Desde París

El Estado argentino dio un nuevo impulso a la Red Europea por el Derecho a la Identidad. En mayo de este año, la embajadora argentina en Francia, María del Carmen Squeff, activó en París una campaña destinada a buscar en Francia a bebés robados en la Argentina durante la última dictadura militar. Para oficializar más aún la solidez de esa red la coordinadora de la Comisión Nacional para el Derecho a la Identidad, Claudia Carlotto, viajó a la capital francesa junto a la directora del Banco Nacional de Datos Genéticos, Mariana Herrera Piñero; la responsable del Servicio de Presentaciones Espontáneas, Analía Lanza, y Leonardo Fosatti Ortega, el nieto número 81 recuperado por las abuelas. Las cifras prueban la eficacia de estas campañas de información en el extranjero. Como lo precisa Fosatti Ortega, “entre 1996 y 2004, es decir, antes de que se creara la Red, 4 personas se manifestaron para comprobar su identidad. Entre 2004 –cuando nació la Red– hasta la fecha se analizaron 152 casos”.

En un encuentro mantenido en París con Página/12, antes de los atentados que se produjeron ayer en esa ciudad, Claudia Carlotto, explicó la razón de ser de esta Red, aclara su funcionamiento al tiempo que, con la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en el horizonte, fustiga todo intento de desmantelar la política de Estado a favor de los derechos humanos.

–¿Esta estructura se creó porque existe información de que hay posibles argentinos que fueron robados durante la dictadura y crecieron en el extranjero?

–Esta Red empezó a conformarse en la Argentina a partir de 2003, 2004 con un nodo en España e Italia y, ahora, en Francia. De los últimos tres casos de nietos recuperados, dos residían en el extranjero y con doble nacionalidad desde hacía muchos años. Por otro lado, hay una comunidad argentina muy grande en el exterior, especialmente en Italia, Francia y España. En realidad, el objetivo tiene que ver con acercar y facilitar el acceso al derecho a cualquier persona nacida en las fechas claves que tenga dudas, sin necesidad de que tenga que tomarse un avión e ir a la Argentina a hacer la consulta. Los últimos casos estaban en Europa y los Estados Unidos. Recordemos que en el caso de Javier Penino Viñas él vivía en Londres. No tenemos en particular ninguna información de que haya nietos residiendo en Francia, España o Italia, pero sí hay numerosísimas consultas. Ha habido más de 150 personas argentinas residentes en el extranjero que se hicieron la prueba de ADN. La embajadora argentina en Francia, María del Carmen Squeff, tuvo la excelente iniciativa de invitar a diplomáticos de Alemania, Holanda y Bélgica a participar en las reuniones.

–¿Las historias personales de los nietos recuperados en el extranjero son similares a las de aquellos encontrados en la Argentina?

–Sí, son las mismas. Cuando nosotros empezamos esta búsqueda hace ya muchos años, cuando las Abuelas empezaron a decir con justa razón que si ellas no encontraban a los nietos los nietos las iban a encontrar a ellas, la primera pregunta fue ¿cómo los van a encontrar, van a venir todos a Buenos Aires a golpearnos la puerta? Esto no era posible, ni siquiera en la Argentina. Muchas veces una persona que dudaba en Jujuy no tenía ni las posibilidades económicas, ni tampoco el espacio laboral. A partir de esa valoración, en 2003, se decidió armar la red de voluntarios en la Argentina y en 2004 la pusimos en pie en España con la misma idea.