Globos de colores, pantallas led gigantes, un galpón del conurbano. Con esa escenografía el candidato a presidente de Cambiemos, Mauricio Macri, cerró ayer su campaña bonaerense junto a la vicejefa porteña y candidata a gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal. “Estamos a cuatro días de cambiar la historia”, se entusiasmó Macri, que estuvo acompañado por su ministro de Hacienda y candidato a intendente de Lanús, Néstor Grindetti, además de por la senadora y candidata a vicepresidenta de Cambiemos, Gabriela Michetti. Macri insistió con su estrategia de apelar al voto útil: “A todos los que quieren un cambio, quiero decirles que en Cambiemos estamos listos. Confíen en mí”, aseguró.

El paso de Macri por un club de barrio en Lanús no se diferenció del cierre de campaña que hizo en las PASO en Vicente López, salvo por la presencia de Fernando Niembro que, tras el escándalo por los 23 millones de pesos en contrataciones, ayer no fue de la partida. Esta vez, el conurbano bonaerense será la anteúltima parada de Macri, dado que el jefe de Gobierno pone sus fichas en un cierre en el estadio Orfeo, en Córdoba, al que asistirán hoy todos los dirigentes de Cambiemos.

El encuentro de ayer combinó la típica estética macrista con un folklore de conurbano: no faltaron las banderas con los nombres de los dirigentes locales. El anfitrión, Néstor Grindetti, afirmó: “Vamos a ganar porque estamos con la gente que no quiere más pobreza y más paco, sino unión”.

“Por más que nos aprieten, que inventen que vamos a traer acá a la villa 31 o que vamos a sacar los planes, el domingo vamos a ganar”, aseguró Grindetti, cuyo sueño desde hace años es conducir la intendencia de Lanús.

También estuvo entre los oradores el intendente de Vicente López, Jorge Macri, que va por su reelección. “No nos van a robar ni un voto. En la provincia vamos a estar con 50 mil almas defendiendo la república”, afirmó, entre las ovaciones del público. Lo siguió el candidato al Parlasur por la provincia de Buenos Aires, Esteban Bullrich. “Queremos maestros que sean respetados, que no se sientan solos y que ganen lo que tienen que ganar”, dijo el ministro de Educación porteño, quien anteayer tuvo en la puerta de su ministerio a los dirigentes del sindicato Ademys, quienes denunciaron que la gestión PRO está proscribiendo a sus delegados.

–Ahora, ahora, Vidal gobernadora –coreó la multitud macrista.

Con una sonrisa a prueba de denuncias, Vidal afirmó: “No me di por vencida y no paré un solo día al ver que cada vez recibía más abrazos”.

“Este domingo vamos a tener más de 70 intendencias en la provincia de Buenos Aires”, se entusiasmó la candidata a gobernadora de Cambiemos. “Somos millones de argentinos que vamos a votar por el diálogo y no por el atropello. El domingo vamos a hacer posible lo imposible”, arengó a sus seguidores. “Construimos una fuerza imparable: este domingo hay sólo dos opciones, Aníbal Fernández o yo”, indicó. Luego, Michetti afirmó: “Vamos a lograr eso que soñamos: políticas a largo plazo que le hacen bien a las familias argentinas”.

El cierre estuvo a cargo de Macri, quien destacó: “En la provincia no hay segunda vuelta. Todos los bonaerenses tienen la oportunidad histórica de votar a María Eugenia Vidal, que va a ser la primera mujer gobernadora”. “Representa fortaleza, honestidad, capacidad de gestión. Entre ella y Aníbal... Qué voy a decir a esta altura, Aníbal es Aníbal y por ahí no hay tranquilidad. No le podemos confiar el futuro de nuestros hijos”, aseguró Macri.

El jefe de Gobierno le apuntó también a Scioli cuando habló del narcotráfico: “Señor gobernador, lo invitamos a que camine la provincia y todo el país. Se abren seis cocinas de paco por día”, aseguró Macri. “Invitamos al gobernador a que se baje del helicóptero y vea el paco. Queremos terminar con ese flagelo”, insistió. Luego llegó el momento de las promesas: “Vamos a hacer de la Argentina el país más pujante de Latinoamérica. Vamos a gobernar el país”, remarcó Macri. El candidato de Cambiemos aseguró: “Voy a ser el presidente de los que piensen distinto, de la diversidad”.