Recién llegada de vacaciones, la fiscal Viviana Fein no encontró en su despacho, como esperaba, el informe que les pidió a los peritos de la Policía Metropolitana y de parte, a quienes les encomendó analizar el celular y la computadora de Alberto Nisman. Los técnicos informáticos le fueron presentando documentos parciales, pero ninguno contiene conclusiones tajantes. Por eso, posiblemente los intimará por escrito a que se lo presenten. Fein tiene, en rigor, un alud de cuestiones pendientes en la causa sobre la muerte del ex titular de la UFI-AMIA. Hoy tiene prevista una reunión en la Cancillería, de la que participaría también la jueza Fabiana Palmaghini, para analizar las posibilidades de lograr que Estados Unidos habilite la entrega de la información sobre los correos electrónicos de Nisman requerida a las empresas Yahoo, Hotmail y Microsoft.

En los próximos días declararán más agentes de Prefectura señalados por su vinculación con la custodia del edificio Le Parc. Fue postergada la declaración de la secretaria de Nisman Soledad Castro, que fue requerida por el abogado Pablo Lanusse, en nombre de la madre de fiscal fallecido, Sara Garfunkel. Castro participó en la confección de la denuncia de Nisman contra la Presidenta y en su presentación ante el juzgado de Ariel Lijo. Estuvo en contacto con el fiscal desde su regreso precipitado desde Europa hasta el día previo a su muerte.

También está pendiente que declaren como testigos dos agentes de inteligencia, Fernando Pocino –en funciones– y Alberto Mazzino. El puntapié de estas citaciones fueron los entrecruzamientos de llamados que mostraron contactos mucho más asiduos que lo habitual en horas en que se estima que Nisman ya estaba sin vida, primero entre el ex jefe de operaciones Antonio Stiuso y Mazzino y luego entre éste y Pocino.

Posiblemente, hoy Fein también se pronuncie sobre la suerte de una larga lista de medidas que pidió la querella de Sandra Arroyo Salgado, entre ellas la citación como testigo del secretario de Seguridad, Sergio Berni. En los últimos tiempos no ha sido proclive a concederlas si no hacen a cuestiones novedosas. Debe decidir, además, sobre la insistencia del narcotraficante colombiano Henry López de Jesús Londoño, “Mi sangre”, de presentarse a declarar para dar supuesta información sobre la muerte de Nisman. Londoño no acepta declarar por videoconferencia, quiere que lo trasladen a la fiscalía y hablar cara a cara.

El peritaje informático que reclamará Fein es clave por varias cuestiones: una inicial es saber si está probado que se usó para navegar la computadora de Nisman el 18 de enero desde las 7, por alrededor de una hora, lo que demostraría que Nisman estaba con vida, desvirtuando alguna teoría de la querella. El informe deberá determinar si hubo manipulaciones o no de la computadora y del celular. Al parecer hubo un borrado seguro, que tampoco se puede descartar que lo haya hecho el propio fiscal. El acceso a contenido de los correos, con los que Fein quiere rastrear amenazas o la inducción presunta al suicidio, dependerán de lo que decida Estados Unidos.