraba televisión con su familia al momento de la discusión en la cocina entre Jennifer y su padre, que acabó con el hombre acuchillado.
Una situación anómala se suscitó tras la declaración de Miguel Angel Rastelli, novio de Jennifer Kysilka, porque al retirarse saludó a una integrante del jurado, llamando la atención del fiscal Martín Pizzolo. Enseguida, Rastelli reconoció que saludó a su “prima”. Ante la insólita situación se pasó a un cuarto intermedio, y luego se determinó la exclusión de la jurado y su reemplazo por un suplente.
Pamela Bustos, amiga de Jennifer Kysilka, remarcó que la situación de violencia en esa familia era frecuente: “Cuando estaban frescos eran excelentes personas, pero cuando se emborrachaban, molestaban”, advirtió. Bustos agregó que Kysilka era “violento” y que madre e hija fueron “golpeadas más de una vez”. Al respecto, María Luz Kysilka, hermana menor de Jennifer, declaró que no estaba en el lugar al momento de los hechos porque “me había ido de la casa”, y recordó que las escenas de violencia “eran siempre lo mismo. Mi papá consumía droga y alcohol y si él quería tomar y no tenía, había que salir a buscarle; y si volvías sin nada, te cagaba a palos”, contó entre lágrimas, afirmando que su padre le pegaba al igual que a su madre y a Jennifer.
“Desde que tengo uso de razón, sufrimos maltratos mi mamá, mis hermanos y yo por parte de mi padre. Yo lo que hice fue defenderme, nunca hubiese querido que esto (el asesinato de su padre) pasara”, declaró la imputada. No obstante, el fiscal Martín Pizzolo acusó a la joven de “homicidio agravado por el vínculo”, delito que prevé pena de prisión perpetua. Pero el defensor oficial Martín Marcelli pidió la absolución porque consideró que Kysilka “se defendió de un ataque, teniendo en cuenta que su papá la golpeó en muchas oportunidades, además de obligarla a ejercer la prostitución. Y en una ocasión hasta intentó abusar sexualmente de ella”.
La absolución derivó en la inmediata excarcelación de la procesada.
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