La modificación del sistema de votación en medio del proceso electoral “no debe ni siquiera discutirse”, dado los “escasos tiempos y la imposibilidad de preparar” a las autoridades, aseguró el director de la empresa responsable de la implementación del sistema de boleta electrónica. Referentes de los partidos de la oposición hicieron una nueva puesta en escena ayer en el Congreso para insistir en la necesidad de hacer cambios en la ley electoral antes del 25 de octubre, algo que fuera de los micrófonos reconocen imposible. “Hay infinidad de cuestiones que tienen que ver con el marco legal” por las que “no es debido ni válido” cambiar las reglas de juego en este momento, aseguró Sergio Angelini, director del Grupo MSA, que se encargó de poner en marcha la boleta electrónica en Salta y la ciudad de Buenos Aires. En el mismo sentido se manifestó el director nacional electoral, Alejandro Tullio. La Cámara Nacional Electoral, encargada de controlar los comicios, ya había advertido la semana pasada que “alterar la estabilidad del orden legal durante un mismo proceso electoral puede producir más daños que beneficios”.

No obstante, la oposición insistió en su pedido para que se modifique el sistema, al que calificaron como “anacrónico y obsoleto”. Ayer por la tarde, los referentes de la oposición en la Cámara de Diputados brindaron una conferencia de prensa en la que volvieron a responsabilizar al Frente para la Victoria por las irregularidades cometidas en Tucumán durante las elecciones del último fin de semana y se comprometieron a impulsar una reforma del sistema electoral. El candidato presidencial de la alianza UNA, Sergio Massa, buscó ponerse al frente del reclamo y envió cartas a todos los candidatos que van a participar de las presidenciales de octubre invitándolos a acordar el voto electrónico. “Si hay voluntad política, el cambio puede hacerse en una semana”, aseguró.

“El sistema de boleta tradicional no puede aplicarse más en Argentina”, dijo el macrista Pablo Tonelli, que acusó al oficialismo de trabar el tratamiento de las iniciativas parlamentarias para modificar el régimen. “Queremos que en octubre sea la última vez que se vote con este sistema anacrónico”, agregó, asumiendo la imposibilidad de practicar las modificaciones antes de los comicios. Aunque con el micrófono abierto culpan al Frente para la Victoria por no habilitar con sus votos el tratamiento de una reforma electoral express, en off the record admiten que no dan los tiempos y que, además, podría resultar ilegal cambiar de sistema en medio de un proceso electoral.

Los legisladores de la oposición además se comprometieron a unificar sus diversas propuestas para modificar el régimen de comicios, ya que hasta ahora no se ponen de acuerdo. Desde el PRO apuestan por propagar el sistema de boleta electrónica que se aplicó en la ciudad de Buenos Aires; mientras que desde la UCR y Progresistas miran con más cariño a un sistema de boleta única similar al de Santa Fe (donde este año también hubo denuncias por irregularidades en el conteo de las primarias provinciales). Además, le pidieron a la Cámara Nacional Electoral que habilite para octubre un sistema de Boleta Unica Complementaria para prevenir el robo de boletas. “Eso no existe en ningún lugar del mundo, no tiene precedentes”, opinó al respecto un especialista consultado por Página/12.

Modificar el sistema electoral en medio de un proceso “no es debido ni válido”, sostuvo Angelini, director de MSA, la empresa encargada de implementar la boleta electrónica en Salta y la ciudad de Buenos Aires. “El país está en medio de un proceso electoral y la emisión del voto es el final de un proceso –dijo el empresario–. Este proceso comenzó cuando se lo convocó a fines del año pasado, bajo determinadas reglas de juego”, que “dice cómo se debe votar, la fecha de las PASO, de qué forma se hacen, el cronograma electoral y qué obligaciones tienen los partidos”.

Angelini además advirtió que aún si fuera legal la modificación, habría que “capacitar a 160 o 170 mil autoridades de mesa en 45 días, informarle a la población que cambia totalmente la manera de votar y capacitar a todas las fuerzas políticas” para que estén en condiciones de fiscalizar. “Primero viene la reforma de la ley, después la aplicación de las normas de juego y, finalmente, la reforma”, admitió el empresario en la línea de lo que dijo la Cámara Electoral hace una semana, en una acordada que ayer le remitieron al titular de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti. Allí, los jueces Santiago Corcuera, Alberto Dalla Via y Rodolfo Munné, si bien dicen que es “imperiosa” la necesidad de modificar el sistema, aseguran que es un planteo a futuro porque “alterar la estabilidad del orden legal durante un mismo proceso electoral puede, incluso, producir más daños que beneficios”.

Por último, el director nacional electoral, Alejandro Tullio, advirtió que a tan poco tiempo de la elección presidencial “cualquier cambio sería una gran anomalía” y recordó que en 32 años de utilización del sistema actual “no hay antecedentes de que haya habido ningún problema” ni denuncias serias de fraude. “Hace tres semanas fueron las primarias y no hubo un solo inconveniente. No veo si no mala fe en atribuir las críticas de la modalidad de un sistema a la veracidad de ese sistema”, aseguró. “Cualquier modificación en el medio del proceso electoral es una anomalía muy grande. Me parece que las quejas sobre el sistema electoral son inconsistentes”, agregó, destacando que el PRO “denunció fraude en Salta, con la Boleta Unica Electrónica, en Santa Fe con la boleta única” y “también tuvo que suspender la votación en la ciudad en una oportunidad con Boleta Unica Electrónica porque no llegaba con los tiempos para implementarla”.