EL PAíS › TODOS LOS CANALES DE AIRE Y LAS SEñALES INFORMATIVAS DE CABLE TRANSMITIERON EL DEBATE
La audiencia sumada de los canales de televisión abierta y los de TV paga se mantuvo en los 40 puntos de rating. Hubo programas especiales para, desde la perspectiva ideológica de cada medio, analizar el debate mientras transcurría y cuando había concluido.
› Por Emanuel Respighi
La TV argentina vivió ayer una noche atípica para sus más de cincuenta años de historia: el debate presidencial de cara al ballottage se convirtió en una cadena nacional de hecho. Desde las 21 y hasta las 22.25, hora en la que terminó el duelo discursivo, todos los canales de TV abierta y señales informativas de cable transmitieron las mismas imágenes, sin posibilidad de agregados ni sobreimpresiones en pantalla de ningún tipo. Semejante evento no pasó inadvertido para los televidentes: la audiencia entre los canales abiertos y los de TV paga se mantuvo alrededor de los 40 puntos de rating. Y, por supuesto, tampoco para la pantalla chica local, que planificó programas especiales tanto “antes” como “después” del debate. Esos programas satélites, en todo caso, parecieron ser la verdadera razón de ser de los canales para emitir el cara a cara entre Daniel Scioli y Mauricio Macri.
Bastaba ver las emisoras que le dedicaron una larga previa al debate y los invitados que los acompañaron para comprender que cada medio aprovechó el debate histórico para hacer su juego. Esos programas satélite alrededor del esperado intercambio parecieron esconder, bajo el supuesto interés periodístico, las intenciones de imponer una idea (en la previa) o de instalar un “ganador” (en el post). La cobertura de ayer fue, en ese sentido, un interesante ejercicio para que los televidentes pudieran comprender, en una misma noche y alrededor de un mismo hecho, que los medios no son inocuos.
En dúplex con su señal de noticias, América fue el primer canal en comenzar con la cobertura, con un especial de La cornisa desde las 19.45, que parecía ir en contra de la propuesta que pretendían cubrir: mientras Scioli y Macri se disponían a debatir, en La cornisa sobraban los gritos y las voces se superponían. Ari Paluch, Horacio Rodríguez Larreta, Laura Alonso, Gustavo Marangoni, María O’Donnell y Juan Manuel Urtubey acompañaban a Luis Majul en un análisis que transitó por diferentes tópicos. Más allá del griterío, al menos la cobertura no pareció tan desbalanceada como la de El Trece y TN, en la que un especial de PPT juntó a Jorge Lanata, Julio Bárbaro, Rosendo Fraga, Jorge Fernández Díaz, Carlos Cué (corresponsal de El País) y Taos Turner (de The Wall Street Journal), a los que el conductor les preguntó si eran capaces de explicar el peronismo. Hubo también tiempo para el “humor”: hubo una imitación de Aníbal Fernández haciendo de mozo y también estuvo presente Nik, supuestamente dibujando con gracia el minuto a minuto de la previa. Tanto Telefe como Canal 9 y la TV Pública se sumaron a la transmisión apenas minutos antes del comienzo del debate.
Los dos cortes publicitarios marcaron los momentos para análisis, que en realidad parecieron más cercanos a condicionar las lecturas de los televidentes. Tras el primer bloque, Lanata abrió la cobertura preguntándose, “con respecto a la estrategia de Scioli, si tiene tiempo de recuperar algo que ya perdió, que es su independencia”. En la TV Pública, el foco del análisis –a cargo de Alfredo Zaiat, Lurdes Suazo y Raúl Dellatorre– estuvo puesto en el análisis de ambas posturas, haciendo foco en los dichos de Macri en materia económica. “Macri tiró unos números que no sé quién se los dio: dijo que hubo una devaluación del peso de 3 a 15 pesos, algo que no ocurrió”, subrayó Zaiat. En C5N, en tanto, Ricardo Pignanelli analizaba: “Macri tomó este debate como una conversación en un palco de fútbol, a pura chicanas”, subrayó.
El segundo corte no modificó demasiado los análisis. “Nadie se corre de lo estudiado: tiene más elasticidad Macri, Scioli repite el verso kirchnerista”, puntualizó Julio Bárbaro, un abonado a la pantalla de El Trece, quien fue felicitado por el especialista en redes sociales por haber sido trending topic en Twitter. Claro, sin aclarar los motivos para que ello ocurriera. Desde Crónica TV, el consultor Jorge Giacobbe afirmaba sobre las exposiciones de Scioli y Macri, en tono resignado: “Esto es lo mejor que tenemos, con sus limitaciones y sus virtudes, son lo que nos van a gobernar los próximos cuatro años. No da para el champán”. Con una visión más regional, en Telesur, Víctor Hugo Morales destacaba: “A los latinoamericanos, quiero decirles que Scioli no ha mentido absolutamente en nada de lo que dijo y que no hay ninguna de las frases que ha dicho respecto a Macri que no sea verdad”.
Finalizado el debate, cada emisora, periodista y “analista” siguieron firmes en sus posturas. Los que criticaban a Macri en la previa y en los cortes reafirmaron su pensamiento. Los que hacían lo propio con Scioli mantuvieron su mirada. En el análisis mediático, el debate pareció no modificarles la postura previa a los periodistas y analistas, que en general parecieron estar tan programados previamente en sus reflexiones como los candidatos a la hora de debatir. En la TV Pública Maurice Closs, gobernador de Misiones, señalaba que Scioli había sido victorioso. “Sorprendió la soberbia con la que empezó Macri, como si estuviera chicaneando a sus compañeros secundarios. Recién después que fue a boxes, al corte, volvió más calmado. Creo que eso no gustó en el pueblo”, analizó Closs. Desde El Trece, la victoria de Macri era realzada con encuestas de Twitter (89 a 11 por ciento a favor del candidato de Cambiemos) o de la web del canal (73 a 27).
Pasó el primer debate presidencial en democracia, que tanta discusión había generado en los últimos meses. La TV se puso a su servicio, ya sea por interés periodístico, político o por la enorme audiencia que reunió frente a los televisores. Sin embargo, hay varios interrogantes que dejaron, así planteado, este primer debate y su transmisión televisiva: ¿Cuál será la influencia real del debate de ayer en los votantes? ¿Qué habrá condicionado más la opinión de los ciudadanos: el debate en sí mismo o los programas periodísticos posteriores analizándolo? ¿Hasta qué punto sirve al fortalecimiento institucional un debate que, de tan pautado y planificado, se pareció más a un evento televisivo superestudiado que a un genuino intercambio de ideas y proyectos? ¿Show televisivo o herramienta democrática?
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