EL PAíS › CRISTINA FERNANDEZ DE KIRCHNER CRITICO LA ANULACION DE LAS ELECCIONES EN TUCUMAN Y LE APUNTO A LA OPOSICION
La Presidenta refutó el planteo de que “hay algunos que no pueden o no saben votar porque son pobres” y pidió no volver “a esa Argentina donde algunos propugnaban el voto calificado”. Advirtió que hay “un desprecio profundo por las provincias”.
› Por Santiago Rodríguez
Cristina Fernández de Kirchner no hizo ayer ningún nombre propio, pero tampoco fue necesario. Apenas arrancó con la primera frase quedó claro de qué y de quiénes hablaba: de Tucumán y de la situación allí planteada a partir de las denuncias de fraude de la oposición y la decisión de un tribunal de esa provincia de anular las elecciones. “Cuando uno ve que de repente dos jueces deciden anular la voluntad de cientos de miles diciendo que hay algunos que no pueden o no saben votar porque son pobres, estamos retornando a épocas predemocráticas”, advirtió la Presidenta y acusó a los opositores de desconocer la voto del pueblo tucumano porque “perdieron y no soportaron perder”. CFK se refirió al tema en un discurso que dio por cadena nacional en el marco de la inauguración del hospital materno infantil Teresa Germani en La Matanza, donde anunció además envío al Congreso de un proyecto para convertir en ley la normativa para limitar el accionar de los fondos buitre que, a instancias de la Argentina, aprobó Naciones Unidas (ver página 5). Allí también habló de la clausura de instalaciones del canal C5N por parte del gobierno de Mauricio Macri y se preguntó “si estos son los que nos trataban de autoritarios a nosotros”.
La Presidenta encabezó un acto en Gregorio de Laferrere. Desde allí participó también a través de videoconferencias de la inauguración de una planta procesadora de granos, de una nueva sede para el control de alimentos y medicamentos y de un centro de investigación en nanotecnología y compartió el vuelo de bautismo del prototipo del avión Pampa III, hecho por la Fábrica Argentina de Aviones de Córdoba.
Después del acto, Cristina Kirchner partió rumbo a Cuba, donde hoy cenará con el presidente de ese país, Raúl Castro, quien la invitó a estar presente mañana en la misa que el papa Francisco oficiará en la histórica Plaza de la Revolución en el marco de su visita a la isla. Allí se dará el séptimo encuentro de Jorge Bergoglio con la Presidenta desde su designación al frente de la Iglesia católica en 2013.
El discurso de CFK en Laferrere llegó como cierre de una semana que en lo político estuvo marcada por la decisión de la Sala I de la Cámara en lo Contencioso Administrativo de Tucumán de anular las elecciones provinciales del 23 de agosto, a partir del planteo del candidato opositor José Cano, quien en las urnas fue derrotado por 12 puntos por el oficialista Juan Manzur. A la apelación inicial del gobierno tucumano al fallo de los jueces Salvador Norberto Ruiz y Ebe López Piossek se sumaron ayer dos nuevas presentaciones: la misma administración de José Alperovich y el Partido Justicialista presentaron, por separado, recursos de per saltum ante la Corte Suprema de Justicia local para que defina a la brevedad sobre la anulación de los comicios (ver página 6).
La Presidenta dijo que lo que ocurrió en Tucumán confirmó que “en las próximas elecciones no se trata solamente de elegir un presidente, un gobernador o un intendente o una intendenta; se trata de elegir qué país queremos dejarles a nuestros hijos y en qué país queremos vivir”. Luego de recordar que en 1962 se anularon las elecciones en las que resultó electo el peronista Andrés Framini y que en 1931 se dejaron sin efecto los comicios en los que ganó el radicalismo, CFK remarcó que “ahora ya ni siquiera son presidentes” quienes anulan votaciones, sino que “basta con dos jueces en un forum shopping para que en una provincia se intente desconocer la voluntad popular”. Agregó que “eso es una Argentina predemocrática” y que hay quienes “quieren volver no a los 90, sino al 1890, a la etapa del fraude patriótico, donde se si no ganaba yo, anulaba las elecciones y se venía todo abajo”. A esa primera estocada a la oposición le siguió la de que “si había alguna irregularidad, había 20 formas legales de solucionarlo, dentro de la ley y respetando la voluntad popular. En realidad todos sabemos lo que pasó: perdieron y no soportaron perder”.
Antes de CFK habló el intendente de La Matanza y titular del PJ bonaerense, Fernando Espinoza. El candidato presidencial del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, no pudo concurrir al acto por un problema de salud. Estuvieron, sí, su compañero de fórmula, Carlos Zaninni, y también Aníbal Fernández y Martín Sabbatella, candidatos a gobernador y vice del oficialismo en la provincia de Buenos Aires, y Eduardo “Wado” De Pedro, primero en la lista bonaerense de diputados kirchneristas.
Cristina Kirchner no dejó de reflexionar sobre los argumentos de Ruiz y Piossek para anular las elecciones tucumanas y de las consideraciones que ambos hicieron en su fallo acerca de que “las prácticas clientelares conspiran contra la libre voluntad que constituye el presupuesto indispensable del ejercicio del sufragio”. “¿Qué es esto de que alguien que ha tenido la suerte de ir a una universidad, seguramente pública y gratuita, obtener un título de abogado y ser juez, que además no paga los impuestos como pagamos el resto de los argentinos, venga a decir que el sistema electoral tiene un problema estructural porque los pobres dependen de los políticos? ¿Qué significa, que los pobres son idiotas, no saben votar, que hay que prohibir el voto de los pobres o de los provincianos?”, se preguntó la Presidenta y dijo sentir “un tufillo a centralismo, a desprecio profundo por las provincias”. Remarcó, además, que “son las del norte, que casualmente fueron abandonadas a la mano de Dios por políticas neoliberales” y “ahora las condenan cuando quieren defender sus conquistas y sus derechos a través del ejercicio democrático del voto popular”.
“Discutamos políticas, programas, proyectos, lo que quieran, pero por favor no retrocedamos en la máquina del tiempo y volvamos a esa Argentina donde algunos propugnaban el voto calificado”, pidió Cristina Kirchner y recordó que “demasiados argentinos perdieron la vida” y “se sacrificaron para que tengamos que estar discutiendo estas cosas”.
Sobre el final de su discurso volvió a defender a los pobres. Fue cuando se dirigió en particular “a cada uno de los 350 mil” habitantes de Laferrere y les dijo que a la Argentina “la cambiaron ustedes cada vez que decidieron apoyar un proyecto nacional, popular y democrático”. “Los convoco a más democracia, a más libertad de prensa para que cada uno diga y piense lo que quiera y, fundamentalmente, que a nadie lo señalen por ser pobre y que eso signifique que porque sos pobre te pueden comprar. Al contrario, muchas veces se venden los de más arriba por cuatro monedas y no los de abajo”, remató.
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